Esa vieja frase o eslogan, o inclusive epíteto que se escucha desde hace algunos años quizás inventada por esa izquierda latinoamericana, tan equivocada según expresiones del pentágono norteamericano durante todos estos años, cada día representa un gran punto de debate con mayor fuerza en los EEUU, lo cierto es que el proceso electoral norteamericano denota la gran diferencia por supuesto no ideológica ni de principios, de los dos extremos que representan los demócratas y republicanos en la política yanke.
Desde el mismísimo Franklin Delano Roosevelt tratando de imponer con una menor intensidad su política exterior para no irnos mas atrás en la historia norteamericana y tomando en cuenta que Roosevelt trato de imponer la supremacía de su país alimentando una supuesta relación con la Unión Soviética, hasta nuestros días con el plan aun mas vigente pero liderizado quizás por unos de los mayores asesinos que ha pisado este mundo George W. Bush, nos permite reflexionar que los dos partidos Republicanos y Demócratas son la misma praxis con diferentes actores.
Si de algo estamos seguros de este lado del mundo, es que nosotros no somos hoy en día los equivocados en la forma de hacer política, los pueblos hemos tomado el poder quizás si influenciados por la revolución cubana y por el comandante Fidel Castro, quien ha sabido dar la pelea teniendo el enemigo a casi 90 millas, pero que ha servido como guía y espíritu para el inicio de todos estos procesos revolucionarios o progresistas iniciados en estos últimos años: Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay, Nicaragua, Honduras, Argentina, Ecuador, etc.
La lucha por el poder en USA más que un debate electoral, es una guerra de intereses económicos o de clanes familiares, pero si de algo estamos seguros es que no cambiaria nada en su política exterior ni en su fábrica de dólares innecesarios, a menos que haya una hecatombe y dejara de existir el monopolio de esos dos grandes partidos ayudados por el tesoro norteamericano.
Clinton, MacCain, Huckabee y Obama tienen muy pocas diferencias, claro seria imposible negar que los habitantes de este lado del mundo nos inclinaríamos por el afroamericano Obama no porque representa una esperanza para este continente, pero significaría un gran paso en el cambio de paradigma que necesita ese país, obteniendo quizás el primer paso para de una vez por todas acabar con la barrera racial allí existente.
Esperemos a ver que pasa, los TLC, las invasiones, las agresiones, la fabrica de dólares, la inherencia en países extranjeros, el autonombramiento como amos del mundo tiene que cambiar, ellos objetan cuando inclusos son electos en segundo grado, las relaciones bilaterales y la autodeterminación de los pueblos deben ser respetadas, solo así seguiremos esgrimiendo nuestros criterios basados en nuestros intereses para poder contrarrestar estos últimos meses sacrificantes de tener que soportar a un ser como Bush quien no sabe que sin el, tendríamos razón para poder decir que ¡otro mundo si es posible!
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