Relato Imaginario (III)

Casi a tres meses del hallazgo del cuerpo sin vida a las orillas de la quebrada, continuaba la incertidumbre sobre lo ocurrido.. Los gendarme se debatían en un dilema, acuciados por más interrogantes que respuestas..La identidad de la víctima  sigue siendo un enigma, ya que no se encontraron documentos..Todo envuelto en un misterio denso, sin una sola  pista  que alumbre  el camino en la  brusquedad de la verdad..

Fui convocado de nuevo a declarar..Sentía que la esperanza, o quizá la desesperación, de los gendarmes, ante la falta de avances de la investigación, se había posado sobre mí,  una vez más, el único testigo en  un caso que parecía destinado a permanecer en la sombras..Ante ellos, repetí mi relato, una y otra vez,  lo grabado a fuego en mi memoria,  la sombra de las dos figuras arrastrando algo, que por la densa neblina no pude distinguir,   el grito desesperado que rompió la noche, un eco fantasmal que aún resonaba en mis oídos, fue todo lo que vi, fue todo lo que oí..Pero en  esta oportunidad los gendarme no estaban conforme con mi relato, avasallándome con miles de preguntas, buscando no se que, será una incongruencia en lo dicho,  una fisura que delatara una mentira oculta..Su insistencia casi un interrogatorio implacable, me hizo sentir como si fuera el principal sospechoso…o, peor aún, como si solo fuera un chivo expiatorio para cerrar el caso..

Regrese a casa con la cabeza dándome vueltas, incapaz de ordenar mis pensamientos..Me acosté, pero no podía dormir, dando vueltas y vueltas en la cama..La noche había caído, y cuando mire el reloj era ya la medianoche, al momento un hilillo de viento frío y seco hacer crujir los vidrios de la ventana, seguido por un toqueteo  brusco en la puerta. Ya no sentí el terror paralizante de aquella vez, si no una oscura fascinación..Me levanté, como si algo me impulsara, y camine hacia la puerta..Al abrir, una sombra se deslizó  por el pasillo, el cual no me  asusto , si no que me atrajo hacia la oscuridad..Era como si una parte de mi, una parte oculta y perversa se regocijara..Mis manos se crisparon, mis ojos brillaron con intensidad desconocida, y una voz gutural que no reconocí como propia, murmuró: Al fin…..Los fantasma del pasado  que caminaban  por las aceras desiertas de la ciudad perdida en el tiempo,  han regresado, pero no atormentarme, si no a conducirme hacia mi personalidad oculta en mi ser….



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Marcelino Torres

Trabajador Petrolero de PDVSA en el Zulia

 torresms@pdvsa.com

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