Estas navidades las vivimos en resistencia en Venezuela, ¿quién lo podrá poner en dudas? Corolario de las batallas tanto en lo diplomático como en lo político y social, desarrollado con bastante éxito por el Estado venezolano y sus más honestos funcionarios, que actuaron denodadamente contra el intervencionismo y la agresión imperialista a través de mecanismos ilegales de coerción económica-financiera.
Más allá de ello, cada cual, a su modo ha hecho resistencia. Con el gobierno bolivariano muchos y en contra otros tantos. Incluso muchos en condición de inmigrantes por esos mundos de Dios, que luego se devuelven los más con una mano delante y otra atrás porque nada es como estar en familia y en su tierra.
Pero no sólo nosotros como Estado-Nación en 2019 nos batimos en singular batalla contra el intervencionismo y el modelo sociopolítico neoliberal, que es una cosa atroz, demoniaca se diría inventado por los adoradores del becerro de oro del capitalismo; sino muchas naciones latinoamericanas y caribeñas. Las reseñas periodísticas, sobre todo audiovisuales, dan cuenta de ello palmariamente; porque medios impresos quedan pocos y los que subsisten o tienen pocas páginas útiles con reportajes de fondo memorables sobre estos asuntos o son muy malos. Sólo reseñan sucesos; además de estar carísimos.
Venezuela, Chile, Colombia, Dominica, Bolivia, Perú, Ecuador y hasta Costa Rica o no sé cuántos otros pueblos se levantaron contra sus sistemas sociales inicuos, que como decíamos en los años de 1990: "Los pueblos lo dicen y tienen razón, esos gobiernos son hambre, miseria y opresión".
Por lo que nos toca, si bien el gobierno de Venezuela en todo este 2019 no pudo abatir la inflación y más bien se ha dolarizado informalmente la economía, lo que ha hecho que los sueldos y salarios se pulvericen, o surgen notables desigualdades entre las personas y grupos que tienen acceso a "los verdes" que les da mayor poder adquisitivo y los que no podemos ni comprar un teléfono celular de amplia gama, por ejemplo, ni con el esmirriado bono navideño de los empleados públicos, se pudo y menos como pagaron, fraccionadamente; lo que hace que muchos estén como plancha de chino.
Eso no puede negar, sin embargo, las victorias políticas del gobierno bolivariano en la defensa de la soberanía, el mantener ciertos programas sociales en salud, educación y cultura en general, tampoco. Por lo que "la propaganda de los hechos" habla bastante bien de las acciones de resistencia.
En cambio, la oposición venezolana, caramba, en esos rubros señalados dejó mucho qué desear y hasta sus mismos correligionarios revientan las redes sociales despotricando tanto contra el gobierno bolivariano, lo cual no sería cosa de extrañar; si no que han enrumbado su ponzoña contra sus mismos leaderships hasta alcanzar ese estado lamentable en que hoy están. Huestes que andan como dicen los evangelios dispersos como ovejas sin pastor; y eso, aunque cuentan con el respaldo mayoritario de la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV. Sin embargo, sería el obispo de San Cristóbal, Mons. Moronta, quien los lanzó al pajón al acusarlos de haberse robado los recursos financieros que dizque estaban destinados a la falsaria "Ayuda Humanitaria".
Del "ensangrentado polvo" de los pueblos venezolanos, latinoamericanos y caribeños que luchan hasta con su propia vida contra la opresión, como dice Domingo Faustino Sarmiento en alguna parte de su "Facundo. Recuerdos de Provincias", se ha ido formando una capa social, un espíritu crítico que se une al hilo de oro de la tradición histórica de emancipación frente a todo intento de nueva colonización ahora del capital trasnacional que, lastimosamente cuenta con aliados internos, peligrosos agentes que en el caso del gobierno bolivariano a veces una siente que son tratados con demasiada indulgencia.
