Producto de una serie compleja de acontecimientos y debates vivimos hoy en Venezuela la discusión sobre qué debería ser un partido unitario de corte progresista.
Cómo debería conformarse a objeto de poder ayudar a conducir de la mejor forma posible los destinos colectivos del esfuerzo y sacrificio de generaciones y generaciones de revolucionarios, de generaciones y generaciones de venezolanos y venezolanas.
La oportunidad histórica de construir un socialismo humanitario, viable y ajustado a los diversos escollos y desafíos de nuestro recién nacido siglo es un asunto de todos los colectivos e individualidades.
Todo el que tenga algo que aportar es bienvenido.
Nadie está o debería sentirse excluido.
Sencillamente porque la revolución somos todos.
Y todo el que no lo asuma deberá hacerlo bien y más temprano que pronto.
Como lo dijo hace varias décadas el dramaturgo, poeta e intelectual de izquierda Bertolt Brecht en un bello pero agudo poema: el partido somos nosotros.
Y dejará de serlo al día siguiente en que no nos interprete, en que no sueñe y por una razón u otra, no sienta, piense y trabaje desde nuestro lado.
El Partido somos nosotros
Bertolt Brecht
¿Quién es entonces el Partido?
¿ Vive entre cuatro paredes?
¿ Está prisionero en las cárceles?
¿ Escucha en el auricular de los teléfonos?
¿ Son sus pensamientos secretos
sus conclusiones desconocidas?
¿Quién es entonces el Partido?
El partido somos nosotros,
Tú, yo, y nosotros, nosotros todos.
Se viste con tu ropa
Y piensa en tu cabeza.
Donde nosotros estemos,
allí estará el Partido,
donde se le ataca allí combate.
Muéstranos el camino que debemos seguir y nosotros lo seguiremos contigo.
Pero no sigas sin nosotros el camino sin nosotros ese camino es el peor no te separes de nosotros podemos equivocarnos y tú tener razón, luego, no te alejes de nosotros.
Nadie lo niega, vale más el camino corto que el largo, pero si uno de nosotros lo conoce y no lo puede demostrar ¿de qué nos sirve su sabiduría?
Sé sabio, pero sé sabio con nosotros.
No te alejes jamás de nosotros.
