Correspondencia con la familia del jefe de investigaciones de la policía chilena sobre artículo en Aporrea

Recibí el sábado 25 de Octubre 2008, como respuesta a mi artículo www.aporrea.org/erchivo/2008/05/22/ - 57k la carta que transcribo:

“He callado durante mucho la necesidad de contestarle a sus atroces aseveraciones que hace en contra del actual Director General de Investigaciones de Chile Arturo Herrera., pero mi hija sin querer leyó su articulo y le causo un gran daño., todo lo que un ser humano como usted hablaba de su padre,

Espero y deseo de todo corazón que sus hijos nunca tengan la opción de leer infamias de quien les dio la vida , como cristiana he arrancado toda raíz de resentimiento y amargura por sus palabras y he pedido a dios que libere de todo juicio a quienes han lastimado y su nombre esta entre ellos. Que dios lo bendiga

Gloria Soler Martínez

Académico Universitaria

y

Tatiana Herrera Soler

Estudiante”

A la cual he respondido lo siguiente:



“Señora, la comprendo perfectamente:

Mis hijos leyeron y escucharon infamias (y amenazas) contra su padre desde muy tierna edad. Sin embargo, fueron relativamente afortunados comparados con aquellos menores cuyos padres fueron y son masacrados por dictaduras como la del sanguinolento ladrón Pinochet.

Sobre la "atrocidad" de mis aseveraciones, me permito respetuosamente señalarle que mi artículo cita profusamente al periodista chileno Pedro Alejandro Mata, quien refiere las atrocidades que su esposo trató inútilmente de encubrir, incluso perjudicando a subalternos, para librar de castigo al general Miguel Trincado por la única acción de guerra que inició y terminó su carrera de oficial chileno de teniente a general: recoger, ensacar y lanzar al mar desde un avión las osamentas de 26 víctimas de la dictadura. Es a su compatriota Pedro Alejandro Mata y no a mí a quien usted debe dirigirse.

Lamento haber herido la sensibilidad de su hija, la señorita Tatiana Herrera Soler, quien se enteró por mí de las acusaciones contra su padre. Descubrimiento terrible, que recuerda el que sufrieron los hijos de un antecesor del señor Herrera Verdugo en Interpol, el SS-Obergruppenführer und General der Polizei, Reinhard Heydrich, verdugo de los checos. Y al de los huérfanos que nunca podrán ver el mar sin pensar en los huesos de sus padres.

Espero que Tatiana tenga la oportunidad y el valor para investigar esas acusaciones en los archivos de la Corte de Apelaciones de Antofagasta o, mientras tanto, por Internet. Yo me disculparé pública e internacionalmente de probarse que escribí algo falso.

Le agradezco sus bendiciones que no puedo aceptar porque no expresan sino el “perdón” que usted me otorga por las faltas de su marido, y que viene a ser, guardando las distancias, como si las muy católicas señoras de la burguesía chilena perdonaran a Salvador Allende por haber provocado su propio asesinato.

Podría aceptar que quizás su esposo no tuvo la culpa de lo que hizo hasta llegar a su cargo actual, porque no se me ocurre nada más insultante.

Eduardo Rothe


rotheeduardo@hotmail.com


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