La misma enfermedad y el mismo antídoto

Hace más de tres años (26/06/2006) escribí acá en Aporrea un artículo denominado: “PARAMILITARISMO, FUERZA DE OCUPACIÓN Y AVANCE” en resumen planteaba la existencia de tres fuerzas de ocupación que operan como vanguardia del imperio norteamericano y sus aliados nacionales, regionales e internacionales en nuestro territorio, me refería entonces y lo hago ahora con la misma propiedad al señalar a esas tres fuerzas de ocupación: algunos medios de comunicación privados, el quintacolumnismo consciente e inconsciente y los paramilitares.

     Frente a esta penosa e invasiva enfermedad existía y aún existe un antídoto que debe ser aplicado, ahora con menos tiempo y mayor deterioro para que genere productos, resultados y logros. El antídoto consistía en elevar el nivel de conciencia de nuestra gente, la principal tarea de la revolución a través de la organización, la politización y la ideologización del soberano. Esta tarea recae hoy sobre los hombres del PSUV, que a pesar de su reciente nacimiento debe sacudirse de los vicios de los partidos de izquierda y de derecha para poder asumir ese reto con notable éxito.

     Aquel mes de junio del 2006, en ese artículo no me refería a hechos intrascendentes, para esa fecha se habían sicariado a más de 150 líderes campesinos en Venezuela; 15 de estas muertes se habían registrado en el Estado Zulia, dada sus características de Estado fronterizo con la hermana República de Colombia, desde donde el imperio prepara con la complicidad de Uribe Velez, la oligarquía colombiana y venezolana las condiciones para la intervención en nuestra patria, no olvidemos que en este Estado del occidente del país se encuentra el 40% de las tierras aprovechables, potencial agrícola y pecuario, turístico y más de la mitad de la producción petrolera. Muchas de estas muertes fueron ejecutadas por sicarios presuntamente contratados por los grandes hacendados de la región zuliana, en su fase de entrenamiento en el marco de los planes del imperio norteamericano y el gobierno de Uribe.

     Un poco más de tres años han transcurrido y  la situación se ha complicado más,  ahora con la instalación de las 7 bases militares en Colombia que cubrirán la retaguardia del paramilitarismo cuando intentemos defendernos de sus habituales acciones terroristas desde la frontera con Colombia, ahora con más fuerza, una vez que perdimos la Gobernación del Estado Táchira. En aquel entonces me refería al Estado Zulia, geopolítica y geoestratégicamente vital para el proceso revolucionario bolivariano, plataforma de aterrizaje de imperio norteamericano para Venezuela, América Latina y el Caribe, fue donde el gobierno liderado por nuestro Comándate Hugo Chávez Frías inició las adjudicaciones de tierras a los campesinos, en el marco de la Ley de Tierras. A más de tres años creo que desafortunadamente ha predominado la perspectiva de análisis burocrático sobre las perspectivas científica y del conductor político sembrado en al seno del pueblo, siembra que por cierto no ha caracterizado la conducta de la mayoría de los gobernadores, alcaldes y gerentes de instituciones de Estado, muchos de los cuales le tienen terror a una buena parte del pueblo organizado y consciente, arrinconado en reductos de organizaciones populares, bastiones de defensa de la revolución.

     La primera de estas perspectivas, la científica considera los aspectos económicos, sociológicos, polititológicos, históricos, antropológicos y otros, obviamente bajo el dominio de la razón científica particular o más global. La perspectiva burocrática entonces, sigue representando la principal de las amenazas, toda vez que esta contiene al hombre situado y modelado en una estructura organizativa, prisionero de normas y de intereses generados de las relaciones de poder e interés en el seno de la revolución, buen tema para discutir en el Congreso del PSUV, ya que esto ha llevado a algunas organizaciones y tendencias dentro del PSUV incluso a tratar de acaparar y secuestrar los Consejos Comunales, tratando de ahogar la autonomía del soberano. Aquí domina la razón burocrática, es decir, una razón normativa afincada en la norma y en el deber ser con que se identifica cada organización que apela desde esta perspectiva para mantener una posición de conuquera y evitar el surgimiento de nuevos líderes naturales.

     La enfermedad tiende a multiplicarse, por lo tanto, el antídoto hay que aplicarlo en mayor volumen, con mayor intensidad y alta velocidad; hemos sido presa de una Baja Tasa Psicológica de Descuento en el Tiempo, concepto que opera cuando percibimos los problemas del futuro más pequeños de lo que realmente son, y los percibimos en su justa dimensión cuando los tenemos al frente. ¿No era más fácil detener  la incursión del Paramilitarismo, los medios de comunicación privados y el quintacolumnismo en el 2006?. Decía el Maestro Carlos Matus, que es como si observáramos la realidad futura a través de un telescopio invertido. Quienes estamos conscientes de la conducta imperial sabemos que más temprano que tarde el choque será inevitable, nadie puede pensar que una revolución verdadera podrá desarrollarse pacíficamente. Nadie, en ninguna parte del planeta, y mucho menos el imperio norteamericano se deja arrebatar un privilegio mansamente. Dos grandes Programas Direccionales, con sus respectivos proyectos y actividades le señalan las tendencias a la revolución bolivariana, en primer lugar; organizar, politizar e ideologizar al soberano para contener la oligarquía criolla y sus aliados (antídoto), sobre todo en los próximos comicios del 2010; y en segundo lugar; hacer gala de nuestra  victoriosa diplomacia revolucionaria que opere inteligentemente, una vez que logremos constituir un frente político y militar sólido entre Venezuela, Cuba, Brasil, Ecuador y Bolivia; con el apoyo político de todos nuestros aliados internacionales, cuyo peso político y militar podría disuadir la conducta imperial del Departamento de Estado Norteamericano.

     De alguna manera siento que algunas actividades  correspondientes a Proyectos de estos Programas Direccionales están en curso, me asalta la duda sobre la habilidad de algunos de los actores que las conducen, su convicción y compromiso; fundamentalmente por sus pobres productos y resultados e inexistencia de logros, en la gestión pública que conducen en Gobernaciones, Alcaldías e instituciones del Estado; logros en los que pareciera que solo empuja el Presidente y algunos de sus ministros más cercanos y Gobernadores. No es posible que el Comandante tenga que llamarles la atención los Alcaldes hasta para  que limpien la entrada de sus ciudades capitales, necesitamos que se siembren en sus comunidades con los gobernadores y presidentes de instituciones del Estado. No necesitamos “Chicas Regional”, que se sabe que existen, pero nadie les ve el rostro al lado de los humildes. O cambiamos o perecemos junto a la esperanza del pueblo.

     lazaroroger@gmail.com



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Roger Lázaro


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