La oposición está con el Diálogo, que lo sepa el mundo y apliquemos el Código Penal a Ledezma y a otros

Claro que la oposición está con el diálogo, lo han demostrado participando en todas y cada una de las Conferencias de Paz que sugirió el presidente Maduro, y que se han realizado y se siguen realizando en diferentes escenarios de la Patria Bonita. Todos están de acuerdo con eliminar la violencia guarimbera (aunque quieren cambiar a Maduro), todos están de acuerdo con que debemos aumentar la producción en todos los renglones y aportan sus soluciones hasta la antirrevolucionaria total Fedecámaras- han sido creadas comisiones entre ellas las agroalimentarias, entre varios avances importantes aportadas en el verdadero diálogo constructivo. Todos están de acuerdo en que se debe disminuir la inseguridad pública callejera y está de acuerdo con la aplicación colectiva, con participación de todos, del Plan Patria Segura, ampliado con el Plan de Pacificación y Convivencia Nacional, interrumpido con la guerra guarimbera que nos metieron para tratar de acabar con el rrrégimen y no esperar la próxima posibilidad legal que sería el referéndum  revocatorio ya que también perderían, más cuando apliquemos todas las medidas positivas que se vienen haciendo.

Con el diálogo que se viene haciendo -ahora en cada estado, y proponen para cada municipio- con la oposición ya que la mayoría de asistentes son de ese grupo nacional, se demuestra hasta la saciedad que los únicos que no quieren diálogo son los parásitos políticos, parásitos porque no hacen nada, solo aportan verbo y del malo; que la política para ellos es volver a tomar el poder y recuperar los privilegios que ostentaron y disfrutaron  por décadas, negociando a placer hoy día los hacen los vivos de siempre, especialmente los comerciantes e industriales inescrupulosos, por supuesto en conchupancia con los rojos no rojitos-, por eso hay que desenmascararlos internacionalmente por todos los medios y con todos los medios de comunicación del planeta, fortaleciendo nuestras embajadas y consulados, organizadamente con lineamientos nacionales estratégicos para que se dediquen a esas ingentes tareas y aunque sea pagando, o sea comprando periodistas de esos que sobran en las derechas, más en la venezolana y latinoamericana (con sus excepciones)  que forman el palangre o palangrismo, que es una forma de cobro o de aceptar dineros sobre todo dólares, directa o muy sutilmente como se estila en estos días, por parte de un periodista o medio de comunicación para favorecer intereses de otras personas o instituciones por encima de la objetividad o de la verdad. Eso sí, como lo hacen contra Venezuela, a través de ONGs que no rompen ni un plato, o personas que aun cobrando comisiones saben cómo entrarles a los sinvergüenzas.

Hora voy con la segunda parte del título de este artículo y, en ahora mi costumbre de apoyarme en interesantes artículos de colaboradores virtuales, lo haré con el interesante artículo, Traición a la patria  de Pedro Quintero Gamboa publicado en Aporrea hoy  miércoles, 12/03/2014, extraigo estos artículos, no completos, sino buscando los que a mi juicio son de su aplicación inmediata lo que nos satisfaría por encanar a Ledezma como el mayor causante de la continuidad guarimbera, al cejúo, a MCM (María C de M) y a todo al que se le demuestre un grado de participación, de incitación, directa o indirectamente. Habrá que revisar todas las imágenes de sus discursos, sus caminatas, la secuencia de las guarimbas terroristas, etc. t hacerles un dossier.

Destaca el camarada Quintero (y le agradecemos darnos luz en este campo de las leyes y que pareciera obvian la Fiscalía y el TSJ) que nuestro actual Código Penal, publicado en la Gaceta Oficial N° 5768 E de fecha 13 de abril del 2005, establece la Traición a la Patria como un delito grave, así se contempla en los artículos 128 al 142 de dicho Código.

El Artículo 132 considera que cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años.

En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios, o por publicaciones hechas en la prensa extranjera, incitare a la guerra civil en la República o difamare a su Presidente o

Asimismo, en el Artículo 140 determina: el venezolano o extranjero residente en el país, que facilite directa o indirectamente al país o República extranjera, grupos o asociaciones terroristas, paramilitares, insurgentes o subversivos, albergue, resguarde, le entregue o reciba de ellos suma de dinero, provisiones de alimentos o cualquier tipo de apoyo logístico, o pertrechos de guerra, o aparatos tecnológicos que puedan emplearse en perjuicio de la República Bolivariana de Venezuela, la integridad de su territorio, sus instituciones republicanas, ciudadanos y ciudadanas o desestabilice el orden social, será castigado con prisión de diez a quince años.

Y entonces, ¿le echamos ovarios o no? No esperemos mucho, que la Fiscalía toda discuta la posibilidad de aplicación (no importa que participen fiscales de la oposición que debe  haber a montones) y que el Tribunal Supremo de Justicia  -que tal vez esté esperando que alguien se lo proponga para actuar- arranque con las consideraciones al efecto. Y si no, legislar al efecto.



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Simón Lacise


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