S.O.S…agua por favor…

¿Qué pasa con el vital servicio del agua en Caracas? En medio de una pandemia como la del covid 19, en el oeste de la ciudad ya tenemos dos semanas sin recibir una gota. ¿Qué está pasando en el gobierno que no está garantizándole al pueblo de Caracas un servicio tan fundamental como el agua? ¿Será que ignoran que el 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció que el acceso al agua potable es un derecho humano fundamental porque garantiza la realización de todos los demás derechos humanos? ¿Será que desconocen que el derecho humano al agua es indispensable para una vida humana digna? Les recordamos que la Observación General nº 15 sobre el derecho al agua en su artículo I.1 establece que cada persona tiene el derecho a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.

Desde que se decretó la cuarentena, en los medios de comunicación, diariamente aparecen los más altos funcionarios del gobierno venezolano llamando a observar las medidas recomendadas para prevenir el contagio con el coronavirus. Sin embargo, en la práctica, al no garantizarle el vital líquido al pueblo de Caracas, se desdicen flagrantemente, porque están contribuyendo a que la pandemia se extienda sin control. Les recordamos que es la higiene que garantiza el agua potable la mejor barrera epidemiológica contra el coronavirus.

Cuando un gobierno permite que se deteriore un servicio público tan esencial como el del agua, al extremo de ya no poder asegurar su prestación, debe reflexionar seriamente acerca de su permanencia en el poder; porque semejante incapacidad es síntoma inequívoco de que las cosas están muy mal; sobre todo porque evidencian un desgaste generalizado que ha llegado a afectar hasta la propia sensibilidad humana de quienes deberían proteger a la ciudadanía y no lo están haciendo.

Si la excusa ante tanta ineptitud es el ya desgastado argumento del bloqueo impuesto por Trump; les recordamos que desde el año 1979, cuando se instaló la revolución islámica en Irán, EEUU la ha asediado, sin misericordia, llegando incluso a imponerle una guerra que destruyó casi toda su infraestructura productiva; no obstante, eso nunca fue motivo para postrarse como lo ha hecho el gobierno de Maduro; por el contrario, ha sido una motivación para desarrollarse y garantizarle a su pueblo casi todo lo que necesita para vivir decentemente.

El problema no es el bloqueo ni la guerra económica; el problema está en que el gobierno de Maduro no ha tenido la capacidad, ni menos aún, la voluntad para batallar con aciertos los retos que ha tenido que confrontar; casi todo le ha salido mal; esta es la verdad verdadera; allí está su obra para evidenciarlo: la más completa destrucción del país, que ha alcanzado todos los ámbitos, incluyendo a la industria petrolera y ahora a un servicio público tan básico como el agua.

Maduro no está en el poder para garantizarle al pueblo la mayor suma de felicidad que tanto predicó Chávez. En realidad, está en el poder por el poder mismo; y hace lo que sea para mantenerlo. Napoleón Bonaparte se hubiera sentido empequeñecido ante Maduro al ser superado en las lecciones de "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo. Pero, la violación de toda ética que lo ha mantenido en el poder ha sido la misma causa que le ha producido tantos sufrimientos al pueblo venezolano.

Si Maduro de verdad amara a Venezuela, sin pensarlo dos veces, renunciaría a seguir arruinándola, esto es, dimitiría ipso facto.

 

ricardovargas.rv.rv@gmail.com



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