Cipayos, cínicos y mentirosos

“Yo no descalifico: descalifica la historia” 

En el México de nuestro admirado Mario Moreno Cantinflas existió siempre una gran lucha por  la libertad. Diversas formas de combatir para quitarse de encima esa perniciosa dominación de los gringos, llevaron a los descendientes de los aztecas a buscar formas  e ideas que los desatarán de la ambición imperial de los que llegaron desde Gran Bretaña a robarle la geografía  a los verdaderos dueños de esa tierra del norte. Cada vez que los gringos hablan del “gran sueño americano” nos invade una especie de arrechera  histórica, ¿cuántos latinoamericanos han ido a Europa a robar a los europeos? 

En México la lucha era a muerte. Pero  fue una  pelea de burro contra tigre. Pancho Villa invadió a los gringos, empero, nada grande aconteció, más allá de la metáfora que algunos utilizaron para darle a Pancho el honor que se mereció por la proeza. Un Presidente dijo: “Que desgracia la de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” En esa nación nació un partido político que pretendió darle a los eternos combatientes mejicanos una esperanza. Fue el AD de Lázaro. Aquí también nació el AD de Rómulo. Ambos terminaron siendo sendas mentiras, porque ambos llegaron al clímax de la corrupción, de la inmoralidad, de la mentira y de la demagogia. Ambos se quemaron con el fuego que sus cúpulas encendieron para festejar orgías. 

Hablemos de Venezuela: Rómulo fue un  hombre sin mucha cohesión mental. Empezó dando viva a los bolcheviques y terminó lamiéndole el escroto al imperio. Empero en esa agrupación estuvieron algunos seres humanos de gran intelecto. Digamos, Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco. Fueron los  únicos intelectuales verdaderos de la tolda, que después regó a Venezuela de sangre…sangre de la juventud que se inmoló en las guerrillas, en las calles, cuando descubrió que AD no era más que una mampara de los gringos en Venezuela. 

Por los años 60 AD acribilló al pueblo venezolano durante horas, días, meses y años. AD fue el creador de esa macabra policía política llamada DIGEPOL. Los adecos de civil y los adecos policías, se deleitaban con los gritos, los clamores, los ayes, de los venezolanos que eran llevados a esas cámaras de torturas sembradas en los sótanos del edificio Los Chaguaramos. Ese señor que hoy se lanza como candidato a la Alcaldía Mayor llamado ANTONIO LEDEZMA, fue adeco, los es y lo será siempre, porque su jefe un día dijo, que “adeco es adeco hasta que se muere”

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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