Aprender política

Nunca se termina de aprender en la actividad política, hay algunos teóricos que afirman que para aprender es viviendo malas experiencias. Es más, cuando se logran los objetivos después de sufrir muchos reveses, se aprecia y valora mejor el triunfo, por tanto se cuida con bastante cuidado. Desafortunadamente esos errores y fracasos de dirigentes, los sufrimos los votantes que habiendo sufragado en contra o a favor de un candidato, sufrimos posteriormente la incapacidad y autoritarismo de ganadores prepotentes convencidos de tener siempre la razón.

Algunos candidatos que perdieron en las pasadas elecciones, están guardados en su casa. Esperando que anuncien nuevas elecciones para volver a decir que son la opción de triunfo, que son los salvadores, mientras tanto ni se sabe si están vivos. Hay otros que lograron ser concejales o diputados, y ni frio ni calor. Afirman que no quieren enfrentamiento, crean la mentira que así no tendrá enemigos a nivel de base, esperanzados que todos los bandos en disputa votaran por él, eso de repente podría ser efectivo en otros tiempos, pero ahora en esta época si actúas así, te ven como un cómodo cobarde.

Indudablemente que se está poniendo de moda los que manejan la idea que hacer política es igual a hacer plata. De tal manera que no descansan haciendo fortuna para invertir en la campaña. Por cierto que vi la entrevista de un candidato presidencial colombiano, ingeniero de avanzada edad, y decía muy tranquilamente la cantidad de pesos necesarios para ganar. Le daba un costo a cada votante, hablaba con experiencia porque venía de ser alcalde de una ciudad de Colombia.

Los políticos de antes en Venezuela, al ser derrotado su partido, se dedicaban a recorrer el país por tierra, dándole animo a los compañeros, con mensajes de esperanza. Nada de pensar que se marcharían de vacaciones para desestresarse. Eso de perder el contacto con la gente es la mejor fórmula para desaparecer del mapa político. Por allí se aparece Antonio Cedeño, que se autonombra el papa de oriente. Pierde para luego aparecerse a los cuatro años, inventando, arepazos, regalando lentes, teléfonos celulares, y no saca ni el uno por ciento de la votación. La gente lo conoce y se lo chulea.

Esa visión empresarial de un partido, a nuestro pequeño entender no va, no es acorde con el sentido humanista de las organizaciones, Es muy sencillo si le pagas a una persona 50 dólares al mes, viene otro partido y les ofrece 100, así pierdes activista y dirigente. Se debe lograr la identificación de la militancia con las ideas del líder, es más con el líder mismo. En AD, anteriormente, si un alto dirigente usaba perfume Paco Rabans, tú asistías a una fiesta adeca y todos los presentes olían a Paco Rabans.



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Argenises Santil

Estudios de administración, dirigente vecinal, deportista y poeta. Amante de la vida y del mar

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