Pidiendo mi cabeza y la de muchos/as mas

Uribe-CIA y los generales matones de allá y de acá

No es casual que vuelvan de nuevo a señalizarme como “gestor e ideólogo” del “brazo político” de las FARC-EP.

El Congreso Constitutivo del Movimiento Continental Bolivariano (MCB) les pegó duro y los irritó.

La Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) creció pese a la criminalización anterior y se transformó en un fuerte movimiento por decisión de mil doscientos delegados/as de 30 países de nuestra América, Europa, Australia y Norteamérica; la mayoría claro está, de los predios latino-caribeños.

Fuerzas revolucionarias muy diversas y pensadores y luchadores/as de mucho peso político y social, concurrieron a ese evento los días 7, 8 y 9 de diciembre en Caracas, imprimiéndole una calidad especial y un claro sentido estratégico a sus decisiones. Las fuerzas mas avanzadas, las de mayor profundidad anti-sistémica, antiimperialista y anti-capitalista se compactaron mucho más.

EL engendro narco-paramilitar-terrorista que encabeza Álvaro Uribe, las bases militares estadounidenses en la región, los golpistas hondureños, la derecha y la lumpen-oligárquica continental, el farsante de Obama y su imperialismo pentagonizado, saben muy bien que nos tendrán de frente con nuevas expresiones de resistencia y ofensiva de carácter regional y vocación internacionalista. Por eso su mendaz campaña mediática.

Coordiné la presidencia colectiva de la CCB desde el 2005, participé activamente en este congreso fundacional del MCB y ahora me escogieron para coordinar su presidencia. De ahí la saña.

Nos ladran porque cabalgamos y ladra en especial el “buldog” de Washington con sede en Colombia, acompañado de la CIA y el Mossad. A él le han asignado tareas criminales fuera de sus fronteras, emulando al Israel del Medio Oriente.

Sus ladridos hablan de que el comandante Iván Márquez (miembro del Secretariado de las FARC-EP) y yo decidimos fundar la Coordinadora Continental Bolivariana -transformado ahora en movimiento- como “brazo político” de la insurgencia a escala internacional, trasladando a mi persona las estigmatizaciones y calumnias anti-FARC y la decisión de aniquilarme militarmente como si estuviese en plena guerra.

La historia es muy distinta y la cantidad de mentiras anexas no la vamos ahora ni a contar ni a rebatir, porque está entrega tienen otro cometido; prometiendo, claro está, hacerlo a la mayor brevedad posible, una vez publicado este artículo.

El rebote desde Ecuador: otra maniobra para reforzar la criminalización.

El rebote de esa vieja acusación ha sido falsamente atribuido al gobierno ecuatoriano, procurando darle la legitimidad de que carece cuando procede directamente de las representantes del desacreditado Estado colombiano.

La “Comisión de la Verdad y Transparencia” sobre el caso Angostura-Sucumbíos (bombardeo y masacre en territorio ecuatoriano del campamento del comandante Raúl Reyes), si bien fue formada por decisión del presidente Correa, realmente es una instancia de la llamada sociedad civil, autónoma del gobierno, que no tardó en tomar su propio camino. En su entorno, por demás, ronda la USAID y en su seno han ejercido influencia los sobornos y retorcidas versiones de factura colombiana.

Su informe no ha sido formalmente publicado, ni representa una posición del gobierno ecuatoriano. Solo algunos fragmentos del mismo, con marcada mala intención, han sido dados a conocer a través de los medios de comunicación de la derecha y las agencias internacionales de prensa.

La referida Comisión violó el plazo para publicarlo y se prestó a esa maniobra que incluye elaboraciones de la inteligencia colombiana, de la CIA y el Mosaad. Su presidente, Francisco Huerta, tiene fama de oportunista y a todas luces, junto a otros miembros de la Comisión, se prestó a favorecer versiones que parecen más del gobierno colombiano que del ecuatoriano. En definitiva estafó a su propio Estado.

En lo poco publicado de ese informe abundan las mentiras y las media-verdades, cargadas de no pocas chapucerías. Se trata al parecer de un verdadero adefesio que ya comienza a ser impugnado en el seno de la sociedad ecuatoriana y muy especialmente por las personas calumniadas.

Entre los fragmentos mas difundidos están los que me aluden y acusan, algunos de ellos servidos por las agencias internacionales y defendido por los medios dominicanos.

Piden mi cabeza: reactivan propósito

Repito que esto no es casual.

