Cuando leímos el “Decreto de transición” de la derecha fascista venezolana, firmado por tres de sus principales actores: Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledesma (desde luego apadrinado por las derechas yanqui y venezolana) nos preguntamos cómo es que un decreto de esa naturaleza, gemelo del decreto de Carmona, con el agravante, además, no sólo de violar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sino estar acompañado de la intervención militar del país y bombardeos a puntos estratégicos, causando muerte y destrucción para luego, seguramente, declararlos como “daños colaterales”; cómo es, repetimos, que pensaran que algo tan explícito pudiera declararse y publicarse por el diario El Nacional, (hecho que demuestra la absoluta e incluso impune libertad de prensa) y, menos aún, pudiera cumplirse sin recibir una respuesta de rechazo inmediato y categórico del Gobierno y de la gran mayoría del país.
La respuesta a esa interrogante es igualmente obvia: esos apátridas del decreto ya estaban confabulados con el gobierno yanqui; ya habían preparado el plan de intervención; se sintieron amparados y protegidos y supusieron que el cambio intervencionista se iba a cumplir como lo forjaron sus mentes diabólicas y enfermas, tal como el gobierno imperial lo ha hecho en Afganistán, Irak, Labia, lo están intentando en Siria y lo han hecho desde el siglo diecinueve en todo el Planeta.
Ahora, como el plan de los vende patria fracasó, (a pesar del caudal de dólares que les aflojó el imperio) como viene fracasando sistemáticamente la oposición fascista en el sentimiento nacional, Obama, simple marioneta de los intereses financieros y bélicos de la pre-potencia imperial más grande que ha existido en la dolorosa historia de la dominación planetaria, se lanzó con su último decreto, tan manido y falso como el que se valió para intervenir a Irak: declarar a Venezuela, (un país con probada política pacifista, solidaria y humanitaria) como “una amenaza para la seguridad de Estados Unidos” y, así como lo viene haciendo en otros países, utilizar su poderío bélico, seguramente apoyado por el lobby sionista y la OTAN, para invadir a Venezuela con sus misiles y bombardeos.
No podemos calibrar hasta qué punto el pueblo norteamericano está tan alienado para creer esta última mentira de la que se vale su gobierno para atropellar a otros pueblos y causar muerte y destrucción. No sabemos si la población norteamericana, tan trabajadora y honesta, pueda salir de su alienación consumista y del agobio de la explotación comercial que viene padeciendo,y pueda darse cuenta de que esta es una mentira igual al ataque musulmán a las torres gemelas, a Alcaeda y ahora a la “república islámica que está sembrando el terror en Medio Oriente,(y es muy posible que lo traslade a los países latinoamericanos a los que quiere torcer el brazo”) para apoderarse del petróleo y las riquezas de las que están hambrientos. No sabemos hasta qué punto el pueblo norteamericano esté dispuesto a seguir entregando a sus jóvenes a guerras devastadoras sin ninguna justificación para ellos; muchachos y muchachas que han perdido su juventud, su condición de ciudadanos libres de disfrutar de una vida mentalmente sana, llena de sueños y no de la pesadilla de muertes macabras en países que ni siquiera han conocido.
No imaginamos hasta qué punto ha llegado el grado de crueldad de los poderes imperiales económicos que fabrican armas que comercian para destruir a millones de seres humanos, como si ellos, ya millonarios van a vivir eternamente o van ser inmortales.
Tampoco imaginamos cuál será el grado de DESHUMANIZACIÓN de los millonarios medios de comunicación locales e internacionales (radio, prensa, televisión y cine) a tal punto que sigan apoyando a esta MÁQUINA IMPERIO CAPITALISTA, macabra, soberbia y ciega ante la justicia humana, para que prosigan en su plan belicista.
Lo que sí hemos podido calibrar es que la OPOSICICIÓN, la DERECHA FASCISTA VENEZOLANA, ha desnudado su carácter de APÁTRIDA, su carencia de raigambre nacional y su absoluto desamor a la Patria y al pueblo. El silencio a todas luces, la falta de una pronunciamiento categórico ante el decreto de Obama, sus declaraciones ambiguas, sospechosas y maquiavélicas, así lo demuestran. ¡Que vergüenza para el resurgimiento del sentimiento nacional y latinoamericano que hoy respiran los pueblos latinoamericanos y del Caribe!.
Ellos carecen de toda conciencia patriótica y, para su propio mal, de conciencia política. Cipriano Castro tuvo una oposición férrea, feroz, implacable; empezando con la oposición de su propio compadre, que se vendió a la oligarquía de su época: Juan Vicente Gómez. Pero en 1902, cuando potencias imperiales bombardearon y quisieron invadir el país, TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS, GOBIERNO Y OPOSICIÓN, COMO UN SOLO PUEBLO, SE UNIERON EN DEFENSA DEL “SUELO SAGRADO DE LA PATRIA”. Todos, políticos, obreros, campesinos, estudiantes, el propio pacifista José Gregorio Hernández, todos levantaron su brazo y su voz. Nada estaba por encima de la Patria.
En cambio hoy, una miserable minoría política, frustrada, fracasada, ambiciosa, calla…
Demuestran con su culpable silencio, que LA UNICASOBERANIA QUE CONOCEN ES LA SOBERANIA DEL DINEERO Y DEL PODER MAL HABIDOS.
