María Conchita Alonso declara en TV recién desde Miami:
“Me siento feliz con la muerte de Hugo Chávez” (…) “no estoy dispuesta a darle el pésame a su madre” y (…) “ya se dio el primer paso para ir a la meta que tenemos que llegar… que no fue por nosotros sino por Dios”.
Y entonces, sacudidos por unas palabras que nos ponen a temblar, sobre todo por ella y por quienes piensan y sienten y duelen como ella, nos atrevemos a decir:
Perdónala, Señor, que no sabe lo que dice
Perdónala, Señor, que no sabe lo que siente
Perdónala, Señor, que no sabe qué es Miami
Perdónala, Señor, que no imagina ser mamá
Perdónala, Señor, que no sabe qué es vivir la infinita crucifixión del hijo dilectísimo a manos de los Pilatos, los Lanceros y los Judas de siempre
Perdónala, Señor, que no sabe ser feliz, ni justa ni piadosa
Perdónala, Señor, que no sabe quién da los primeros pasos ni cuáles son las claves divinas ni cuál es el plan de Dios para cada uno
María Conchita añade además:
“Porque se haya muerto (Chávez) no significa que ¡Ay, qué bueno!... Pero sí es un respiro, un respiro grande…”
Perdónala, Señor, que no sabe qué es respirar
Perdónala, Señor, que no sabe qué un respiro grande, es decir un respiro de alivio de todos los humildes y las humildes de la tierra
Perdónala, Señor, que no sabe que el amor es el único camino para ser alma
Perdónala, Señor, que no sabe que el amor es el único camino para ser artista
Perdónala, Señor, que no sabe qué es sentir
Perdónala, Señor, que no sabe qué es sufrir
Perdónala, Señor, que no sabe vivir ni dejar vivir
Perdónala, Señor, que no sabe morir cada día y renacer cada día
Perdónala, Señor, que no sabe llevar con decoro el nombre sacro de la Virgen María
Perdónala que, aunque es hija tuya, ella siente que nunca ha sido hecha ni arrullada en ternura por ti ni por nadie
Perdónala, Señor, que no recuerda qué es amar
Perdónala, que no sabe lo que dice
Con tu infinito amor, perdónala, que no imagina las consecuencias de lo que dice
Cuando alguien, como Chávez, por amor
Sirve y mueve a millones de almas en amor
Al punto de ofrendar su vida y dolores por ellos y por ellas
El amor es perfecto
El sacrificio es perfecto
No hay armas ni amenazas ni imperios que arrodillen unas almas zarandeándose en alto
Como ropas recién tendidas
delgadoluiss@gmail.com