Soy un hijo auto adoptivo -nadie lo hizo, ni sus playas y ríos- del Oriente venezolano. Sólo que me regresé a mi natal Caracas por asuntos personales. Hermoso sigue siendo el comportamiento natural de su gente aún la contaminación de antivalores producto del capitalismo salvaje. Amamos a Monagas, a Anzoátegui, a Bolívar y muy sentidamente, por su singular condición de aislamiento, a Nueva Esparta. Todas nuestras regiones son hermosas, su gente también, varían por sus idiosincrasias y sus costumbres. Al extremo de que me atrevo a expresar, y pido compresión y disculpas a los compatriotas de América, que la manera integral de ser de los venezolanos es positivamente diferente a la de los ciudadanos de estas latitudes, por lo menos los que hemos conocido acá, y son bastantes. Y no digo más…
No sé, pero si nos llevamos por la variedad informativa -oposicionista y chavista- hay logros -sería el colmo que no-, pero hay rémoras hacia esos gobiernos revolucionarios porque no sólo no cumplen con eficiencia, lo mínimo de cualquier gobierno, sino que la revolución sólo se aprecia en sus propagandas. Ah, y en la invocación a Chávez cada vez que quieren ganar indulgencias. Discursos y liderazgos que no llegan -solamente a los que reciben dádivas y beneficios- y se lucen sólo cuando nombran a Chávez, así les llueven los aplausos. Y por ello creen que se las están comiendo. Reconocemos que han aprendido y mediáticamente son muy audaces pero, no se puede ocultar, que lo revolucionario y el socialismo lo llevan en los pies. No los voy a nombrar. Aunque, tratando de no aparecer como súper crítico de lo negativo, tengo que decir que Aporrea está hasta los topes en las críticas al personaje insulso, perdonado aun su asomo a la traición durante el golpe contra Chávez, que maneja el mayor estado, lleno de conflictos e ineficiencia, sin nada de revolucionario. No digo más… Ojalá el Presidente le metiera ojo a esas gobernaciones y, por defecto, a los alcaldes que de ellos dependen políticamente.
No destacaremos cosas, que serían muchas, y ya cansan. Pero todos creen y quieren, aun sus malas gestiones, ser como Chávez: indispensables. Y ahí sí vale que no sea recomendable que los gobernadores se entronicen ya que terminan mandando como les da la gana, y mandan sus familias, sus entornos, sus caprichos. ¡Pedimos otras opciones, otras caras! Y que se barajen nombres desde ya para que se vayan dando a conocer al igual que las precandidatos de la Miseria “Umana” Desnaturalizada, MUD.
Viendo La Hojilla, como todas las noches, le damos toda la razón a Mario Silva por asombrase, junto a todos nosotros, ante la impunidad por emitir voces y expresiones que incitan al magnicidio los personajes del programa “malas noches”. Por cierto, a uno de ellos que aparece como “seriecito” lo escuché hace unos días en un programa de radio de los escuálidos Alba y Sergio, como una galletica de soda. Tal vez el closet de TV evita que se lo coma la polilla. Aunque Osmel se desgañitó.
Comento que casi todos nos quedamos extrañados por la respuesta de CONATEL contra Globoterror. No sabemos si felicitarlos. Algún día tenían que reaccionar. Les dejamos las críticas anteriores y meterles ojo a todas las agresiones amparadas en un Colegio de Periodistas y una SIP que no miran hacia adentro. Ven los defectos, o a lo que consideran errores, de los gobiernos, pero no la porquería que producen.
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