¿Tú, también Bruto?

No es muy fácil entender las razones por las cuales la traición ejerce ese atractivo encanto en ciertos seres humanos, a pesar de lo hermoso y digno que pareciera ser, el convertirse en el principal continuador o impulsor de una extraordinaria y hermosa obra, iniciada por un Ser Especial y respaldada por un pueblo agradecido, en la cual se han salvado los más difíciles obstáculos y se han librado las más gloriosas batallas, como es el caso de la Revolución Bolivariana iniciada por el Comandante Chávez. Pero tal parece que dicha revolución está siendo traicionada por muchos de los que parecían apasionados defensores y leales servidores de la causa chavista.

Desde hace miles de años, la traición ha sido protagonista de los más amargos y tristes acontecimientos de la historia como fue la de Bruto y Casio a Julio Cesar, la de Judas a Jesús, y más recientemente, la de Santander, la de Juan José Flores y la de Páez a Bolívar, etc.

Es tan detestable la traición, que entre todos los antivalores del ser humano, Dante Alighieri en su magistral obra de la Divina Comedia, ubica a los traidores en el Noveno Círculo del infierno, es decir la peor región en lo más profundo de ese horrible y helado lugar. Tal es la condena para los traidores. Ellos son castigados con la misma frialdad con la que tramaron los males contra otros.

No obstante ser reservado en el infierno para los traidores, ese triste y helado destino, parece que el egoísmo y la ambición del ser humano, antivalores enaltecidos, estimulados y promovidos por la lógica del capitalismo, son las causas principales de todas las traiciones, desde la traición de Bruto y Casio a Julio Cesar y la de Judas a Jesús.

En Venezuela, como en casi todo el mundo la traición también es considerada como el más despreciable de los crímenes y es costumbre realizar la "quema de Judas" el Domingo de Pascua como símbolo actual de oprobio o de castigo al personaje más rechazado por la comunidad.

Y es que el pueblo venezolano, a lo largo de su historia también ha sido víctima de las más grandes traiciones que podamos imaginar. Desde los tiempos de Guaicaipuro, Bolívar, Zamora, Cipriano y hasta Chávez, pasando por el 23 de Enero de 1958, el Bravo Pueblo ha sido muchas veces traicionado por muchos de sus propios dirigentes y gobernantes, en nombre del progreso, la justicia, la democracia, la libertad y la paz, todo lo cual ha terminado siendo una gran estafa, que para lo único que ha servido ha sido para beneficiar a un pequeño grupo de privilegiados, que han terminado viviendo en una opulencia inmerecida, en suntuosas mansiones, con derroche de alimentos, vehículos y placeres sin límite, a expensas de la desgracia, el hambre, las enfermedades, la miseria y el sufrimiento de las grandes mayorías del pueblo y que de haber habido un mínimo de justicia, sensibilidad humana y equidad social, hubiésemos todos, podido disfrutar de un excelente nivel de vida, pues la abundancia que nos prodigó la naturaleza así lo permite.

Veamos lo que nos recuerda muy claramente Roberto López Sánchez, en su excelente artículo del 02/04/17 en Aporrea:

"La revolución de independencia fue entregada al capital extranjero inglés y francés por José Antonio Páez, jefe militar del imponente ejército popular que había destrozado al ejército español y había expulsado al imperialismo colonialista del continente suramericano. La revolución federal fue entregada al mismo capitalismo inglés y francés por sus principales jefes triunfantes sobre Páez, Antonio Guzmán Blanco y Juan Crisóstomo Falcón. La revolución liberal restauradora de los andinos encabezados por Cipriano Castro, fue traicionada y entregada al capitalismo estadounidense por Juan Vicente Gómez. Y la revolución democrática que los adecos encabezaron en 1945 y 1958 fue entregada a los yanquis por su propio jefe, Rómulo Betancourt, el último de los grandes traidores de los procesos revolucionarios en Venezuela.

Pareciera que Nicolás Maduro está calzando los guantes de Páez, Guzmán, Gómez y Betancourt. Con su entreguismo ante el capitalismo multinacional en el Arco Minero del Orinoco, y en la Faja Petrolífera del Orinoco, con su entreguismo ante la rancia burguesía tradicional criolla representada en Fedecámaras, en los Mendoza, los Vollmer, los Cisneros, los Dorado y demás grandes burgueses venezolanos, con su entreguismo ante Obama primero y ante Trump ahora, Nicolás Maduro está recorriendo el camino de la traición abierta al legado revolucionario de Hugo Chávez, camino que ya fue recorrido por otros a lo largo de nuestra historia."

¿Tú, también Bruto?

Fueron las palabras de Julio Cesar al enterarse de que dos de sus seres más queridos: Bruto y Casio estaban involucrados en su traición y asesinato.

De manera similar, el pueblo chavista venezolano le pudiera decir a toda la cúpula impostora y farsante del psuv, al ver que han traicionado el legado que Chávez nos dejó, constituido por la CRBV, El Plan de la Patria, el Rumbo al Socialismo, el Poder Popular, la Democracia Participativa y Protagónica, etc., pues es evidente que se trata de la más grande traición que ha sufrido en su historia el noble pueblo venezolano.

La verdad es que hemos contado con Malinches desde antes de la época gloriosa de nuestra Independencia hasta nuestros días.

Pero no solo es en Venezuela, es en todo el planeta, donde la realidad nos golpea con crudeza, tratando de despertarnos de ese sueño en que nos encontramos sumidos bajo los efectos adormecedores de los medios de comunicación e información en el mundo entero, a pesar de que nos ocultan, cuando les conviene, a los pobres, la pobreza, el hambre, la miseria, etc.

La traición de los dirigentes y gobernantes, a sus pueblos en todo el mundo, ha estado siempre vinculada a privilegios desmedidos de pequeñas minorías sobre la mayoría de la población, sin importar el lugar que se considere. Esto explica por qué tan solo, menos del 1% de la población mundial, es dueña de casi todas las riquezas del planeta. El 99% restante somos los pobres, que no obstante esta realidad, defendemos y aupamos el modelo capitalista. Estos abrumadores porcentajes permiten explicar y entender la existencia del hambre, las enfermedades, la falta de viviendas y servicios, la contaminación, el calentamiento global y la miseria expandida por todo el planeta con sus diminutas islas de opulencia, suntuosidad y derroche que la inmensa mayoría de los habitantes del planeta solo tenemos la oportunidad de ver en fotografías y videos.

Esa inmensa mayoría de la población del planeta es manipulada con la ayuda de los grandes medios de comunicación e información en todo el mundo que también son controlados por esa pequeñísima minoría de menos del 1%.

Como hemos dicho, el egoísmo y la ambición del ser humano, antivalores enaltecidos, estimulados y promovidos por la lógica del capitalismo, parecieran ser las causas principales de todas las traiciones, desde la traición de Bruto y Casio a Julio Cesar y la de Judas a Jesús.

 



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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