Démosle una oportunidad a la paz

Como la conocida canción de Lennon, repito en este momento difícil para Venezuela: "todo lo que decimos es/démosle una oportunidad a la paz". No se trata de elegir, es la única opción razonable, la otra es la violencia y el caos. Nadie confiesa desear el terror a estas alturas de la crisis país, pero veo a muchos empujar irresponsablemente hacia éste a sabienda del resultado final: "sangre, sudor y lágrimas", como decía otro inglés no tan pacifista.

En esta hora crucial de la nación me acordé del Lennon y de Ono, vestidos de blanco, en un hotel en Amsterdam (Holanda), estuvieron dos semanas "encamados" públicamente para llamar la atención internacional sobre la necesidad del logro de la paz. Recordemos también que ello sucedió en 1969, casi al final de la guerra de Vietnam, a poco tiempo del fracaso de la superpoderosa nación que nunca había conocido la amarga dosis de la derrota militar y política, pero la vivió frente a una pequeño pero valiente pueblo del sudeste asiático. El canto de Lennon y Ono se convirtió en uno de los símbolos mundiales de los movimientos pacifistas y antinucleares de la década de los años 70 en Europa, Estados Unidos y América Latina. Cada hora de publicidad por la paz en ese hotel holandés ha trascendido por medio siglo.

¿Por qué esta reminiscencia pacifista de hoy? Estamos al borde del precipicio y no hacemos lo posible para detenernos. Venezuela vive un triple colapso: uno de tipo institucional, cada día son más las voces que hablan de un estado fallido, en el interín el Tribunal Supremo de Justicia está enterrando la democracia y la Constitución de 1999. Padecemos la peor debacle económica (decrecimiento, inflación y fuga de capitales) de nuestra historia moderna y, por si fuera poco, una profunda conflictividad social y política de más 100 días con un saldo inicial de asesinados que vislumbra la tragedia por venir.

A cada momento leo a muy bien informados analistas que muestran su dolorosa preocupación por una posible guerra civil, alguien escribió que vivimos una vuelta express al siglo XIX, frase que es espantosa. No quiero ser pájaro de mal agüero, pero la realidad de mi país evidencia síntomas terminales de un ciclo histórico que se niega a cerrar sus días democráticamente.

Aquí tenemos el primer elemento de esta narrativa fatídica: los dirigentes del alto gobierno y el Psuv se aferran con las uñas a sus posiciones rodeados del rechazo del más del 80% de los ciudadanos. Mi viejo amigo Eduardo Semtei señaló en un artículo reciente que "en una conversación se oyó decir a Diosdado para justificar sus propias canalladas: ‘Si estando en el poder no podemos salir al exterior y ni siquiera asistir a un cine en Venezuela cómo será cuando ellos gobiernen’". Lamentable actitud de un liderazgo que entiende que sus privilegios y prebendas están por encima de su país. ¿Qué hubiera dicho Chávez?

Pero del otro lado no mejora la situación. La salida de Leopoldo López de la cárcel a su casa ha sido percibida como una buena señal del gobierno, tal vez exprese el deseo de comenzar un diálogo que bajen las tensiones ya crispadas al rojo vivo. El General Padrino López lo dijo como buen militar: la salida de López fue producto del diálogo y la negociación. Pero dirigentes calificados de la MUD han insistido en que "no se ha negociado nada, sigue la presión de la calle". Ello evidencia el gran fallo de un sector de la oposición: les avergüenza asumir riesgos frente a la canalla radical que los empujan una vez más a otro fracaso. Claro, esta vez de dimensiones descomunales.

¿Entonces, a dónde nos conducen esa dirigencia irresponsable e insensible? A nada bueno. Por ello es hora de una tercera opción, es hora de la paz, del diálogo y la negociación política con P mayúscula. De allí que la declaración de Vladimir Villegas frente a la casa de Leopoldo López representa la única salida democrática: "Debemos aprovechar este momento para darle a los venezolanos una perspectiva distinta… El periodista Vladimir Villegas aseguró este sábado que el próximo lunes 10 de julio un grupo de personas entregará un documento donde se planteará una posible negociación política en el país."

Cierro con la estrofa de Lennon y Ono: "démosle una oportunidad a la paz" y al diálogo, por supuesto.



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Nelson Suárez

Docente/Investigador Independiente (Literaratura, Ciencia, Tecnología y Sociedad)

 suarez.nelson2@gmail.com

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