Solidaridad desde la ética revolucionaria

@rojasjj72 / rojasjj72@gmail.com

Siempre he suscrito la frase de Chávez, a propósito del quehacer revolucionario: "Irreverentes en la discusión, leales en la acción". A esta le agrego "y solidarios desde la convicción" convencido que la diversidad de ideas en la dialéctica revolucionaria es infinitamente necesaria; que la idea, por encima de posiciones disímiles está atada a su causa, bajo un componente ético de lealtad a ella y que a pesar de disentir, jamás la solidaridad con los camaradas, estén en el nivel de poder o compromiso que sea, debe dejar de ser fundamental desde la esencia humana que distingue la conducta revolucionaria.

Lo expuesto obedece a mi inconformidad manifiesta con la postura silenciosa del camarada Diosdado Cabello ante denuncias llevadas a cabo vía twitter reiteradamente, por casos de corrupción en la empresa estatal Pequiven sin que dichas denuncias, pese a haber sido elevadas formalmente a FGR hayan tenido respuesta, a pesar de estar en juego la salud y vida de trabajadores sometidos a acoso laboral y más cuando los motivos obedecen a pruebas de corrupción que comprometen a un grupo de gerentes en la sede de esta empresa ubicada en el Complejo Jose, a quienes he expuesto públicamente con pruebas irrefutables en las RRSS ante el mutis manifestado, sobre todo ahora cuando un reciente cambio de directiva, ratifica en su puesto a un cuestionado director, denunciado ante el Ministerio Público, haciendo claro el ejercicio jurídico ciudadano de denunciar.

La postura revolucionaria lleva al individuo consciente de sus valores éticos a mantener coherencia entre su palabra y su acción; de allí el cuestionamiento en base a esto, como principio, en el marco de afirmaciones públicas del camarada Cabello en las cuales exhorta a denunciar funcionarios o gerentes de empresas estatales, incursos en corrupción; o asume que respetando el derecho al trabajo de las personas; individuos contrarios a la revolución no pueden estar a cargo de funciones estratégicas en organismos o empresas del Estado, mientras que en la realidad, su acción silenciosa contra la importancia que revisten las mencionadas denuncias, demuestra que esta coherencia entre su práctica y su verbo no es verdaderamente convincente.

Por otra parte, se consolida lo expuesto cuando similar actitud ante el problema manifiesta en la Comisión Alí Rodríguez Araque el camarada Tareck El Aissami, corresponsable de la ratificación del individuo cuestionado en la nueva Junta Directiva de Pequiven, quien fue denunciado ante Fiscalía General de la República según MP 20-4333-2019.

Muy a pesar de la controversia y disentimiento con los camaradas Cabello y El Aissami, no se puede dejar de lado la solidaridad revolucionaria y me uno al eco de voces que hoy ruegan por su pronta recuperación al ser diagnosticados con COVID-19. Pese a las diferencias con su postura, pese a disentir de su forma, más no del fondo revolucionario, nos une el proyecto de Chávez y en ese sentido, tal y como manifesté al inicio de esta columna, se practica irreverencia revolucionaria leal, ética y solidaria pues no se doblegan los principios, no se hipoteca la idea, ni se prostituye la razón, pero se combate con lealtad y con las armas ideológicas, un enemigo común que nos invade con su quinta columna miserable y asesina.

Pronta recuperación camaradas para volver al combate y al debate, a la causa y a la lucha, sin dejar de lado las contradicciones, la confrontación ética y la construcción de la Patria de nuestro Comandante Chávez.

Nosotros Venceremos.

 



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