La maquinaria mediática alimentada por centros de poder de la funesta alianza colombo-estadounidense volvió a reactivarse contra mi persona y contra otros/as dirigentes del naciente MCB, pidiendo cárcel y cabezas.

En mi caso he denunciado y ofrecido muchas informaciones precisando que el régimen de Uribe, con el concurso del poder imperialista estadounidense, quiere mi cabeza, esto es, está empecinado en asesinarme. Lo intentó en septiembre del 2008 cuando el ex-embajador colombiano Juan José Chaux Mosquera (unos de los jefes políticos del para-militarismo) y el agregado militar de esa misión diplomática, capitán Manuel Hernández, por órdenes de Montoya estuvieron entonces fraguando el ataque criminal con la luz verde de la embajada gringa, representada por la colombo-estadounidense Beatriz Arena.

Hace unas semanas volvieron a reactivar su funesta determinación.

El propio general Montoya, embajador colombiano en República Dominicana, y la misma Beatriz Arena, asesora de la Embajada de EEUU, le propusieron recientemente al actual Jefe de la Policía Nacional, general Guillermo Guzmán Fermín –a quien no le faltan deseos de mandarme al otro mundo- una forma de “aplastarme”, de desaparecerme del mapa. Esto también fue debidamente denunciado y previamente fue enterado de esa situación el presidente Fernández.

Hasta ahora estoy vivo por el alto costo político que representa mi asesinato para el actual gobierno, cuyo presidente, se limita a hablar de los riesgos que corro y a prometer garantías que no cumple.

Leonel Fernández no se atreve a actuar ni a poner en su sitio a los colombianos y estadounidenses que participan activamente en esa conjura, pese a haber sido éstos señalados con nombres y apellidos. Por el contrario le está concediendo la posibilidad de tutelar, entrenar y diseñar planes represivos y de contaminar con sus mafias narco-paramilitares las estructuras del Estado y la sociedad dominicana,

Operan impunemente en Haití y en Dominicana, conectados a inversiones procedentes del narco-lavado (mas de mil millones de dólares en total), a grupos empresariales mafiosos y a sus cárteles preferidos.

Leonel Fernández, los políticos peledeistas de su anillo y una parte de los generales que lo apoyan, son cómplices y beneficiarios tanto de esos negocios y procesos turbios como del respaldo político derivado de esa asociación delictiva con los generales y mafias colombianas. Por eso le garantizan impunidad para sus fechorías.

En mi caso, Leonel y el actual Jefe de la Policía se han visto contenido por la conciencia que ambos tienen del enorme costo político que para ellos y para el gobierno tendría mi asesinato. Y procuraré, en consecuencia, que éste sea cada día mayor.

Sin embargo, la cúpula civil y militar colombiana, instrumento de EEUU en la región, no ha desistido de ese propósito. Esta nueva campaña criminalizadora evidencia que siguen en eso y que procura arreciar su ataque al tiempo de anunciar medidas judiciales, órdenes de captura y pedidos de extradición como el pesa contra el camarada venezolano y presidente alterno del Parlamento Latinoamericano, Amilcar Figueroa..

Generales dominicanos “panas” del general Montoya

En mi caso la peligrosidad es mayor porque cuentan con fuertes conexiones en el país a nivel policial-militar, incluido entre ellas con el actual Jefe de la Policía que se debate entre el deseo de contribuir al plan criminal y el pesar de las seguras implicaciones catastróficas del mismo para su “carrera” y su persona.

Esta “papa” es tan caliente que fulmina. Pero no se trata, en cuanto las referidas conexiones –repito- de él solo, famoso ya por su dureza y vocación criminal, bien conocido como el jefe de los “cirujanos” y el campeón de los fusilamientos ilegales. En su caso vale decir de “tal palo tal astilla”, si recordamos el auge de los asesinatos y las torturas durante la jefatura policial de su padre, general Guzmán Acosta, durante los años del terror balaguerista.

Hay otras conexiones colombo-dominicanas de alta peligrosidad.

Desde fuera de las estructuras policiales propiamente dicha, a la cabeza de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET, pero todavía con fuerte gravitación dentro de ellas, opera el general Rafael Bencosme Candelier, curtido en el crimen y las torturas, inmerso en todo tipo de delincuencia desde el poder y asociado directamente a las narco-mafias.

Ex-jefe del poderoso Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional, Rafael Bencosme Candelier, es socio de su actual titular, general Manuel Fructuoso, otro de la misma calaña, experto en torturas, expedientes falsos, abuso, tropelías, crímenes y asociaciones mafiosas. Los antecedentes de ambos se remontan al tenebroso Servicio Secreto (SS) de la PN en los gobiernos de Balaguer, entidad responsable de asesinatos y torturas espeluznantes.

