Pedagogía política petrolera

El futuro de la economía venezolana (VII)

Hemos analizado en entregas anteriores que, en el esquema de modelo económico neocolonial impuesto por EE.UU y el Reino Unido, adecuado a sus intereses y que nos subyugó desde la tercera década del siglo XX (década de 1920), radica en gran medida el crecimiento anormal de nuestra economía. Así como se deformó la estructura productiva agropecuaria, igual sucedió con la estructura de enclave tecnológico y financiero oligopólico del mercado de insumos petroleros: maquinarias, plantas, equipos, materiales, tecnología y los más diversos sistemas de producción en todas sus variantes. Así, la transnacional angloholandesa Shell como las estadounidenses del Grupo Standard de Rockefeller, Mellon y Morgan a la cabeza, diseñaron e implantaron todas las fases de la industria petrolera en el país: exploración, perforación, extracción, preparación de las tuberías, almacenamiento, oleoductos, refinación, transportación en buques cisternas, mercadeo/comercialización nacional/ internacional, entrenamiento de técnicos y personal gerencial, política de fijación de precios, manipulación de los libros de contabilidad, técnicas de corrupción, y un largo etcétera.

Todo lo anterior se inició en 1912 con las exploraciones a lo largo y ancho del país, siendo el año 1914, con el descubrimiento del Zumaque en Mene Grande, el disparadero de la gran invasión neocolonial. Este enclave se mantuvo en toda su magnitud hasta el año 2004, ya que la nacionalización “chucuta” de 1976 no fue sino un mero paliativo, un saludo a la bandera. Todavía hoy dependemos en buena medida de la necesidad imperial de nuestros hidrocarburos para facilitar transacciones de capitales tecnológicos y financieros que oxigenan nuestra principal industria. Se ha producido, sin embargo, un gigantesco avance desde que el Gobierno Revolucionario logró arrebatarle en 2003 la industria a los “meritócratas apóstatas” que degradaron el negocio del petróleo venezolano a la más ruin de las mercancías: 1% de regalías, 34% de impuesto sobre la renta, inundación del mercado y precio promedio anual de 10,57US$/b.

A partir del rescate definitivo de la industria petrolera por parte de los venezolanos comienza una nueva historia nacional: llevamos nueve años de renacionalización (2004-2012) durante los cuales la redistribución de la renta petrolera escribe una novísima historia patria. Es oportuno señalar que el periplo que en 1999 realizara el Presidente Chávez por los países OPEP y otros productores de petróleo, marca un nuevo punto de arranque en la historia de la Organización: ésta se revitaliza, se fortifican y estrechan sus lazos, se redimensiona el negocio, se marca un nuevo hito en la soberanía petrolera de los países productores, mientras los precios marcan una nueva dimensión.

A la luz de las estadísticas, ésas que un colega de la Academia asevera que sirven para todo tipo de manipulaciones, expresión ésta impropia de un economista y que el suscrito las maneja con el rigor científico de los investigadores, se demuestra aquí la importancia de los cambios suscitados con la contundencia de los datos. Así, en 1970, cuando las Concesionarias Extranjeras imponían el precio del barril del petróleo, su precio promedio anual alcanzó US$1,80; en diciembre 1973 la OPEP resolvió imponer los precios y el barril se cotizó en 1974 en 11,58 US$/b; en 1979 subió a 31,61 y en 1980 a 36,83. La saturación de los inventarios y la recesión mundial de la década hizo caer los precios durante la década de 1980 y éstos descendieron en 1986 a 14,43US$ para recuperarse en 1989 hasta 18,23US$/b. Los desvaríos de los países de la OPEP hizo bajar los precios en la década de 1990 para hacerlos descender en 1998 hasta 12,72 (la cesta petrolera cayó este año a 10,57US$/b) cuando la política de Erwin Arrieta y Luis Giusti con sus aliados en la conjura, pretendieron privatizar PDVSA.

Ya en 2000, en dólares a precios corrientes de 2010, éstos ascendieron a 36,08US$; y siguieron subiendo para colocarse en 2004 en 44,17US$; en 2005 en 60,87US$; en 2006 en 70,46US$, y llegar en 2012 a 107US$/b.

Los ingresos de PDVSA se han movido al ritmo de los precios petroleros. En 1986, los Ingresos Totales de la Corporación ascendieron, en millones de dólares, a 9.910; en 1989 subieron a 13.878, para llegar en 1996 a 34.243; en 1998 cayeron a 26.027, para subir en 2000 a 53.680; en 2004 a 64.757; en 2006 a 99.252; en 2008 a 126.364 y en 2012 a 129.000.

Hoy día, las regalías están en niveles soberanos de 33% del valor de la producción en boca de pozo y el Impuesto sobre la Renta en 50%, por lo que en la misma proporción se han incrementado los Ingresos Fiscales Petroleros del Estado Venezolano, lo que explica el mejoramiento de los niveles de vida de los sectores más humildes y de la clase media de la población, mientras los banqueros y comerciantes obtienen ganancias como nunca antes.

El mejoramiento de los indicadores socioeconómicos de los venezolanos, objetivo central del proceso bolivariano, muestra ahora valores que los organismos internacionales reflejan en sus informes anuales gracias a una distribución más equitativa y justa de los ingresos petroleros. Liberados por completo de las ataduras neocoloniales y por ende del analfabetismo gracias al internacionalismo cubano y al empeño del Presidente Chávez, tenemos la mejor distribución del ingreso del continente, se ha abatido la pobreza en más de un 50% y en más del 70% la pobreza extrema, la salud y la seguridad social de los ancianos está garantizada, mientras el desempleo ha caído desde 14,7% en 1998 a 7% en 2013, la economía informal, compuesta por buhoneros y empresas con menos de 5 trabajadores, descendió de 51% a 39%; el PIB ha crecido en 45 de los 56 trimestres transcurridos entre 1999 y 2013; todo ello es una prueba inequívoca de los avances del proceso bolivariano. Seguimos luchando contra un enemigo implacable: la inflación, que por obra y gracia del desabastecimiento, acaparamiento, contrabando y especulación, que sabemos quienes las originan, ha obligado a los entes del Estado a librar una lucha sin cuartel; seguro estoy que ese adversario también será derrotado en el curso de los próximos meses.

El futuro de nuestra economía muestra así, pese a los despiadados ataques de la oligarquía, un paso de vencedores.


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César Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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