Ruralidades

Las benditas clinicas

No es un decir. Es que para que pueda serlo con categoría, toda edificación a la que se le de la permisología de habitabilidad transitoria a los seres humanos antes de morir, como por ley divina, debe ir acompañada de la boleta de bendición de un sacerdote. Sin embargo, estos representantes del “todopoderoso”, con la puntualidad que en unos cuantos  casos olvidan los galenos ya millonarios, siempre estarán ahí para la bendición final.

    Esa doble bendición pues, nos llevó a decidirnos por la titulación de este artículo. Fue una decisión sin rompe cabeza que nos hizo descartar el de “Las Clínicas Benditas” donde no muera la gente por la no identificación de una bendita clave.

    No es por echarle el fardo completo a los dueños de las clínicas. Aunque, en justicia y hasta el presente, no se les debe descargar más abajo del 80%. El otro veinte, a los gobiernos que los pusieron “donde haiga” que, según Teodoro, también cómplice, es la “manguangua” más productiva. Y uno deduce: ¿Para qué dueños de clínicas y aseguradoras van a vivir en esta Venezuela  mestiza, si aquí pueden tener sus testaferros y voceros mestizos?

   Hasta el presente, como dicen los paisanos que nunca han pisado una clínica, por cuanto ni seguro tienen: ¿quién le va a quitar “el cascabel al gato” en cuanto a los seguros que es donde está el meollo? Y uno acompaña la opinión adhiriendo: si los seguros de obreros y empleados, en cuanto a sus cotizaciones, se destinaran a la financiación de insumos médicos y medicinales; a la multiplicación de hospitales y Centros de Diagnóstico Integral; a la incorporación de una nueva “camada” de médicos venezolanos, y les dejáramos los adinerados a las clínicas, seguros estamos que ellos enterrarían a sus muertos, y nosotros no necesitaremos de clave para ver cómo crece Venezuela para vivir viviendo.

    Antes hablamos de CDI: Centro Diagnóstico Integral. Natera, su injustificado enemigo. Aún cuando lo de “injustificado” parezca benigno. A esos centros de atención facultativa, en su mayoría atendidos por camaradas cubanos, con su bonhomía comunicacional a lo nuestro, a nuestros enfermos, merecen la atención prioritaria de gobernaciones y alcaldías. Antes de escribir esta nota, requerimos de los servicios médicos del CDI “Campo Claro”, en Barcelona, donde observamos, primero, espacio ya reducido. Y, en algunos cubículos, paredes llenas de moho y hongos producto de la humedad. ¿A quién corresponde su mantenimiento? Evaluemos la situación y corrijamos el entuerto.  Autocrítica entre camaradas,  Inés y Tarek. Natera es un entrépito. 

Patria, Socialismo o barbarie. ¡Viviremos y Venceremos!

 pedromendez_bna@yahoo.



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Pedro Méndez


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