La corrupción cívico militar destruyó la llamada revolución socialista chavista; como un cáncer se come el aparato del Estado, quitándole la fuerza a todas la iniciativas propuestas por el Ejecutivo, o por alguna individualidad preñada de buenas intenciones; llegando a ensamblarse dicha corrupción gubernamental hoy en día con bandas delincuenciales y grupos armados que carcomen el tejido social de la población venezolana, las instituciones y la naturaleza, hoy expresada en los denominados arcos mineros del Orinoco y del carbón en el Zulia. No hay una instancia de la cosa pública donde no están sus garras clavadas obstaculizando su desenvolvimiento cotidiano y destruyendo el ambiente. Haciendo de cada acción administrativa un negocio personal o grupal.
La principal consecuencia luego de la paralice del Estado como se anuncia, es el deterioro de la moral establecida para darle paso a la otra forma de moral generalizada en la población donde cada quien de una u otra manera permite el acto de facto delincuencia impuesto por los políticos y administradores del aparato del Estado y sus instituciones. La impotencia y el miedo en amplios sectores de la población permiten que estas bandas corruptas delincuencial instalada en la administración de la cosa pública y ambiental se enriquezcan con la expropiación de los bienes y riquezas que son de todos los venezolanos y venezolanas.
Permitiendo este deterioro un tercer elemento negativo relacionado con el caos social pues ya muy pocos funcionarios cumplen integralmente con sus funciones administrativas cívica o militar, cada sector social o ciudadano trata de protegerse dejando de pensar y actuar como totalidad, como ciudadano de una patria. Nada funciona, todo se deteriora, nadie o casi nadie da cuenta de nada, nadie o casi nadie es responsable por la función que debe cumplir; ni se ve ni se siente la autoridad, lo mediático es el canal por el cual los entes gubernamentales se comunican con el pueblo y la dan cuenta a las exigencias de la población. Toda reunión o acción gubernamental se convierte en una burda propaganda, lo mismo hace la oposición.
La otra consecuencia de esta corrupción esta asignada a los niveles de pobreza de amplias sectores de la polación.
Ante esta circunstancia por cuenta propia los sectores más críticos y avanzados del pueblo vienen asumiendo por todo el país dar al traste con esta corrupción cívico militar de la jerarquía y cuadros medios chavista adeco copeyana. Y han llamado al pueblo a crear distintas formas de luchas y organización para enterrar este caos delincuencial, disolver los nudos de corrupción que tiene cooptado para sí los bienes y riquezas pública. Y crear las condiciones para un gobierno popular protagónico.