Ligeros argumentos

"...¡Lo que quedó de las Fuerzas Armadas!"...

Enunciación visceral, - casi que vomitaba verde, como la poseída de la película "El exorcista"- fue lo que escuché de los labios de un compatriota que se encontraba delante de mí, en una cola, de una agencia bancaria de la localidad, mientras esperaba mi turno para cobrar mi modesta, pero bien recibida pensión vitalicia; a la par que recibíamos instrucciones de una gentil empleada, para que mantuviéramos la distancia de bioseguridad., por las razones que todas y todos conocemos.

El casi energúmeno, ignaro, con la conciencia histórica por el piso, sin haber probado nunca el maltrato de un par de botas nuevas; lanzaba epítetos denigrantes hacia la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), ni siquiera utilizando la reflexión analítica. Sus apreciaciones eran de tipo reactivo, escatológicos. Presumía de militarólogo picado, sin conocer sus entrañas, de esos que abundan por ahí como la verdolaga, como si ellos fueran los dueños y amos de la Fanb. He de suponerme, que el resentido de la cola, no tenía la más mínima idea de cómo nació la Fuerza Armada, como institución vertebral del Estado.

En un lenguaje lleno de cursilería y de poca monta, mi interlocutor se refería, específicamente, -según él- al comportamiento del funcionariado uniformado, en sentido llano. Le repliqué que la responsabilidad penal, civil o administrativa, es individual. Es lo mismo decir que, cada cual, deberá asumir el resultado de sus acciones; que en todas las instituciones del mundo siempre hay una manzana dañada; no por ello, involucrar a la Fuerza Armada como un todo. Le recordé a mi colocutor, que los hombres pasan; las instituciones quedan. Sea el gobierno que sea, la Fuerza Armada siempre estará presente como columna incólume; aunque a algunos resentidos y resentidas les cause escozor.

Desde mi ángulo de vista, la Fuerza Armada como ente importante de la sociedad, siempre ha estado en el ojo del huracán. A mi memoria llega, cuando en mi época de adolescente, escuchaba a la gente mayor que yo, decir: -"Los militares son unos parásitos; tienen que salir a la calle"-. Son cuestionadas y siempre serán cuestionadas, eso es indubitable, mis apreciados lectores. De acuerdo al gobierno de turno y las formas de gobierno; la Fuerza Armada deberá cumplir su misión para garantizar la soberanía del país; en plena corresponsabilidad con la sociedad civil, según mandato de nuestra norma suprema. No es un capricho de la sociedad, ni de las épocas; es una necesidad que ha existido a través de la historia, si a la biblia nos remitimos, en la defensa de los pueblos antiguos. A todas estas, le recomendé al militarólogo frustrado, un libro de la historia de nuestra gloriosa Fuerza Armada, para que en futuras ocasiones, quizá, podríamos tener una conversación más equilibrada, objetiva y sensata; sin que ninguno de los dos nos creamos los dueños de la razón. "Sancho, dejad que los perros sigan ladrando; es señal de que cabalgamos".

Para cerrar, mis felicitaciones en grande, a todo el personal militar y civil del componente y glorioso Ejército Nacional Bolivariano con motivo del Bicentenario de la Batalla de Carabobo.

"Adelante marchemos valientes

al combate y al rudo fragor..."

¡Gracias por su atención! Nos vemos en la próxima producción.



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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