Cátedra Comunal

Sin participación ciudadana no hay cambio

Iniciamos hoy una nueva secuencia de Cátedra Comunal, referida esta a la base de la nueva sociedad en construcción, que no es otra que la participación ciudadana, ya que sin ella no existe Poder Popular. La participación no es un capricho, es quitar el poder de manos de burócratas, para que la gente lo ejerza en la construcción de su propio camino.

Participación es el nuevo nombre de la democracia en Venezuela. Participación es presencia y acción de la ciudadanía en los niveles de decisión, ejecución y control de políticas públicas. Aquí, como en otros países y sociedades donde se entiende que no es suficiente la democracia representativa -que no basta con elegir representantes que actúen en nombre del pueblo- son los mismos ciudadanos quienes se incorporan de manera directa a la atención de lo público; no obstante, los ciudadanos no dejan de elegir a funcionarios y representantes, la diferencia está en que no los dejan solos, ellos actuarán orientados y controlados por el pueblo al cual sirven.

Si la Constitución hace de la participación el camino hacia el Poder Popular, ¿entonces por qué preocuparse?. Si nos preocupamos, porque a pesar de que la norma constitucional es profundamente participativa, la gente se queda de lado, bien porque no le interesa -lo que significa desconocimiento y falta de espíritu de cambio- o, por el contrario, porque unos pocos, queriendo no desprenderse de prebendas y privilegios, continúan marginando al pueblo, y este -sin conciencia de su rol protagónico- se deja echar de lado.

El mandante, el soberano, elige representantes, pero ahora no los deja solos hasta el fin del mandato, como ocurre en la democracia participativa. El mandante participa ahora en la planificación de lo público, en la legislación que rige, en la ejecución de las políticas y servicios, y en el control directo de la gestión, al punto, que puede revocarle el mandato al mandatario, sin necesidad de esperar el vencimiento del término. El mandatario rinde cuentas periódicas al mandante.

Se ha definido participación como el mecanismo o proceso a través del cual los ciudadanos y ciudadanas intervienen, individual o colectivamente, en las instancias de toma de decisiones sobre asuntos públicos que le afectan en lo político, social, educativo, ambiental, deportivo y en todos los ordenes atinentes a su espacio. Esa intervención de la ciudadanía en lo público, puede y debe darse en cualquier nivel gubernamental y en cualquiera de sus fases.

En Venezuela en los últimos años, dentro del proceso de transformación y cambio revolucionario que inspira el Presidente Chávez, ha existido cada vez una mayor presencia de instrumentos o mecanismos que hacen más viable y efectiva la participación ciudadana, pero lamentablemente no ha significado, en la misma proporción, un incremento de la participación de los ciudadanos en el manejo de su comunidad.

La participación en Venezuela no debe ser letra muerta, palabra para discurso de plaza pública, o mera utopía; debe ser fundamentalmente una garantía para el funcionamiento eficiente de la democracia. Hemos avanzado, no obstante no estamos satisfechos, y desde esta Cátedra Comunal reclamamos mayor participación, por decisión de la gente, y por no interferencia de quienes indebidamente quieren arrebatarle el poder al pueblo, concentrándolo en sus insaciables manos de malos burócratas.

Dejémoslo claro, hay dos pre-requisitos indispensables para la participación, sin los cuales ésta realmente no se da: una ciudadanía informada, y un pueblo educado para participar. Sobre este tema volvemos la próxima semana. Sin participación ciudadana, no hay cambio.

  EL LLANTO DE LOS BARRIOS (En honor a Juan Pipa)

El llanto hoy es por Curupao, el cerro que dá vida a Guarenas, y por Guayabal, su zona industrial que se aposenta al pie de la montaña. Se está deforestando Curupao; la Dirección Estatal Ambiental vigila y actúa, pero no ha impedido que los delincuentes ambientales nos dañen a todos, a nuestros hijos y a quienes han de vivir en este valle. También en el pie de monte de Curupao, en la zona industrial Guayabal, huecos, cráteres y fallas de borde hacen intransitable su vialidad; las aguas servidas y las aguas blancas siguen siendo un grave problema, mientras la delincuencia hace de las suyas. Levantamos la voz por Curupao y su zona industrial; el cerro genera vida; Guayabal levanta santamarías y da puestos de trabajo. Autoridades, actúen.

* Municipalista

cesar_dorta@hotmail.com




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*Cesar Dorta

Luchador social y municipalista

 cesar.dorta62@gmail.com

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