Diciembre geopolítico: Venezuela reafirma soberanía mientras EE.UU. enfrenta limitaciones estructurales

El pronto cierre de diciembre ( a poco más de 21 días) presenta un escenario político que puede interpretarse a través de distintos marcos teóricos de las relaciones internacionales. Venezuela fortalece su estabilidad interna y su narrativa soberanista, mientras Estados Unidos experimenta tensiones que coinciden con lo que Samuel Huntington llamó "crisis de identidad nacional y polarización institucional" (Who Are We?, 2004). Este contraste revela un cambio en el equilibrio de poder hemisférico y global.

En Venezuela, la centralización del poder y la cohesión institucional se ajustan a las tesis de Charles Tilly sobre la capacidad estatal: un Estado fuerte es aquel que controla su territorio, maneja la coerción legítima y logra recursos internos para su funcionamiento. El manejo del tema del Esequibo y la "invasión EEUU" que ha unificado a amplios sectores sociales, corresponde a lo que Benedict Anderson denominó "comunidades imaginadas", un relato nacional que crea unidad simbólica.

El reacomodo interno del PSUV también responde a patrones de organización de partidos hegemónicos descritos por Giovanni Sartori: estructuras cohesionadas, disciplina interna y objetivos de largo plazo. Esta estabilidad permite al gobierno enfrentar presiones externas, especialmente las sanciones de EE.UU., que, según trabajos de Jeffrey Sachs y Mark Weisbrot, han tenido impactos económicos comparables a bloqueos.

Por otro lado, la política migratoria y económica estadounidense sufre tensiones que Joseph Nye clasificaría como "pérdida de autoridad moral", un deterioro del poder blando. La incapacidad del Congreso para aprobar presupuestos y contener divisiones internas coincide con la noción de "decadencia institucional" planteada por Francis Fukuyama en Political Order and Political Decay.

Estados Unidos se enfrenta también a limitaciones estructurales que John Mearsheimer identifica en su teoría del "realismo ofensivo", ninguna potencia puede mantener hegemonía global indefinidamente. La competencia con China, Rusia y los BRICS evidencia el fin del ciclo unipolar descrito por Immanuel Wallerstein en el marco del sistema-mundo.

En este contexto, Venezuela se beneficia de la transición hacia la multipolaridad, fortaleciendo alianzas con nuevos centros de poder y diversificando su dependencia energética y financiera. Diciembre, visto desde la ciencia política, confirma una tendencia mayor: los Estados se reconfiguran, las hegemonías se debilitan y nuevas formas de orden emergen. Venezuela actúa dentro de esa lógica. Estados Unidos, atrapado en sus contradicciones, intenta resistirla.

De un humilde venezolano hijo de la Patria del Libertador Simón Bolívar.



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Miguel Angel Agostini


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