Otra vez y seguirán

De nuevo el imperio amenaza, la señora Clinton luciendo su carácter norteño, pragmático y bárbaro, propio de quien se sabe poderoso e infalible acaba de pedir sanciones a Venezuela a través de su industria petrolera, alegando que PDVSA mantiene relaciones comerciales con Irán y Corea del Norte. La forma imperativa unilateral es la forma de mostrar su hegemonía en base al poder, con el cual se sabe, el estado Norte Americano. En realidad y sin duda domina en una alianza fáctica a las fuerzas más oscuras del planeta, tales como las que predominan en Europa, en la región arábiga y en Asia, pero más que dominio, en el fondo es que los manejadores de la economía se han asociado en un juego de intereses para sostener el orden del capital mundial. Los Estados Unidos es abanderado por ser poseedor de un gran poderío bélico, la OTAN y la ONU fueron y son el producto de esa política hegemónica hasta ahora bien tejida por el estamento norteño, efectuada desde la posguerra sobre la arruinada Europa.

Mantener el sistema capitalista con su consabido mantenimiento del poder ancestral, en el orden mundial, es algo que es de vieja data, diríamos que fue agudizada desde la revolución rusa, pero manifiesta con mayor ahínco en el país del norte a partir de la segunda guerra mundial. La guerra fría, las de Corea, Vietnam, Egipto, Cuba, las injerencias en Santo Domingo, Chile, Bolivia, Perú, Nicaragua, Panamá, el Plan Cóndor etc, etc. son ejemplos de la agresión de la confabulación de las potencias opuesta a la liberación de los pueblos en cualquier parte del mundo. En el ahora, la crisis estructural de ese sistema, la cual no es nueva, los ha hecho buscar soluciones desesperadas tales como invadir a Irak, a Afganistán, a Libia, a fomentar movimientos “pro democráticos” en la regiones de la Europa asiática, de la árabe, cuyo trasfondo tiene como meta aislar a Irán, por supuesto apoyando a los sionistas israelíes su punta de lanza en medio oriente. Veremos que pasa, porque al revolver las aguas se ofusca la visión y se pueden perder las metas deseadas.

Con respecto a lo que nos toca con esa amenaza, también debemos esperar, no nos apresuremos a dilucidar sobre las causas y los efectos. Tenemos el petróleo y un mundo ávido de energía, faltaría una invasión abierta sobre nosotros para quitarnos esa fuente de bienestar ciudadano y al decir ciudadanos hablo de la nación entera, no se trata de simbólica soberanía, se trata del interés nacional, lo que también atañe a los opositores. Pobre de aquel quien crea que si llegáramos a un extremo bélico o simplemente político de dominación se beneficiaría en un país entregado y paupérrimo. Quien crea que podrá aliarse con los poderosos es un delirante, habrá uno que otro que pudiera venderla el alma la Diablo, pero el Diablo no tiene amigos, tiene servidores esclavos y al final les paga mal, no les paga o los elimina. No se trata de patriotismo ni de soberanía, se trata de supervivencia.

leoncolinah@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1912 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas


Revise artículos similares en la sección:
Venezuela en el Exterior


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad