En Realidad una Juramentación en Oslo puede ser la Claudicación de los Radicales

La política es un arte compleja y hacer buen análisis político exige altas competencias y mucho trabajo. Tristemente, hoy abundan los mentirosos, estafadores, engañadores, pronosticadores y flautistas de Hamelín, quienes a través de los medios masivos de información y redes sociales, prosperan y son presentados como sabios o eruditos en el estudio político. Eso facilita engañar a las masas y si un discurso se repite, sostenidamente, en la caja de resonancia mundial, desde Caracas a Nueva Zelanda, con una avalancha de actores repitiendo una y otra vez la misma narrativa, lo más seguro es que enorme cantidad de personas terminen creyendo lo que los inunde, aunque el relato sea fantástico. Con una o dos señales, que luzcan como lógicas es suficiente para lograr ese cometido. No importa que otras diez digan lo contrario, si el deslave mediático es descomunal y el tema apasiona a la gente, hasta doctores y sabios en política pueden ser engañados. Igualito que un limpiabotas o un iletrado. Entonces, hay que estar muy alerta para no comprar los cuentos y fantasías que por montones y a diario, rodean a cada venezolano.

Si algo ha mostrado Trump es que declarando como loco, hoy una cosa y mañana lo contrario, confunde a sus contrarios, deja abiertas posibilidades y avanza en paralelo, por diferentes rutas, explorando y aprovechando las oportunidades que surgen o los escenarios que mejor le lucen. Trump no es un político profesional u ortodoxo, es un empresario que como tiburón acecha, presiona, amedrenta, chantajea, negocia y devora, si su oponente cae en sus fauces. Pero tanto él, como su camarilla, sabe reconocer cuando tienen un hueso duro de roer al frente y les conviene más jugar sucio, llámese darle cancha abierta a la CIA, financiar paramilitares o promover insurrecciones a punta de montañas de dólares y prebendas. Por supuesto, este ejercicio del poder mundial no es fácil de comprender para muchos. Disculpen lo crudo, pero hay que admitirlo, millones serán presas de espejismos, fantasías o cuentos inverosímiles. No importa que usted les provea de hechos que revelan lo contrario, muy difícilmente le creerán. Para empezar será su relato contra el de miles y luego, puede que el sujeto quiera creer en los cuentos. De modo que se agarrará con desespero de las dos señales que sostienen la fantasía y aún manteniendo la esperanza que tanto anhela se le cumpla, cerrará bien los ojos ante el resto de lo que choque con sus sentidos.

Aterricemos esto. Si usted tiene una flota militar descomunal en el Caribe con la que amenaza cada tres días a un gobierno que le resulta antagonista, si usted dice que el mandatario que no se le somete tiene los días contados, si declara a ese gobierno que no cede a sus apetencias imperiales como un cartel narcoterrorista, si usted argumenta que esa nación al norte de sur América, amenaza su seguridad nacional y existencia en el norte del continente americano. Si usted declara que vienen operaciones militares por tierra que dejarán pequeñas las masacres y asesinatos sobre lanchas y botes, si usted cuenta con una élite política que le promete que de llegar al poder en Venezuela, le regalará el país y sus recursos por completo, si usted ha esperado casi dos años desde que su hombre político, Edmundo González Urrutia, supuestamente ganó las elecciones y debió subir al poder y cambiar la realidad, si no lo juramentó al llegar a Madrid tras de cobarde huída ¿va a ser tan estúpido de hacer todo ese gasto para que por estas fechas se juramente en Oslo, ante un tribunal ficticio, violando la constitución venezolana y repitiendo la reciente payasada de Guaidó 1.0?

¿Va a preferir repetir una nueva debacle política, con otro Guaidó 2.0 que incorpore la sayona mitómana y descocada, también juramentada en el exilio, antes que bombardear e imponer, a punta de metralla, la juramentación de sus títeres en Miraflores?, ¿moverá todo ese músculo militar para que Urrutia y la loca, ni siquiera repitan el "juro", con la mano alzada y frente sus acólitos, de Carmona en 2002?, ¿tan mal calcula usted políticamente, que no se dará cuenta que repetir el refrito nauseabundo de un gobierno en el exilio, es declarar al mundo, con un hecho irrefutable, que a pesar de su poderío militar no se arriesga a imponer su gobierno deseado en la sede física misma de Miraflores?

Bueno, habrán cientos de miles, tal vez millones, que tras una juramentación en Oslo, sonrían y digan la sayona no mintió, ya es vicepresidenta y si Urrutia renuncia en unos meses, ella será mi presidenta. Era la pura verdad, faltaba poco y llegamos al final. Tampoco faltarán los que digan Trump no mintió, ya Maduro perdió el poder y sus días acabaron. El gringo sometió al venezolano y no inició una guerra, es un genio que cumple sus promesas de campaña. Es un ser superior y hasta puede agregar otra justificación a la presencia de esa flota espectacular, que a diario gana batallas contras piraguas, peñeros y le resulta un saco sin fondo, que aún no recupera su retorno de inversión. Los medios les pintarán otra mentira más como una verdad irrefutable. Pero, para los que en política si pueden ver más allá de sus narices, ese triunfo en Oslo será la declaración velada de capitulación. La verborrea bipolar del norte se ajustaba más a las fantasías hollywoodenses de invasiones, extracciones y levantamientos nacionales. Pero por encima de los videojuegos, en Miraflores Maduro seguirá contestando el teléfono.

La desgracia y tragedia para la nación venezolana puede ser que la arruga se haya corrido una vez más. El bloqueo y la coacción al país continúe, el sufrimiento del pueblo venezolano se mantenga mientras otros como López, Borges, Machado, Vecchio, Guaidó y más, siguen jugando padel. Los medios y los palangristas seguirán encantando a los incautos y no permitirán que otra oposición más seria se levante. Puede que otra Citgo, sea rematada y regalada por los mismos pillos, ladrones y traidores que disfrazados de políticos y bajo el ala del obsesionado de Marco Rubio, sigan cobijados. Roguemos además, que en esta ocasión no entreguen el Esequibo o hagan peores traiciones, pues ya en previas ocasiones frente a esos temas, mostraron que su lado es el de los enemigos de la patria. "Las ilusiones son peligrosas, no tienen defectos" dijo el director cinematográfico de Hollywood, Billy Wilder en una ocasión. Ojalá más gente reconozca el nuevo espejismo y no caigan en su trampa mortal. Esperemos que descubran los defectos a tiempo.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 432 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Por los Derechos Humanos contra la Impunidad