Hay un aspecto formal de la diplomacia para el común de la gente del pueblo, y en particular para el político comprometido ideológicamente con una causa, por ejemplo, para el revolucionario bolivariano chavista; según el cual el estratega militar –caso Almirante Kurt del Comando Sur- deja en el subconsciente lo que realmente se propone como estrategia dentro de la táctica que presenta.
Ese jueguito de la diplomacia causa intriga y produce desconfianza en la credibilidad de los interlocutores del hecho diplomático. Porque, por ejemplo, para nadie es un secreto que el COMANDO SUR DE EEUU ES UNA FALANGE NAVAL DEL TERRORISMO GUERRERISTA DEL IMPERIO, para sembrar el terror amenazante desde el mar contra cualquier país que en sus luchas promueva el antiimperialismo. Y como es lógico suponer, quien comanda en el Atlántico tal iniciativa es nada más y nada menos que el ALMIRANTE KURT TIDD como JEFE DEL COMANDO SUR. En otras palabras, con una mano es capaz de estrechar la diplomacia; y simultáneamente con la otra empuña con fuerza el bastón de mando guerrerista.
Otro caso de similar diplomacia, pero que lleva una profunda dosis de esperanza por LA PAZ Y LA CONVIVENCIA COMO VECINOS, es la que expresa el PRESIDENTE NICOLAS MADURO a nombre de los venezolanos al pueblo brasileño, en la persona del candidato derechista que resultó vencedor JAIR BOLSONARO.
Claro, indudablemente que hay “un mar” de diferencia, entre lo que propone o inspira la diplomacia de MADURO, trajinado diplomático durante más de seis años en el gabinete del CDTE, SUPREMO HUGO CHÁVEZ; y la sorpresiva e intrigante propuesta diplomática del Almirante Kurt, la cual aparentemente baja un poco la marea del guerrerismo imperialista que vienen agitando los últimos meses los ALCONES DEL PENTÁGONO. ¡QUE NO SE EQUIVOQUEN! LUCHAMOS POR LA PAZ PERO HAREMOS QUE VENEZUELA SE RESPETE CON O SIN DIPLOMACIA!
