Por supuesto que Venezuela y Nuestramérica han experimentado avances en todos los órdenes, especialmente en aquellos territorios donde la corriente progresista –antiimperialista– ha alcanzado los votos conscientes de sus nacionales. Esa realidad nos satisface y nos levanta el optimismo por que se extienda el brazo socialista en los países hermanos.
Sin embargo, al lado del brillo naciente aún quedan muchos “TODAVÍA” a los que no debemos ni podemos subestimar. Esto, por cuanto esos “brotes” siguen resonando en sus cápsulas capitalistas y aupando el consumismo a que nos acostumbraron desde hace 200 años. Veamos:
Todavía vivimos los días en que vemos muchas situaciones o pormenores sociales sin relevancia (la última chaqueta de Shakira) elevados a “ranquing” de asuntos importantes.
Todavía nos vislumbra el show de un matrimonio ricachón celebrando sus nupcias bajo el crisol de antenas, de delicatesses foráneas, de vestidos y trajes a la última moda.
Todavía el venezolano es obligado a leer en la prensa escrita cómo y por qué tal artista norteamericano come y degusta su plato favorito en los “indispensables” Mac'Donalds.
Todavía leemos cómo y cuándo el príncipe de X deporte extraño luce su camisa favorita de marca...
Todavía nos interesa cuáles son los atuendos favoritos y llamativos que usó tal artista de cine en su último divorcio.
Todavía en la prensa escrita –en páginas centrales y a todo color– se nos enseña por qué el presidente de un “bello” país se vistió con “frack” oscuro en vez del claro.
Todavía vemos cómo los habitantes progresistas de Suramérica hacemos cuanto podemos por desterrar las “maravillas” enseñadas por los ancestros ricachones; quienes todavía insisten en llenar nuestros espacios y mentes del Sur con estúpidas baratijas a las que etiquetan y venden como “necesarias para tu vida en sociedad; eres diferente”.
Todavía vivimos. Entonces, todavía podemos recordar tantas injusticias, muertes y dolores; todavía queremos desterrar los principíos entreguistas de los rectores pasados; todavía podemos decir: ¡prohibido olvidar!; y todavía tenemos voz para sentenciar: ¡NO VOLVERÁN!
Carlos Alberto Zambrano Rodríguez
carlos13221953@hotmail.com
