Vanessa también contribuye con los cuestionados y asquean Pino Iturrieta, el cura Ugalde y César Miguel Rondón

Un poco más aliviado con lo de la terrible enfermedad de Chávez, aunque preocupado. Molesto con nuestros compatriotas que, si bien por ambiciones se apatridizan, se energumenizan al actuar hipócritamente al desear salud a Chávez cuando siguen deseando su muerte, incluso, y con tristeza cristiana, los “conferenciaepiscopales” también. Pero la vida lleva un ritmo, nosotros, Chávez mejor dicho, le hemos puesto uno mayor, cuya velocidad a veces no se percibe porque tenemos a la gusanera mayamera adentro -porque son gusanos allá y más gusanos aquí- y con tantos poderes aquí como los de allá porque están hechos con la misma pasta y se mueven corroyendo valores, morales no porque no los poseen, sino los considerados anti, antivalores. Bien escogieron su agrupación, que a lo gringo MUD es barro pero como pantano. De ahí salieron pero ahí se han quedado.

A todas estas actuaciones de la oposición sinvergüenza, con el súper apoyo mediático que es toda una oposición inmoral que nos va mermando nuestra revolución y todavía no hacemos nada,  tenemos los que más nos están dañando que conforman una especie de “quintarevolución”, no de quinta república sino que quisiera se entendiera como el grupo de mayor nivel de quintacolumnas de nosotros mismos, o sea los gobernadores y alcaldes “revolucionarios”, que de socialistas no tienen absolutamente nada, sumamente cuestionados por apreciaciones críticas, muy críticas, de quienes con mucho criterio político, mejores entendedores del concepto social de la revolución, de la distribución, la descentralización del poder hacia el pueblo, poder popular, la mayoría militante del PSUV, indicamos errores graves que gravitan -aunque importe lo regional y que parece no les importa a los cuestionados-  sobre nuestro proceso y sobre el líder comandante. Hemos leído artículos precisos sobre fallas en Anzoátegui, y criticamos las Hojillas desde allá. Hemos leído del gobernador de Trujillo. Hemos leído del gobernador de Mérida y llamados al Presidente a que intervenga, ya que la directiva del partido no toma cartas en el asunto (¿?). Y hemos leído, muchísima información con severa crítica sobre la situación de Bolívar, las empresas de Guayana, las mafias de la cabilla que se destaparon (siempre las hay en todos los estados y en varios renglones según lo que se produzca, se construya, etc.) y, por supuesto, le cae al gobernador del estado, cuestionando desde su titubeante actuación cuando el golpe a Chávez (y…?)  El camarada Juan Martorano  ya va por el artículo Parte XVI con su “Alerta Comandante que uno de los epicentros de la conspiración en su contra está en el Edo. Bolívar” y en el último releemos “Ojo Presidente, lo tienen rodeado, por lo menos en el Estado Bolívar es así”. Y a todas estas, en el interesante programa de una de las revolucionarias más serias y creíbles, por quien meteríamos las manos en el fuego, dentro de un volcán, como es Vanessa Davies, vimos a los risueños invitados de Mérida y Bolívar. Muchos comentamos y nos preguntamos: ¿será una línea partidista para repetir a los cuestionados, o de ocultarles posibles investigaciones para no perjudicar la imagen del proceso? Verdad no entendemos. Abogamos, y para ser justos, que se investiguen a fondo todas las gestiones de todos los alcaldes y gobernadores. Con la más serias comisiones. Ajenos a la amistad de los cuestionados. Que visiten, como contralorías, todas las instituciones de los estados. Otros que investiguen por fuera. Que se informen de los cuestionamientos que regionalmente les hacen, bien en lo político, lo económico, en su comportamiento familiar, social, etc. En fin, utilizando todos los mecanismos que garanticen seriedad e imparcialidad en las investigaciones. Que empleen detectores de mentiras. ¡Esto es urgente!

