Maduro: ríndete que vuelve Guaidó

Pudiera ser el pensamiento que traiga Guaidó después, de su gira política de fluyentes países como: Colombia, Brasil, Paraguay y Argentina, ¿porqué no iría a Chile, ni a Perú? Y por los gobiernos que fue recibido como jefe de Estado a lo gringo, le inyectaron más expectativas nutritivas de poder que, es posible que la banda presidencial a estrenar vendrá de España con todas las banderas del Grupo de Lima como apoderados de los Estados Unidos quien, pasó la orden de su investidura autoproclamada que, lo metió de lleno en la Historia Contemporánea como caso insólito en América y, quizás en otros continentes, y con todos los rigores de su dignidad, por estos días se ha paseado fuera del país (sin permiso) como un ejemplo interesante de demócrata que, muchos políticos del mundo quisieran igualarlo y, él con su apoteósico regocijo de talante facultativo de expresión, de rápida claridad formativa-sumativa que lo autentifica de digno representante de la oligarquía mundial en el poder quien, asumirá al fin su cargo con la seriedad de un mandamás.

Tú no, yo sí, porque el gobierno de los Estados Unidos así lo quiere: volveré al país y entraré por donde mejor me parezca que me espere el pueblo, brazos abiertos, que como petulante nada indeciso, habrá soltado al mundo Guaidó, sin pelos en la lengua, y es más, me atrevería a decir, que con toda la gallardía de inocencia bendita, pensara, lo más posible: qué pequeño es el mundo que acata todo lo que digan la potencia más noble de la tierra que, ellos imponen y nosotros con o sin "ayuda humanitaria" nos rendimos a sus pies y, quien no lo crea, o lo dude, véanse en el criterio del espejo vivencial que refleja el Grupo de Lima y, de la opinión que acata el secretario de la OEA, el uruguayo, Luis Almagro, que, todo a su tiempo se reacomoda y el olvido es parte de la vida.

Guaidó dice que regresará, dudarlo cabe, pero, pareciera que sí, esa es la orden y, salga lo que salga, la cumplirá que, él no sabe lo que vendrá después, ni tampoco lo sabe el gobierno y, es bueno recordar que todas las opciones sobre Venezuela en La Casa Blanca siguen, sobre la mesa que, están bien manoseadas y pensadas por Bolton que, dependemos de la orden de Trump, en que ambos han gozado con su guerra psicológica a cuesta nuestra y seguirán.

Pase lo que pase, a Guaidó no lo va a afectar. Bien se lo dijo, Mike Pence, en la cumbre de Bogotá que, además de reprocharle su fracaso político en Venezuela, los despidió con: váyanse a su país con Dios que lo van a necesitar, algo de eso les dijo, que quizás sea Él quien se eche encima esa responsabilidad de que Guaidó, haga lo que haga, no pagará por los platos rotos, ni los va a reponer, pues él está resteado y, Venezuela le vale un pito, lo que sus ganas por los momentos, de seguir siendo el chico malo para el gobierno y, el chico bueno para los Estados Unidos.

¿Quién pierde con todo ello es Venezuela? Y, ya habrá bastante tela que cortar sobre la decisión que se tome respecto a la entrada de Guaidó al país.

Y él muerto de la risa sin sosiego ninguno, convive con su hipótesis que él es el presidente, y como tal, inflado de una postura ilegal ni nada constitucional, morirá inflado de poder. Bienvenido Guaidó y, ¿Maduro que hará?

El trompo de las dudas, baila en las manos de allá y de acá y muy pronto lo sabremos que aquí siempre hemos aprendido a coñazo limpio y los que faltan.



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Esteban Rojas


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