El imperio y la violación territorial del Ecuador

Cada vez hay más evidencias de la lenta pero segura caída del llamado Imperio Norteamericano, constituido por los poderes económicos que gobiernan principalmente a los Estados Unidos de América.

Es obvio que el gobierno de los Estados Unidos no es de ninguna manera un instrumento del pueblo de ese país, para la administración de su bienestar; sino un aparato militar-económico usurpado desde hace mucho tiempo por un pequeño grupo de familias norteamericanas, las cuales alzadas con el aparato político de la nación y en nombre de los intereses nacionales, hacen sin ningún escrúpulo en cualquier país del planeta, toda clase de negocios sucios e imposiciones groseras, para la multiplicación astronómica de sus ya inmensurables capitales.

Aún cuando la sede del Imperio está entronizada en el gobierno de E.U.A., su membresía en diversos grados y jerarquías está regada por todo el mundo y como buena mafia, usurpa o busca usurpar todos los recursos de poder político y por ende, económico y militar, de todas las naciones.

Colombia, país con una oligarquía fuerte y principal negociador de narcóticos en el continente, proveedor de la sociedad norteamericana en este rubro, es obviamente una extensión territorial del imperio; un lugar en el cual el gobierno está integrado por personas ligadas al narcotráfico y en consecuencia a la mafia capitalista del norte que obtiene pingües ganancias de la drogadicción norteamericana; por ello Las Fuerzas Armadas de Colombia se han convertido de hecho en un batallón del ejército estadounidense y como tal, obran bajo su dirección y en base a principios que desconocen los derechos humanos, la soberanía de otras naciones y la dignidad de los pueblos.

Teniendo en cuenta que Hollywood se ha convertido en el aparato de guerra sicológica para la sumisión, más poderoso y efectivo del planeta; esta mafia imperial se ha extendido y lucha fuertemente por el control de los demás medios de comunicación del mundo, con un sui géneris concepto de “libertad de expresión” universal, para verter por allí, sistemáticamente, el veneno imperialista que domina las conciencias de la humanidad, imponiendo una supuesta “superioridad” de los gringos blancos y la obligatoria subordinación de todas las demás razas a sus dictámenes (fascismo).

Hoy, con la agresión del ejército colombiano a territorio ecuatoriano para acribillar, mientras dormían, a un grupo de guerrilleros; podemos observar que los medios de comunicación adscritos al imperio lo interpretan como una simple película de policías gringos, donde al “delincuente” se le mata en sitio, antes de tener que ponerlo en manos de la justicia; total, son “los buenos” los que aplican arbitrariamente la “justicia” imponiendo una pena mayor a la máxima establecida en cualquier sistema de leyes civilizado.

Sin embargo, el imperio está en caída y mientras cae araña las paredes. Aumenta la violencia progresivamente tratando de sostenerse y cada vez es más grotesco. Cada vez es más difícil esconder sus estragos y son más ridículas sus justificaciones. Cada vez hay menos gente dispuesta a reconocer sus “bondades” y más que sufren sus consecuencias y por ello pierden espacio e influencia en los gobiernos de países antes “aliados”. Bush ha demostrado ser un capo muy bruto y soberbio, perdiendo rápidamente la simpatía de sus electores y ahora Uribe muestra ser un secuaz inmensamente torpe al intervenir de manera criminal y faltando al respeto de la soberanía del Ecuador, precisamente en tiempos de liberación de rehenes por parte de la FARC.

Todavía faltan muchos zarpazos y patadas, pero el imperialismo yanqui inexorablemente cae.

(*)Profesor Universitario

joseclaudiolaya@hotmail.com



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José Claudio Laya M.(*)

Profesor Universitario

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