Fidel y la geopolítica de emergencia

Muchos han sido arrastrados en la distracción que produce el Mundial Sudáfrica 2010. Es sorprendente ver la enajenación que produce en jóvenes, niños y adultos la fiesta del futbol. Y en el fondo de todo subyace el impacto que la imposición de un modelo de consumo y prácticas culturales tiene en su relación con los medios de comunicación, particularmente la televisión. Mientras que el público distraído observa absorto las vicisitudes de Brasil, Argentina, Alemania, Uruguay y España, el mundo sigue su curso inexorablemente hacia un conflicto de grandes magnitudes. La única voz, que en medio de la disolución de la racionalidad y su sustitución por el envilecimiento televisivo, es la de Fidel Castro.

El octogenario Comandante Cubano, ha advertido sobre los peligros que el proceso seguido contra la República Islámica de Irán genera sobre el mundo. En el fondo se trata de entender que los niveles de disputa que ha alcanzado el modelo de dominación cultural europeo-occidental y su pretensión absolutista-hegemónica con las alteridades que conforman el sistema-mundo, está llegando a niveles de intolerancia y prepotencia peligrosamente dañinos para la humanidad. Debemos ver con preocupación como la lógica de apropiación y uso exclusivo de la tecnología, por parte de las potencias dominantes, conlleva un peligro general no sólo por los excesos que el uso de esas tecnologías tiene sobre los seres vivos del planeta, sino que además en el uso y dominio exclusivo de la tecnología se encuentra la base de la reproducción de capital en este momento. Marx hablaba en una de sus obras – poco conocida y debatida- los Grundisse, que la tecnología es usada comúnmente por el hombre, pero que la misma tiene una 2da fase de uso, en donde se produce la separación del trabajo como actividad y el trabajo como acumulación. En esa separación se erige todo el edificio de la generación de plusvalor, pues la tecnología es utilizada para dar más valor a la mercancía y la ganancia que la misma genera se reinvierte en capital tecnológico que ayuda a conseguir más plusvalía. Es precisamente este punto el que está en juego con el conflicto entre Irán y EEUU.

Las pretensiones exclusivistas de los EEUU, ese mismo encabezado por “el pacifista” Obama – que equivocados estaban todos cuando cifraron sus esperanzas en él- de “impedir” el uso de tecnología nuclear para fines pacíficos, tiene de trasfondo la apropiación que se pretende -con fines de dominación- de todos los adelantos de la ciencia y la técnica que puedan ser empleados para incrementar las diferencias – y la dependencia por lo tanto- entre los países. Cuando Irán da pasos adelantados – gigantescos- en la aplicación científica-desarrollista de la física, la química y la matemática – respondiendo con ello a una tradición científica milenaria que se dio en la zona de oriente medio y Asia oriental- lo que hace es dar un “mal ejemplo” para quienes quieren mantener la dominación. El peligro de Irán no radica verdaderamente en el uso de tecnología para el desarrollo nuclear. El peligro radica en que es un ejemplo de rebelión contra la lógica instrumental de dominación del modelo europeo-occidental que se viene imponiendo desde el siglo XV como referencia para el sistema-mundo.

Irán, es un ejemplo de lucha contrahegemónica, al igual que Venezuela, Bolivia, Ecuador y mucho más profundo que el propio Brasil, que sí bien mantiene actitudes de resistencia, desarrolla articulaciones preocupantes – desde el punto de vista productivo- con ese sistema capitalista en constante crisis. Cuando Irán – al igual que los países señalados- mantiene una actitud irreverente y de resistencia, remite un mensaje que no puede ser tolerado por el sistema de controles hegemónicos-dominantes: que existe una posibilidad de superar la dependencia y con él, los controles que mantienen en pie las diferencias sobre las cuales se construye toda la lógica de la subyugación. Esto ha sido clave en la historia de la humanidad y particularmente en la historia de Nuestra América. Hoy Irán, como ayer nuestros pueblos originarios, asumen la confrontación de dos semánticas: la de la dominación-coactiva y la de la liberación.

La 1era de las semánticas, sostiene la imposibilidad del avance, pues las sociedades que no han alcanzado “el pleno desarrollo” no lo pueden lograr, por sus problemas culturales. La 2da de las semánticas, es positiva, en cuanto su visión de la oportunidad y cada vez construye puentes o mecanismos contrahegemónicos basados en más de 500 años de experiencias surgidas de la violencia y la dominación. Lo preocupante de lo que sucede en torno a Irán en estos momentos, es que Israel y EEUU están jugando a extremar las presiones y pueden estar haciendo un cálculo errado, pues se olvidan que es Irán en estos momentos la que juega un papel esencial en el conflicto en Irak, por el componente shiíta que se encuentra en la frontera común y que ha sido un obstáculo a las pretensiones universalistas de las potencias hegemónicas-dominantes. Peor aún, todo está relacionado con la alternativas de dominación y eso proyecta una presión adicional sobre Venezuela, más aún con el triunfo de Santos en Colombia que es una pieza de esa lógica de subyugación dominante. La advertencia es para toda la humanidad, pero tiene especial acento para nosotros los bolivarianos, como opción contrahegemónica.

*Historiador

Juane1208@gmail.com


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Juan Eduardo Romero*

Dr. Mgs. DEA. Historiador e Investigador. Universidad del Zulia

 juane1208@gmail.com

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