Ahora voy con lo segundo del artículo, y que repasa lo de anteriores, es que hay que exigir que se elaboren leyes y reglamentos, y que se apliquen, que limiten o que no se permita el libertinaje de expresión. O sea, penalizar las mentiras y someter a debates temas visualizados por otros que desvirtúan situaciones, inclusive de carácter histórico, con marcada intención política hacia el desprestigio del gobierno revolucionario. Resulta, como comenté en anterior artículo, que escuchando el programa del pelón Rondón, 8 a.m. en la cadena radial Éxitos (hay que escucharlos para entenderlos más), trataron el tema del 5 de Julio. Bueno, el historiador, oligarca actual, tergiversó y descontextualizó todo lo referido a nuestra independencia de aquel entonces y con su silencio avaló las estupideces que decía el señor Ugalde, cura jesuita de los no expulsados, ya que todos fueron expulsados en siglos anteriores de todos los espacios de la tierra, claro, ya que escondidos en rezos y sotanas, engañando pueblos, humillando indígenas y castigando infieles, acumulaban grandes riquezas, oro, joyas y pinturas valiosas, y poder. Este ignorante, como buen realista, que además de ser apátrida integral porque ni es español ni es venezolano, el cura sin bondad que no puede llamársele padre porque ni hijos tiene, dijo que a Bolívar lo dañó el Decreto de Guerra a Muerte y el bolsa de Pino no dijo nada, cuando es bien sabido que todas esas guerras eran a muerte, más del lado español que a raíz de que perdimos la Primera república, desataron las acciones más crueles y los crímenes más atroces. Cervériz que decía que a pasar por las armas a todos esos pillos revolucionarios, fusiló a Bernardo Bermúdez, hermano del valiente José Francisco, y como por fuertezote no lo mataron las 4 balas, lo mandó a rematar en su lecho de herido.  Y Zuazola,  y Monteverde, y Rosete y Pascual Martínez quien con su lema “sembraré el terror en la isla, azotó a Margarita, y fue quien envió a Arismendi, junto a 70, a la cárcel en la Guaira, y lo volvió a meter en la castillo de Pampatar. Y José Yánez de los canarios crueles (españoles y canarios) Fueron unos grandes desalmados y mataban y mutilaban a los nuestros casi igual como lo hicieron con nuestros antepasados indígenas -donde en las islas del Caribe no quedó uno ni para mostrarlo-, y ya nos veían peor que como “sudacas” de ahora en nuestra propia tierra. Todos actuaron bajo una sed de venganza e hicieron las peores matanzas de republicanos para evitar nuestras las posibilidades de libertad. Fueron actos tan crueles que hasta algunos concientes afectos al Rey lo condenaron. Para recuerdo de todos fue el coronel republicano Antonio Nicolás Briceño quien inició, en San Cristóbal, la guerra a muerte de nuestro lado fusilando a 2 españoles que se burlaron de sus órdenes y le envió una correspondencia a Bolívar escrita con sus sangres, y exigiéndole a Bolívar que lanzara lo que se conoce como Decreto de Guerra a Muerte. Pino, entre tantas tergiversaciones, insistía en que no se pueden trasladar las situaciones de la independencia a nuestros días. Y  el César Rondón riendo, hasta se burló del desfile diciendo que era un acto de “vaudeville”. Y se rieron hasta del caballo blanco. Lo que ocurre es que son tan oligarcas que no entienden la participación civil, menos de la popular en los actos patrios. Pobre de ellos. Lo malo es que los escuchantes total escuálidos y los medio, creen toda esa vaina. Por esos insistimos en que hay que regular, de alguna manera, todas esas aberraciones. 

¡Patria socialista o Muerte!     ¡Venceremos!


simnelacir@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 4402 veces.



Simón E. Lacise R.


Visite el perfil de Simón Lacise para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Por los Derechos Humanos contra la Impunidad



Revise artículos similares en la sección:
Oposición