“Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras”
Giovanni Papini…
Los minutos finales en el salón de baile del Titanic después que el barco chocara con el iceberg, Cuando empezaron a entrar las aguas hacia las terceras y cuartas clases, pero sin que ello preocupara a los happy-few que en primera clase bailaban bajo los acordes de una pomposa orquesta, bajo el fino escocés y el champagne. Quemando inolvidables horas. Y de pronto el pánico colectivo, la furia de las aguas heladas del atlántico arrasando con sillas, manteles, mesas, platería, copas, pianos, violines, hieleras etc. Y con quienes llenos de alegría echaban un pie (salón de baile) no sentían lo que ocurría a su alrededor. Fue la noche del 14 de abril de 1912, que se hundió el buque apodado el “insumergible” el barco de 46,329 Toneladas frente a la costa de Terranova muriendo 1500 personas. En aquella noche de clases sociales, no sirvieron para nada decidir quien había de morir y quien no. Ser Rico o ser Pobre no tuvo nada que ver en esa tragedia con la multitud de escenas de heroísmo que se observaron en aquel infortunado navío.
Hay que recordar que cuando un Témpano de hielo asoma la punta, la masa que queda bajo el agua es ocho veces más grande, y recordemos, también que el Titanic se hundió porque choco con uno de estos témpanos.
La oposición anzoateguiense, así como en el titanic, los otrora poderosos miembros de la oligarquía política regional (Ottazo y Chiricotazo) cuando tuvieron el control del barco regional, siempre estuvieron en primera clase bailándose, chupándose y derrapándose los dineros públicos. Mientras el pueblo de Anzoátegui como pasajeros de las clases 3 y 4, se inundaban y ahogaban en la miseria por falta de políticas publicas en los sectores de salud, educación, seguridad e infraestructura. Hasta que en el 2004 llegó Tarek William Saab a la Gobernación evitando que el Titanic anzoateguiense colisionara de nuevo por causa de la corrupta tripulación opositora de aquella época.
Anzoátegui cuando fue gobernada por este clan mafioso de la política se hundió social y económicamente como el titanic, estaba desapareciendo como la Antartida bajo un mar de ignorancia, corrupción, delincuencia, desempleo y salvajismo politiquero.
Para nadie es un secreto las grandes inversiones por parte de Tarek en obras que elevan la calidad de vida de los habitantes de la región (El gobernador que más a invertido en una gestión político/administrativa en materia de obras publicas para la región).
Esta oposición politiquera con nuevos actores (El medio pollo, y el cómico Er` Conde) apadrinados por sus antiguos maestros, tenían al fin que tropezar con el iceberg. Es imposible que naveguen por unas aguas que las dejaron “congeladas” cuando gobernaron por la desigualdad social, el afán bíblico de la riqueza fácil, la corrupción descarada, la desatención del colectivo, la alineación balurda de la calle, la falsa aplicación de la democracia social… Tenían los opositores politiqueros anzoateguienses que tropezar con el iceberg. El agua les penetra a raudales en la nave de estos politiqueros de oficio, ya vemos como las ratas empiezan a saltar de ese barco. Mi querido capitán ese barco hamponil opositor se hunde.
Ahora la revolución bolivariana en Anzoátegui, tiene que arriar los botes a la nave que naufraga, utilizando desde el barco bolivariano la frase histórica “este barco no lo hunde ni Dios” pues se fueron yendo al fondo los políticos corruptos mientras desde el poder jugaban a las cartas. Jugaban a ser Dios y ya no les importaba un comino el pueblo pobre, sino el dinero y el poder vacío de todo sentido social.
Pero el agua hasta el 23N seguirá entrando en la rentina opositora y sino hunde ese barco hoy lo hundirá el pueblo mañana.
Los grupos opositores quieren volver a reeditar en este estado la mala táctica de conducir el Titanic Regional. Que la orquesta siga tocando (Robos, corrupción, chantajes) mientras el barco se les hundía. Como si en esa época cuando gobernaron, no pasó nada con el empobrecimiento de la población, los malos servicios públicos, aunada a la mala calidad de vida para los ciudadanos.
La revolución bolivariana tiene que operar sus propios radares para detectar los icebergs opositores y evitar que vuelvan conducir el barco y lo hagan naufragar con todo el pueblo de Anzoátegui adentro.
El iceberg de la corrupción opositora ha sido detectado por los radares populares de la revolución bolivariana al mando de Tarek William Saab y muy difícil se vuelva a estrellar y provocar su hundimiento. Difícilmente estos piratas asalta cunas, vuelvan a tripular este barco de la esperanza, son unos yunques marinos pesados de la corrupción amarrados con alambritos esclerosados y podríos. El pueblo sobreviviente de esa tragedia jamás se volvería a subir a ese barco con esa clase de tripulación.
En diciembre desde este barco se anunciaran las fiestas decembrinas, con luces artificiales, y los brindis navideños, anunciaran un nuevo año 2009 lleno de alegrías y prosperidad.
Percasita11@yahoo.es