Bolívar…¿lo sabremos todo?

Es de dudar y más aun cuando su nombre y la acción ejecutada en unos 22 años aproximadamente pudo haber tenido una incidencia mundial si se hubiera divulgado la gesta como se hace hoy con los antivalores, con información subliminal, con la práctica de la guerra mediática o de cuarta generación o con la aplicación del silencio como arma de apoyo a golpes de estado ocurridos en países con larga experiencia democrática a través del uso del voto popular.

Si los medios de hoy divulgaran lo necesario para un mundo informado como si lo hacen hoy pidiendo apoyo de un pueblo que en cientos de años no le han permitido expresarse más que a aquellos con quien les une un interés determinado, tendríamos un mundo en el cual el individuo tomaría con objetividad el camino que más se asemejara a su pensamiento. Es decir, que la conciencia le indicaría hacia donde caminar, si a la izquierda, a la derecha, atrás o hacia delante.

Por eso hoy desconocemos que Daniel Florencio O’leary, un irlandés que llego con un batallón de los Húsares Rojos a apoyar el proceso independentista en el año 1818, se convirtió en el único edecán del Libertador hasta el día de la muerte de este y a partir del 1831 comenzó a recopilar toda la documentación que se produjo entre el Grande Hombre de América y todos aquellos que de una u otra manera tuvieron que ver con el proceso independentista.

Desde hace 29 años no se conoce en el país la intención pública o privada de reeditar la obra recogida por O’leary en 32 tomos que tradujo del ingles su hijo llamado Simón Bolívar O’leary Soublette entre 1850 y 1879, año en que el y su madre le donan al país la obra y que recibe el General Antonio Guzmán Blanco, El Ilustre Americano, a la sazón Presidente de la Republica y quien ordena la primera edición de la obra que culminan 10 años después.

La segunda edición se hizo en el año 1980, previo decreto del año anterior y se editaron 10 mil juegos de cada tomo y que hoy el país, digamos las escuelas, los liceos y las mismas universidades no tienen acceso a su posesión y uso por parte del estudiantado. Solo imaginémonos el resto del venezolano de a pie. Y nos hacemos la pregunta ¿ donde están esos tesoros?.

A los 32 tomos originales les fueron agregados dos tomos cuyo autor fue el profesor Manuel Pérez Vila y con el tomo numero 3 paso algo curioso, al momento de la impresión inicial el propio presidente Guzmán Blanco ordeno que fuera apartado y apareció 34 años después y se descubre que en el mismo se hacía referencia negativa a su padre Antonio Leocadio Guzmán en la relación con el padre de la patria a finales de sus días de vida.

Un hijo del Generalísimo Francisco de Miranda, Leandro Miranda, fue Edecán del Libertador en Bogotá.

Simón Bolívar conoció en 1804 al alemán Barón de Humboltd y al médico francés Bompland.

Se dice que acompañado de Miranda entra a una logia masónica en Paris el año 1806 y alcanza el grado III.

En agosto de 1812 Bolívar va a Nueva Granada, ofrece sus servicios y le dan el titulo de Comandante. Antes escribe su Manifiesto de Cartagena.

Los llaneros venezolanos, influenciados por militares españoles estuvieron en contra de la fuerzas patriotas, guiados por Boves y Yánez quienes lograron armar ejércitos poderosos y el de Boves fue denominado La Legión Infernal.

La historia de hoy no las deforman los que tienen el poder de hablar, de escribir y del que veamos los que ellos quieren.




ajvmederico@hotmail.com


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Antonio Valdéz Mederico


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