Alerta laboral: La IA, el nuevo requisito del trabajo, ¿y Venezuela qué?

Hoy somos testigos del advenimiento de una fuerza igualmente disruptiva: la Inteligencia Artificial (IA). No es mera herramienta, ni moda pasajera; es, como lo fueron en su momento el papel, la electricidad o el internet, una plataforma general destinada a permear toda actividad humana, desde la más humilde manufactura hasta las altas finanzas, la educación y la salud. Su impacto en el mundo del trabajo y la riqueza de las naciones será profundo y, como en toda gran transición, generará ganadores y perdedores según la sagacidad con que los pueblos y sus gobiernos se adapten.

`El Nuevo Requisito Sine Qua Non:` La Alfabetización en IA

La evidencia es ya incontrovertible. Un estudio conjunto de Microsoft y LinkedIn revela que el 66% de los directivos mundiales no contrataría a alguien carente de conocimientos en IA. Más aún, un asombroso 71% preferiría a un candidato con menos experiencia tradicional pero competente en IA sobre otro más experimentado pero analfabeto en esta nueva disciplina. La IA se está convirtiendo en tiempo récord, en el nuevo requisito para el empleo.

Y es que la expansión de la IA no es solo cuestión de algoritmos y talento; Hechos recientes ilustran que llego para quedarse y cambiar el mundo como lo conocemos. Microsoft acaba de firmar un acuerdo para reactivar la planta de energía nuclear Three Mile Island, bombeando 835 megavatios directos a sus centros de IA. Amazon, por su parte, ha reservado 2 gigavatios de esa misma energía nuclear para alimentar su nube. Mientras, Elon Musk ensambla 200.000 CPU en granjas de computación dedicadas a la expansión de la IA. Esta descomunal inversión en energía y capacidad de procesamiento es sola la punta del Iceberg de la expansión exponencial de la IA y el nuevo mundo del trabajo.

`La evidencia a la mano:` Demanda Explosiva, Oferta Insuficiente.

La sed de talento especializado en IA es insaciable. Glassdoor, el célebre clasificador de empresas, señala que el número de trabajos en el área de IA se duplicó entre 2023 y 2024, y ya en 2025 supera el promedio anual anterior. Surgen roles impensados hace un lustro: estructuradores de IA, analistas de prompt, éticos de algoritmos. Sin embargo, la oferta de profesionales calificados no marcha al mismo ritmo frenético de la demanda. Aquí yace la gran paradoja: mientras la necesidad crece exponencialmente, solo el 35% de las empresas proporciona preparación en IA a sus empleados. Se espera que, impulsados por esta fuerza imparable, el 70% de los puestos de trabajo habrán cambiado drásticamente para 2030. Las naciones que no actúen para cerrar esta brecha de habilidades condenarán a amplios sectores de su fuerza laboral a la obsolescencia y a sus economías al estancamiento, acrecentando la brecha entre países y entre seres humanos.

`Venezuela en la Encrucijada:` Oportunidad o Exclusión Acelerada

Para Venezuela, la disyuntiva es particularmente aguda. La crisis económica y la fuga de talento han debilitado su capacidad de respuesta. Sin una acción estatal decidida, inmediata y bien enfocada, el país arriesga Ampliar la Brecha Digital Convirtiéndose en un mero consumidor pasivo de tecnología desarrollada en otros lugares, sin capacidad para generar valor añadido localmente, además de profundizar la Desigualdad, con Una élite pequeña con acceso a la formación y herramientas de IA, frente a una mayoría excluida de los nuevos empleos y perder competitividad total, con Empresas locales incapaces de competir con firmas extranjeras o regionales que sí dominen la IA, acelerando la desindustrialización y la dependencia de importaciones.

`La Imperiosa Necesidad de la Acción Estatal:` Evitando Nuevas brechas

Ante una transformación de esta magnitud, la abdicación de los gobiernos es un lujo catastrófico. Lamentablemente, muchos no tratan este tema con la importancia estratégica que merece, dejando a ciudadanos y empresas a la deriva. Los Estados y sus pueblos deben ser los arquitectos de la transición, incorporando estos cambios desde la raíz, desde la incorporación al Sistema Educativo, no solo como materia técnica, sino como competencia transversal esencial, la nueva lectura, escritura y aritmética; pasando por la Capacitación Masiva y modernización en instituciones públicas y alianzas con el sector privado para reentrenar a la fuerza laboral actual, hasta la Cooperación Internacional y Transferencia de Conocimiento: Países como Venezuela, que parten con desventaja, deben establecer acuerdos con naciones líderes en IA como China, para acceder a formación, tecnologías adaptadas y mejores prácticas. Cursos intensivos, becas especializadas y acuerdos de investigación aplicada son cruciales. Ignorar esta ventana es cavar la fosa de la dependencia tecnológica perpetua. Quienes no la dominen la IA verán sus oportunidades menguar, tal como ocurrió con aquellos que, en su día, desdeñaron el aprendizaje del PC o de Internet. La advertencia es clara: los trabajadores que incorporen la IA a sus habilidades hallarán un salvavidas en el turbulento mar del cambio; los que no, sufrirán un descalabro en sus oportunidades de empleo, desarrollo y ascenso.

La Inteligencia Artificial no es un espectáculo lejano, es la corriente que ya está remodelando el lecho del río del trabajo y la economía global. Ignorarla es como negarse a usar la rueda o la imprenta en su momento. Las naciones que comprendan que la IA es la nueva infraestructura crítica – tanto como los caminos, los puertos o la red eléctrica y actúen en consecuencia, serán las que forjen la riqueza del siglo XXI. El tiempo de actuar, para Venezuela y para todas las naciones, es ahora. La historia económica y de los trabajadores no perdona a los rezagados.



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José Antonio García


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