La vida no cambia, los que cambiamos somos nosotros que con nuestras acciones adicionamos elementos que a diario construyen nuestra vida. (Lusmery Alvarado 05-01-2021)
La Pandemia del COVID-19 sin duda alguna vino a convulsionar la inercia en la que el nuevo modelo educativo universitario se hundía poco a poco, si bien es cierto que necesitábamos un sacudón también es cierto que esta pandemia se las trae y nos convulsiono sin compasión, haciéndonos sacar desde nuestras entrañas las acciones más adormecidas que habíamos olvidado que sentíamos.
Estamos en la actualidad afrontando una época de cambios y transformaciones, iniciando con el descubrir de nuestro ser, que nos ha llevado a repensarnos y reinventarnos para poder afrontar el desafío de las características de esta época; aquel marzo de 2020, se dice como algo muy lejano, vino a cambiar nuestras vidas, pero que realmente cambio, nuestra vida o la forma de hacer las cosas.
Es importante que estemos claros en que la vida no cambia, los que cambiamos somos nosotros, que con nuestras acciones llevadas a la praxis vamos adicionando elementos que a diario construyen nuestra vida. Y fue precisamente eso lo que sucedió aquel marzo del 2020 tuvimos que idearnos estrategias que nos permitieran continuar con nuestras actividades dentro de un distanciamiento social provocado por una amenaza invisible llamada COVID-19.
Este distanciamiento o cuarentena social y voluntaria puso a prueba nuestro ingenio, de modo de ir ideando alternativas que fungieran como brújula en el desierto, hasta poco a poco ir construyendo un cúmulo de estrategias y acciones que en conjunto con la tecnología nos acercaran para continuar con el abordaje de saberes y fortalecimiento de los haceres universitarios en la distancia.
Pero esto no ha sido nada fácil, primeramente no estábamos preparados para afrontar una emergencia social de esta índole y mucho menos asumir un modelo educativo universitario completamente a distancia en medio de la guerra económica que en la actualidad atraviesa nuestra Patria, donde el abordaje y adquisición de Tecnología de Información y Comunicación en los hogares y en el recinto universitario se ha visto afectada por el deterioro del poder adquisitivo. En este momento, me pregunto: ¿las Tecnologías de Información y Comunicación son el mejor aliado o el peor enemigo en esta pandemia?, la respuesta que en este momento desde mi mirada puedo decir es, que el mejor aliado o el peor enemigo que tenemos en esta nueva Pandemia del 2021 somos nosotros mismos y la empatía que seamos capaces de sentir por las personas que nos rodean y esperan lo mejor de nosotros.
Por ello, retomando las líneas iniciales, la vida no cambia, cambiamos nosotros y con nuestras acciones somos capaces de edificar una vida mejor, donde podamos alcanzar construir cada escenario en el que a diario podamos presentar nuestras obras más preciadas y como protagonistas e integrantes de este equipo de trabajo podamos ir delineando estrategias que en este 2021 nos permita acercarnos al logro del encargo social para el cual que construida nuestra universidad.
Finalmente, debemos estar claros que si pensamos que el 2020 fue un año diferente y difícil este 2021 será aún más desafiante, pues es el resultado de las acciones que emprendimos o las decisiones que tomamos o dejamos de tomar en el 2020, así que no desmayen y continuemos batallando que la recompensa será mayor que la lucha.