Las frenéticas estupideces que suelta Elliot Abrams

Primeramente, hemos de decir que, habla de Venezuela, con una afinidad de confianza autoritaria imperial, que al mismo Trump, lo debe tener loco y, más con su semblante de gorgojo americano que mete miedo, se expresa con tal nitidez que, lo que suelta, trata de empachar al régimen de Maduro que los ejemplos de la actuación del régimen de Trump no es el ideal, que odia sin menoscabo todo lo que sea de conformidad socialista y, por lo general se comporta como un opositor herido, que no lo dejan atar los cabos de la democracia a su manera como quisiera, porque él es democrático, hasta en el modo de caminar con una viveza que lo asemeja a un narco colombiano metiendo drogas en la Casa Blanca a plena luz del día.

Y como el tiempo es oro, Elliot Abrams, el enviado especial de los Estados Unidos, para poder cobrar por sus vilipendios estructurales, no desperdicia con su asco de voz tan repugnante que mejor le hubiera valido haber nacido mudo, y no se da cuenta que cada vez que habla empalaga el espacio de algún color que ya no hiede, pero infesta más el aterrador panorama de su presidente, que sino está hastiado de su mala praxis que no da para más, tampoco debe estar complacido, aunque el patrón oro viene siendo desplazado por el patrón del huevo para su enfado, por lo que sigue enredado en su modo de pensar sobre Maduro que, en vez de decir que "todas las opciones están sobre la mesa", pudiera más bien decir, de una buena vez, tenemos que salir de Maduro a como sea que vale también y para ellos sería lo mejor, optar por su asesinato que parece estar a la orden del día por Trump y su gobierno. ¡Diga usted que sí, Elliot Abrams, como enviado especial de los Estados Unidos, diga usted que sí!

Las perlas que soltó el enviado especial de los Estados Unidos, que no es tan especial que se diga, que cada día rebota como una pelota desinflado, está alterado, opina y nadie le hace caso, desembolsan dólares de allá para acá y, Maduro en el poder y ellos que no, que no, no puede ser, y su muñeco, finalmente, fríamente nos da las órdenes, muñeco al fin en retroceso y el oxígeno que viene en dólares no compra a los militares y, esa es la rabia, que quizás el encargado como enviado especial, que mejor ganado lo tiene Luis Almagro, que será reelegido para la OEA, que ése si puede decir el refrán: "Del mar, el mero, y de la tierra, el misionero". ¿Quién puede pensar lo contrario?

Lo cierto es que, Elliot, el enviado especial de los Estados Unidos, no se deja arrebatar por la emoción de no poder sacar a Maduro del poder y, entonces tiene que apelar a confundir más de lo que confunde con su presencia de amenazar con más y mejores medidas de meter a Venezuela en el patio trasero sin alfombra roja al régimen de Trump, su empleador y lleno de esperanzas solitarias, expresó en conferencia de prensa sin fusil a la mano, pero con los ojos turbios de agonía punzante:

"La intervención militar depende del presidente Trump, no de Juan Guaidó". Pero se habrá visto tamaña estupidez, ¿en que estaría pensando en ese momento?

Después hizo referencia a la solución de la crisis política del país, por lo que, Elliot Abrams, como enviado especial de los Estados Unidos, afirmó: "nunca vamos a sancionar a nadie porque votó sí o no, eso debería ser un voto democrático. ¿Algo como la presidente de Bolivia, elegida por voto democrático a lo Trump, señor Elliot? ¡Diga usted, sí? ¡Caray, que estupidez! Pero de inmediato aclaró, "pero la gente que se presta al régimen como secuaces, a esos los estamos mirando". Dios nos vea con ojos de piedad que Elliot nos ve con ojos de maldad. ¿Y al régimen de Bolivia qué? ¿Ellos sí nosotros no?

Ellos quieren un gobierno de transición porque no confían en Maduro, pero sí confían en Guaidó como confían en Añez en Bolivia y, en Ivan Duque en Colombia. ¿Inocente el tipo como enviado especial de los Estados Unidos? ¿Pareciera que, Elliot, tuviera emociones de dictador encaprichado?

Pero lo más consolador como emocionante fue: "Como hemos visto en el Medio Oriente, cualquier presidente de los Estados Unidos, si quiere usar la fuerza para defender nuestros interéses nacionales, va a utilizar la fuerza. Francamente no depende de Juan Guaidó, depende del presidente Donald Trump". Tanto poder así tiene Guaidó, sino puede llevar adelante los planes de ellos acá, cómo lo va a hacer en el Medio Oriente. ¿Sí Trump salió de Bolton qué espera para salir del enviado especial de su gobierno? Repite, vuelve a repetir, no hace nada, no sanciona, sancionan otros y, lo más, pero lo más decepcionante antiimperial para ellos, es que, no ha podido salir de Maduro. ¿Lo mandará a matar Trump ah Elliot? O las opciones siguen sobre la mesa. ¿Y allá no sopla el viento ah Elliot? Creo que la mala presunción de, Elliot Abrams, como enviado especial de los Estados Unidos para Venezuela, Maduro se la quitó con jabón político, escaso en Latinoamérica. ¿No te parece, Elliot, no te parece?



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Esteban Rojas


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