Recuerdo vivamente el triste episodio que envolvió al camarada Tabarquino con la estatua derribada del genocida Cristóbal Colón en Caracas. Estuvo más de seis meses preso y por fin salió en libertad esa “amenaza pública”. Fue una vergüenza para la super escuálida Fiscalía que dirigía el innombrable, que casualmente en estos momentos ha tenido una conducta pasiva y pendeja ante los atropellos a nuestros compatriotas en el aeropuerto de Barajas, España. Debe ser que está ocupado en otro libro de poesia. Los que estamos del lado de acá sabemos muy bien que los organismos de justicia en el país están repletos de conspiradores y corruptos que se encargan de encarcelar a los pobres de finanzas y no a los pobres de alma y conciencia, léase, clase media alta y clase rica. Si hacemos un ejercicio morboso, de la cantidad de delitos cometidos desde el año 2000 hasta la fecha, dejaríamos el estómago en el retrete de tanto vomitar, además de una seria lesión en el sistema nervioso central y pesadillas continuas.
Por lo menos la actual Fiscal está tomando medidas reivindicativas para tratar de hacer un poco de justicia con horrendos crímenes de la cuarta república. Huele a esperanza. Pero la señora Luisa Ortega debería estar al tanto de muchos fiscales contrarrevolucionarios que apuestan al fracaso de este gobierno y tendría que poner la lupa a esos apátridas que no aplican la ley como es debido sino manipulados por sus propias miserias cuarto republicanas y fascistas. ¿Dónde están las investigaciones por los más de 200 campesinos asesinados por los latifundistas harto conocidos? Perdón, me detengo pues dije que no haría ese ejercicio morboso de recuerdos arrechantes.
¿Por qué esos dos fiscalitos decidieron mantener en prisión a la camarada Lina Ron? ¿Saben por qué? Porque ellos son la viva representación de la derecha adecopeyana fascista, valga la redundancia, son la viva voz de la oligarquía criolla que siempre se ha creído la dueña del país y con derecho a mandar al infierno a cuanta persona ose enfrentarlos y tocar sus asquerosos intereses, eso es todo. El lacayo Gómez Sigala agrede a la autoridad militar y apenas es imputado. Unos estudiantes disociados atentan contra la propiedad privada, pública, contra la seguridad de las personas y ni siquiera son investigados y algunos imputados y dejados en libertad porque la cloaca Globovisión se encadenó en el asunto y amedrentó a nuestras autoridades caguetas.
Esgrimen como argumento, los fiscalitos del caso Ron, que la señora es una seria amenaza para la seguridad del país, o sea, la propia Bin Laden que el asesino Bush blandía en sus discursos cada vez que quería justificar sus crímenes en Iraq y Afganistán. Qué horror, y pensar que una depuración en esa Fiscalía escuálida es muy difícil de lograr ya que los(as) encargados de hacerlo en los mandos medios son conspiradores contra el proceso bolivariano. Y lo más triste es que muchos chavistas que se dicen “revolucionarios” descargan su ira contra la camarada Lina Ron como si fuese una paria de esta incipiente revolución con tinte socialista. ¿Y todas las obras en pro de las comunidades que esta señora ha hecho, junto con su proselitismo desinteresado a favor de nuestro presidente, resulta que todo ese valor agregado se tira por la poceta, no hay una ponderación del juicio que cada uno de nosotros hace? El problema está en la conspicua Fiscalía que arropa en su vientre serpientes de pensamiento adeco, de conducta reaccionaria y fascista, más nada. Cada vez que puedan, esos fiscales cuarto republicanos blandirán un Bin Laden para mantener tranquilos a los lacayos que gobernaron este país a sangre y fuego y que se mantienen en los nichos de los medios de comunicación y la industria privada monopólica y corrupta. Qué lástima que en lugar de bombas lacrimógenas no hayan explotado artefactos menos benignos…
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