Matonismo y derechos humanos

Matonismo desde la conquista de las Américas, su riqueza despertó codicia y maldad convirtiendo al territorio en escenarios de crueldad y asesinatos inimaginables, no es necesario describir lo que ya todos conocemos, pero, se introdujo todo tipo de miserias, enfermedades, vicios horrorosos y una perdurable desigualdad a la usanza occidental fundamentada en la cultura europea.

Desde esa época se vienen produciendo hechos históricos contra los derechos humanos; cambios solo sometidos a sacudidas y a variaciones que solo depuran las leyes arcaicas para introducir otras, para luego, otra vez, depurarlas por arcaicas. Mayoritaria filosofía de vida es, la codicia, el egoísmo y la mediocridad política como parte de nuestra historia social dominada por la cultura religiosa, la oligarquía, la libre empresa en el libre mercado y por el imperio estadounidense, forman parte de herencias acumuladas que influyen una cultura matonil globalizada.

Así, los negros, indígenas, campesinos, pobres, desembocan en una sociedad para las distintas épocas que son parte del derecho público, una licencia por la cual un gobierno o empresas se obligan a sostenerlos como miserables en la administración del comercio de esclavos. Con la aprobación en Paris, el 10 de diciembre de 1948 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, esta realidad poco o nada ha cambiado los paradigmas de la historia de la humanidad, salvo que se la recuerda cada año con gran alarde publicitario.

63 Años después ¿Cuántos ideales expresados en Paris se cumplen dentro de un marco de libertad, democracia y derechos humanos contra las masacres producidas por el terrorismo y dictaduras de Estado, o porque a la pobreza se la manipula por interés político en muchos países sin importar la muerte por inanición o por enfermedades fácilmente controlables de existir salud pública gratuita? Estos antecedentes confirman la contradicción del concepto de libertad  y democracia con los derechos humanos universales.

Los diferentes modelos de esclavitud se han sostenido en el tiempo gracias a la existencia jurídica en instituciones creadas para los efectos, administrados por leyes arcaicas aprobadas por Congresos y Asambleas o por tratados firmados que dan pie a alianzas comerciales que a su vez crean empresas encargadas de reafirmar la dependencia, moderna esclavitud, practicada en enclaves fortificados dotados de armamento sutilmente camuflados en los negocios comerciales y en las ayudas económicas conjunto que sostiene las colonias administradas por leyes que benefician la inversión extranjera hasta el día de hoy.

Desde la factoría hasta la maquina, la esclavitud nos enseña todas las mascaras amparadas al abrigo de los cañones y portaviones que continúan manteniendo las colonias de los traficantes del G7. Introdujeron licencias en un conjunto de leyes en las estructuras públicas y políticas para legalizar la desigualdad y la inequidad dentro del amparo para la permanencia de las trasnacionales de las potencias en nuestras colonias esclavizadas.

En realidad, este razonamiento encaja con la operatividad de la banca internacional financiando a los dos bandos a la vez con la salvedad de que ninguno de los países triunfaría al final, el triunfo seria para las trasnacionales y para los gobiernos desarrollados y para un tercero por encima de ellos, esta situación impulso a Karl Marx, viviendo en Paris en 1843 a fundar la Asociación Internacional de Trabajadores conocida como la primera internacional y años más tarde a publicar la obra política más importante del mundo, El Capital.

Son muchos los actos delictivos de los países ricos contribuyendo a mantener las relaciones de clases y las diferencias no solo entre el sur y el norte sino entre ricos y pobres, indios y mestizos, blancos y negros, diferencia y desigualdad ayudo a fabricar la imagen delincuencial de los de “abajo” punto de partida para la xenofobia y el racismo practicado por ese uno por ciento del G7 y por ese uno por ciento de las oligarquías locales que han desatado conflictos en donde se apoya el fascismo, así, surgen dictaduras crueles, se proyectan golpes y se sostiene al imperio encargado de aliviar las convulsiones mundiales como el caso del estado Palestino o evitar la formación de una Internacional Socialista grande, capaz de equipararse al conjunto del Vaticano. 

Actos criminales de los ricos fuerzan al 99% a defenderse, primero protestan luego organizaran actos bestiales y sangrientos porque el hambre produce desesperación, el resto del pueblo será un asustado espectador que poco a poco tomara partido con el ganador ante la nula respuesta de las autoridades políticas, las masas serán guiadas  un nivel tal de desesperación que destruirán las religiones vagando sin dirección en busca de un ideal, es lo que está empezando en Europa y EEUU hasta que aparezca una nueva figura o una tercera guerra mundial que será la última por lo nuclear de la misma o se devuelva la luz o las tinieblas, será lo que el mundo quiera ver o creer.

Para que los derechos humanos sean practicados es imprescindible arrebatar a la sociedad occidental su cultura primitiva y matonil llena de conflictos, mezquindades y guerras, para convertirla en una nueva cultura y sociedad contraria a los principios violentos e inseguros de la sociedad occidental liderada por los países ricos. Nueva cultura capaz de amenazar su lugar en el mundo aunque no tanto para destruirla, lo suficiente para suprimir las guerras y para que las masas agotadas con sus gritos indignados sean escuchadas en sus pedidos de mejoras sociales y paz, ahí y solo en ese momento podremos hablar de derechos humanos universales. 

rcpuma061@yahoo.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 6090 veces.



Raúl Crespo


Visite el perfil de Raul Crespo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: