Concluido el proceso electoral 2025 nos vemos ante unos resultados que establecen una contundente victoria del chavismo en sus distintas presentaciones, desde el PSUV hasta los otros grupos políticos que conforman el Gran Polo Patriótico.
Evidentemente que todos contribuyeron a estos resultados unos más que otros. El Presidente, Diosdado, el equipo de dirigentes algunos ya notables, los dirigentes regionales y locales, los militantes, las organizaciones, todos en este caso trabajaron más y más asertivamente que en otros procesos electorales pues estaban como un poco más claros.
Junto a todos ellos hay dos participantes cuya presencia agiganta el triunfo logrado. Por una parte la incorporación de las comunidades y de sectores populares que sintieron de alguna manera a este proceso más cercano a sus necesidades, aspiraciones y destino. No fue plenamente una toma de conciencia de posiciones de clase, ya que muchos dirigentes están ocupados sin ningún control, de sus agendas personales, religiosas, alienantes, pero que aun así no pueden en un mundo chavista, dejar de presentar la realidad tal como es, un grupo de la sociedad conformada por el pueblo y otro grupito conformada por la oligarquía y los extranjeros financiadores de sus acciones, enfrentados por mantener o tomar el poder.
Pero nuestro fin y nuestro contexto nacional y los resultados de estas elecciones no están determinado por las acciones de los antes mencionados ya que en el mejor de los casos estarán condicionados. Y es que los resultados favorables en las elecciones venezolanas están determinados por la figura que se agiganta con el tiempo y en nuestros imaginarios, de Hugo Chávez, a quien solamente podemos atribuir el triunfo del 25 de mayo, quien le dio presencia, personalidad, historia, autoestima, al pueblo de Venezuela para que luchara por sí mismo por su futuro y su devenir socialista.
Antes de Chávez el pueblo venezolano estaba huérfano, aislado, relegado, traicionado en sus mejores aspiraciones. Chávez generó cambios estructurales pero no solo en el estado, en la política sino en el mismo pueblo en sus sentimientos y en su corazón.
El liderazgo de Chávez fue fundamental para consolidar un nuevo movimiento político y que ha creado igualmente un nuevo modelo político que ha impactado en la cultura política del país, donde el pueblo deja de ser solo objeto de la política clientelar de la IV República para ser sujeto y objeto de su propia política, sin intermediarios, es la democracia popular, protagónica y participativa.
Estas ideas de Chávez que colocan al pueblo como centro de interés de la política se reflejaron en la práctica a través de modificaciones del estado, la creación de políticas sociales, programas de bienestar y cambios estructurales que sentaron las bases para el apoyo popular que persiste en grandes sectores poblacionales. La percepción de que Chávez mejoró las condiciones de vida para amplios sectores de la población y todo quedo a medio hacer, influyó claramente en los resultados electorales actuales.
Chávez quitó el centro del poder de las manos de la burguesía para ponerlo en las manos del pueblo.
Es por eso que considero que Chávez como símbolo venezolano, sus estrategias de movilización y comunicación, su herencia política para movilizar a seguidores y mantener la narrativa que ve al pueblo como protagonista, refuerza por una parte su legado y lo convierte en actor principal de este nuevo triunfo revolucionario del 25 de mayo.
Oscar Rodríguez Estrada 26 de mayo de 2025