Ellos saben de sobra, porque la realidad histórica y geopolítica actual así lo demuestran, que una invasión imperial a Venezuela, tal como sucedió en Afganistán, Irak, Libia y ahora en Siria, sólo producirá devastación, destrucción, muerte y miseria. Lo saben…y es lo que quieren….Todo imperio, para invadir, necesita una cooperación traidora y apátrida que les abone el terreno desde el interior del país y los cómplices fuera de él. Eso lo hicieron todos los que colaboraron con las invasiones de sus patrias, así como lo hizo y hace la Oposición venezolana, desde el mismo momento que surgió la V República.
¡Es tal la ambición de poder y la avidez por gobernar de esta OPOSICION, que, al no poder hacerlo con el apoyo del pueblo, PREFIEREN GOBERNAR SOBRE LOS ESCOMBROS DE LA PATRIA… QUE ES LO QUE DEJA LA INVACIÓN IMPERIAL.
En ese sentido, es bueno que los medios de comunicación públicos, transmitan sistemáticamente, día a día, para refrescar la memoria, y para demostrar con el poder de la imagen, todo el proceso de destrucción que sufrieron y sufren los países invadidos: cómo eran antes y después de la invasión: los muertos, niños, jóvenes y ancianos, los edificios destruidos, los millares de desplazados, la economía deshecha, el hambre, la miseria, mientras se enriquecen los reconstructores de los daños. Que sepan, aquellos que tratan de ignorarlo o banalizar la tragedia, lo que significa para todos, una invasión.
Que vuelva a transmitirse la arremetida sobre Palestina, contra el valeroso pueblo de Gaza, la guerra de Viet-Nam, el bombardeo a Hiroshima, la Guerra Mundial para repartirse el petróleo…y todos los desmanes imperiales de las potencias que se venden hoy como “defensoras de la democracia y los derechos humanos”
Entre los falsos argumentos para convalidad el nefasto decreto de Obama, destacan “la violación de los derechos humanos” por parte del Gobierno de Venezuela. Y lo arguyen los violadores de esos derechos: los fascistas que causaron muerte y dolor desde hace quince años, en diferentes actuaciones, rematando con las guarimbas con un saldo de cuarenta y tres muertes inocentes; y los más grandes violadores de los derechos humanos de la historia: los Estados Unidos y sus aliados, quienes como Atila, “por donde pasan nunca más crece la grama”
Otro argumento es el de la persecución a los opositores políticos. ¡Válgame Dios! Persecución sufrió Chávez, incluso antes de asumir la Presidencia de la República: se le descalificó, se le calumnio, se le vilipendió, se trató de obstaculizar su gobierno en todas las formas posibles: paro patronal (algo desconocido en el mundo económico y político), asesinato al Fiscal Danilo Anderson, asesinato al joven diputado Serra, golpe y secuestro del presidente Chávez, cuando vimos sólo en horas, cómo persiguieron a los chavistas y sacaron a golpes a Rodríguez Chacín, invadieron a la embajada de Cuba, persiguiendo a personeros del Gobierno, supuestamente escondidos allí, en una flagrante violación de los derechos humanos de los miembros, adultos y niños que habitaban e la embajada. ¿Será que no tienen memoria? Aunque, en honor a la verdad, Estados Unidos no necesita argumentos ni jurídicos ni de ninguna especie para atropellar a los gobiernos que no se les doblegan ni a los pueblos. Sólo les basta con fabricar una calumnia y repartir dólares a diestra y siniestra a los apátridas, en sus condiciones de “asociaciones no gubernamentales” y estimular la ambición de los ávidos de poder político y económico.
Arguyen corrupción, cuando mantienen en su territorio a los más grandes defraudadores de la Hacienda Pública, llámense banqueros, políticos, militares o narcotraficantes.
De lo que sí estamos seguros también, es que esa posibilidad de gobernar sobre ruinas, le será negada por la histórica VENEZUELA HEROICA, que saldría vencedora: inexorablemente: esa miserable fracción política y económica que es capaz de entregar a la Patria, se hundirá en el abismo del oprobio y tendrá el rechazo total de su propio país y del mundo libre o ansioso de liberación plena.
Después de dos siglos, le llegó la hora a Venezuela, a Latinoamérica y al heroico Caribe, de tener su segunda y verdadera INDEPENDENCIA.
Estamos suprseguros, y es bueno que se sepa, que los PUEBLOS (ahora conscientes del profundo significado del bolivarianismo, retomado por Chávez y difundido en toda Latinoamérica) SABRÁN COBRARLE A AQUELLOS GOBIERNOS QUE NO ASUMAN EL MOMENTO HISTÓRICO, PREFIERAN EL ENTREGUISMO Y LA VACILALCIÓN, PUES LES SERÁ MUY DURA Y DIFICIL LA CONTINUIDAD .
DEFENDER A VENEZUELA ES DEFENDER A LATINOAMÉRICA ENTERA
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CHÁVEZ PRONUNCIÓ SU “POR AHORA” Y EN ESTE AHORA CONFIRMA SU CALIDAD DE VISIONARIO SEMBRADOR DE LIBERTAD. CHÁVEZ ESTRATEGA Y AMANTE DE LA PATRIA, ELIGIO CON BUEN OJO A NICOLÁS MADURO, QUE ESTÁ DISPUESTO A AFIANZAR SU SIEMBRA, CREO LA UNIÓN CÍVICA-MILITAR Y SUPO GANARSE EL AMOR Y LA FIDELIDAD DE SU PUEBLO. POR ESO Y MUCHO MÁS, LA OPOSICION APÁTRIDA NO GOBERNARÁ JAMÁS SOBRE LOS ESCOMBROS DE LA PATRIA CHICA NI DE LA PATRIA GRANDE.
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