Ambos dirigieron la operación policial en la que pude perder la vida en septiembre del año pasado. El propio jefe de la policía, Guzmán Fermín, ha admitido en intimidad la participación de Bencosme Candelier en esa operación, tratando de evadir responsabilidades propias y de marcar distancia con éste en vista de las pugnas que los separan. Bencosme y otros generales están involucrados en la masacre de Paya, producto de las peleas ínter-mafias colombo-dominicanas, realizada para apropiarse de un enorme cargamento de cocaína y una gran suma de dinero que todavía no aparecen.

Los tres, por diferentes vías tienen ahora una relación “carnal” con Montoya. Son sus “panas full”.

Montoya, siendo jefe del ejército colombiano, visitó clandestinamente el país antes de ser embajador y entre sus misiones estuvo preparar el plan para asesinarme, misión que quedó a cargo de Chaux Mosquera y Beatriz Arena. El General Freddy Padilla de León, actual jefe del ejército colombiano, le siguió los pasos y después de una semana de incógnito apareció anunciando un acuerdo de “cooperación estratégica” entre ambas fuerzas armadas.

En ambas ocasiones el general dominicano Ramón Aquino García, entonces Secretario de las Fuerzas Armadas Dominicanas y ahora jefe de la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), asesorada por la CIA, se prestó a favorecer esos propósitos, comprometiéndose además a “investigar” los “vínculos” dominicanos con la insurgencia colombiana.

Aquino García se asoció con el generalato mafioso colombiano y fue condecorado dos veces: oficialmente y extra-oficialmente. En este último caso le fue entregado, como prueba de “amistad” y “reconocimiento”, el fusil del comandante fariano Martín Caballero, caído en combate unos años atrás.

Una vieja asociación con las mafias civiles y militares colombianas ha tenido el Contralmirante Ventura Bayonet, ex-jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y de la Marina de Guerra, donde formó los “escuadrones de la muerte”, acumuló fortuna y posteriormente constituyó el sicariato militar al interior de la FFAA. Hoy es subsecretario de esa institución, pese a las evidencias que soterradamente lo involucran en la masacre y el “tumbe” de Paya, en la protección de bombardeos aéreos de droga y en tráfico marítimo de cocaína y contrabando de bebidas alcohólicas.

Este es uno de los que también ha incitado a favor de mi asesinato.

Es preciso destacar que una parte de las cabecillas de la escolta presidencial, entre ellos el general Florentino y Florentino (socio del cártel Quirino y en actualidad jefe del cuerpo de seguridad fronteriza) y el propio Aquino García, han usado esa posición para catapultarse a las altas jerarquías de las Fuerzas Armadas y establecer relaciones de complicidad y asociación con las mafias civiles y militares colombianas. Ambos han sido ministros de las FFAA.

Todos estos generales de las FFAA y la PN son “enllaves” de los generales colombianos, protegidos por Leonel Fernández y piezas claves en la aceleración del proceso de conversión del Estado Dominicano en “narco-estado”, lo que ha facilitado multiplicar la velocidad de su enriquecimiento personal y el de otros altos jerarcas civiles y militares del actual gobierno.

Ningún espacio al temor paralizante

Este cuadro de descomposición delictiva no solo favorece la trama criminal en mi contra, sino que además –y sobre todo- amenaza, si no se enfrenta con valor y firmeza, con consolidar (favorecido por la reciente contrarreforma constitucional) un Estado narco-corporativo, expresión de poder de los viejos y los nuevos ricos, privatizador de todo el patrimonio nacional y acompañado de una fuerte impronta facistoide disfrazada con el traje de democracia representativa.

Frente a tan ominosas perspectivas no es válido atemorizarse, sino indignarse, rebelarse y combatirlas frontalmente antes de que sea tarde. Denunciar su ilegitimidad e ilegalidad y movilizar el país para conjurarla y reconstruir el Estado mediante un proceso constituyente.

El miedo debe ser vencido y desterrado. Nuestra sociedad esta harta de tanta criminalidad estatal asociada a la delincuencia común. Tenemos que atrevernos a desafiarla hasta derrotarla definitivamente. La incorporación del pueblo a ese combate trascendente es lo único que garantizaría la victoria de la honestidad y la justicia colectiva.

15 de diciembre 2009, Santo Domingo

narcisoisaconde@gmail.com


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Narciso Isa Conde


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