El Cuerpo de Vigilantes de Tránsito Terrestre ante la nueva Ley de Policía Nacional

¿Cómo vamos a afrontar los retos que se plantean ante una nueva Ley de Tránsito Terrestre y la asimilación de los funcionarios policiales con los vigilantes de tránsito en la Ley de Policía Nacional?

Cabe realzar la muy buena labor que estos muchachos y muchachas recién recibidos como vigilantes de tránsito están llevando a cabo en lo que sin lugar a dudas es una pasantía de alto calibre en nuestra ciudad capital que tiene como detallito un exceso de vehículos y un faltante de vías de circulación y un resultado “ecuacional” que enloquece a cualquiera.

El protagonismo de estos servidores públicos tiene que ser directamente tomado en cuenta por los actores del drama de conducir un vehículo en este país. Todos nosotros estamos llamados a formar parte de un mejor resultado en el desempeño de este acto público que ha estado desnaturalizado por la falta de información y pobre administración de un proceso, como el del desplazamiento por las vías de circulación que forman parte de los espacios públicos que estamos llamados (todos) a disfrutar con sentido común y como un colectivo que ve la oportunidad de hacer que fluya de manera segura y eficiente el tráfico vehicular, estando en contacto visual con todos los que se desplazan cerca de nosotros.

Antes de continuar quiero precisar la urgente atención a la naturaleza pública del espacio en que nos encontramos para desplazarnos en los diferentes vehículos de transporte público, privado o de carga.

Sin el debido ordenamiento y priorización de la conservación de las propiedades de los vehículos en su forma original como lo es la indiscutible transparencia de los cristales que tienen la función de abarcar una visión frontal nítida estrictamente perpendicular al parachoques delantero del vehículo que se conduce. Así como también no se puede contradecir al “acto público” de la circulación por los espacios, que es como si fuéramos al banco con un pasamontañas…así son los vidrios ahumados o polarizados.

¿Cómo hacer con este contingente de muchachos y muchachas donde la gran mayoría no sabe conducir un vehículo y está llamado a administrar una Ley que hasta ahora no tiene ni una modesta difusión? ¿Cómo van a hacer cumplir los reglamentos sin tener el respeto de la colectividad y aplicar multas como las que requieren de criterios claros como el exceso de velocidad, el adelantamiento irregular (hombrillos) y manejo irresponsable que a diario y cada minuto amenazan con la integridad de la fluidez del tránsito automotor y la consiguiente pérdida de miles de hora hombre/mujer de mayor felicidad posible?

Además de señalar los detalles expuestos creo obligado precisar la necesidad del acercamiento de los funcionarios nuevos y nuevas a los usuarios del sistema de vías con una campaña de educación en puntos claves: como puentes, túneles, distribuidores, hombrillos, semáforos, salidas de autopistas, cruces, etc.,

La escogencia de un sistema de promoción de diferentes aspectos a corregir por los conductores acostumbrados al “medalaganismo”, harían de esta campaña una oportunidad de acercamiento del oficial de tránsito a la comunidad como un funcionario que está allí para ayudar a la ciudadanía y hacerse querer y respetar como resultado natural de su desempeño.

En la ciudad de Caracas no existe un sistema de estacionamientos que pueda albergar la gran demanda que se ha generado en la última década y la reacción a esta falta es someter a la ciudadanía al más repugnante de los actos como es el remolque con vetustas grúas con ganchos que afectan el tren delantero de los vehículos de los 90´s para acá, amén de la angustia que genera en los afectados la desaparición momentánea de su vehículo y la consiguiente humillación por las prácticas de los regentes de esos antros llamados estacionamientos de Tenería, Saracena y La Araña. Cuando me refiero a humillación, es al sometimiento a corromperse por parte del sargento que muy en privado le hace a la víctima la propuesta indecente de pagar la mitad allí mismo y así evitar la molesta ida al banco y el consiguiente pago completo de la multa correspondiente.

Vamos a terminar con esta odiosa relación cuarta republicana de la comunidad con el cuerpo de vigilantes de tránsito terrestre, transformando a través de este nuevo contingente de oficiales el acercamiento al colectivo de conductores de vehículos con una actitud fresca y desprejuiciada orientada a lograr concretar comportamientos favorables a visualizar la urgente necesidad de respetar el Reglamento y la Ley.

Quisiera ir cerrando estas reflexiones trayendo a colación el hecho cierto que ya se están tomando medidas efectivas para la definitiva eliminación de las vallas (basura visual) de las vías de circulación y el INTT merece nuestra felicitación y apoyo ya que es un punto importante de aproximación al problema principal: La colectivización de los resultados en el desempeño del tránsito automotor con la sincronización educativa de todos los protagonistas participantes.

gonzibri@cantv.net



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