Dolarización, guarimba, boicot y muerte

El oposicionismo es fenotípico en sus apreciaciones y se mueve sobre estereotipos en su percepción del chavismo, la alimentación, la belleza, el buen vivir y vivir bien, entre otras sutilezas, que afortunadamente, en unos casos, los lleva a fracasar y hacer imposible el acceso al poder político en Venezuela y, en otros casos, muy desafortunados, los ha llevado a generar violencia y muerte sin ningún sentido de la realidad, ni de la responsabilidad, sin que soslayemos el componente de drogas a las que recurren como su motor que mueve la rueda de la historia, según sus ansiedades y neuronas quemadas.

Gracias a esos fenotipos presentes en la inconciencia -que es irracional- de los oposicionismos y aprovechando que soy un notable desconocido en la vida política y social, por mis ojitos azules y mis rasgos caucásicos (aunque el pelo malo me delata que no soy ario), he podido escuchar diálogos espontáneos de un sector grueso de la población autodenominado “clase media”, es decir, de la pequeña burguesía que se cree burguesa y no sale de su auto engaño como autoayuda, más todos aquellos desclasados que todavía son de esa clase pobre trabajadora a los que el Estado ha querido emancipar, pero que se creen una gran cosota y quieren remedar a esa clase de desclasados de la clase media que erróneamente, a su vez, se creen de la burguesía, porque son unos pobres igualados que jamás podrán llegar a ser burgueses porque ellos ya están completos y no van a permitir ni compartir que la acumulación de riqueza se reparta entre más iguales, lo que sería igual a su desaparición, cosa que no entienden dichos igualados.

En esos diálogos espontáneos cuyo contenido e intención no son tales, lo primero que podemos apreciar es que el contenido es altamente politizado, por culpa de Chávez. Luego, que dichos usuarios del habla espontánea, clase media, aplican la técnica del rumor, que es pegajosa y contagiosa por el grado se intriga, intimidad, chisme y sabrosura. El discurso fundamental se centra en describir una patología social que como palabra mágica se convierte en una realidad a lo postmoderno, pero que no existe en la vida real: “la gente tiene miedo”. Expresión macabra, cual Halloween, que de tanto repetirla, se la creen sin saber lo que es el miedo. Este miedo se lo endilgan al gobierno, el que es objeto de su satanización.

Y en ese miedo como propaganda, se dan el tupé en esta supuesta dictadura castrochavistamadurista de vociferar que la solución, gracias a la verdad revelada por Dólar Today, está en que se dolarice formalmente la economía. Según estos genios, luego de haberse prestado al guiso con raspacupos, raspatarjetas, agencias de viaje, aerolíneas, empresas de maletín y desvío de las asignaciones de divisas, pasada la pea y gastadas las tres lochas malhabidas, esa clase media del rumor que, supuestamente, tiene miedo en esta dictadura en la que insultan al presidente de la República y conspiran abiertamente para derrocar al gobierno, ahora, muy seriecitos pagan en todos los comercios y servicios el precio hiperinflacionario que nos han impuesto a la vista de la SUNDDE y con su aval, más el celestinaje de los gobiernos regionales. Ahí vemos, por ejemplo, que en redes nacionales de farmacias venden el removedor de pintura de uñas llamado acetona, en un mil trescientos bolívares cuando hasta hace tres meses atrás valía sesenta bolívares y apreciamos que las caraotas que valían entre trescientos y cuatrocientos, ahora las venden en un mil doscientos y así vemos que en esta economía especulativa combinada con el desabastecimiento programado, absolutamente todo se impuso en la ley de la anarquía e imposibilidad de ser atajado, en montos de miles y millones.

Pero, lo mi cool de esta situación, es ver la estupidización de los genios políticos del oposicionismo que ofrecen que al llegar a la Asamblea Nacional (AN), para desalojar del gobierno a Nicolás Maduro y sacar a patadas a Diosdado Cabello, van a dolarizar la economía sin saber qué es dolarizar la economía, sin tener idea acerca de cómo quedaría la hiperinflacionario que ellos han orquestado para llenar a la burguesía que por su naturaleza es parasitaria, pero sobre todo, con la terca postura que mantienen de no aumentar los salarios a los trabajadores, aparentes paradojas que esconden la estupidización conceptual e ideológica de quienes apostaron al juego macabro de quebrar la economía nacional y ahora no saben cómo recomponer una economía a la que se comprometieron en dolarizar con la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que se adueñaría hasta del aire que respiramos y pondría a sus títeres de la derecha criolla junto con el Virrey o Amo de la Panharina, que no es harina de trigo con la que hacen el pan, sino de maíz comprado con dólares del Estado venezolano.

Pero ese macabro coctel necesita de un estado de conmoción social, al que se comprometieron autoridades universitarias que hoy mantienen la decisión política y la jefatura de un Paro Guarimbero en las universidades, estimulando que los profesores, empleados y obreros cobren sin trabajar, a cambio de su silencio y complicidad que les permita ir acumulando fuerza hasta que sus entrenados querubines logren prender las calles con violencia y muerte, aunque ninguno de ellos supone que los muertos que resulten de esta gesta insurreccional sean sus y nuestros hijos e hijas, porque la irracionalidad pueril les hace olvidar los muertos que han causado recientemente con sus guarimbas y hasta el día de hoy, ninguna autoridad universitaria ha enfrentado a la justicia porque gozan de una insultante impunidad, que según patriotas cooperantes, los miembros del club fascista llamado AVERU, con la elección de nuevos magistrados se colearán las fichas que ellos han prefabricado desde las universidades, para derrocar a Nicolás Maduro y reabrir las clases como afirmó en una asamblea un rector Guarimbero, para mediados de febrero del 2016, sin la marginalidad esa del Sistema Nacional de Ingreso (SNI), con la que este gobierno quiere masificar la educación universitaria, que para el fascismo es sólo el derecho de una élite que ellos escojan.

Con este infierno maracucho como panorama, a sabiendas de que todo se corresponde con la antesala a la Executive Order que ejecutará Barack Husseín Obama, Pueblo y Gobierno, debemos actuar con prontitud, sin aniñarnos, asumiendo cooperatívamente lo que nos corresponde con nuestro rol y papel histórico, que entre otras actuaciones, podría considerarse: 1. Control de precios masívamente y de manera urgente, como ofreció el Presidente Nicolás Maduro; 2. Reconversión monetaria quitando tres ceros a nuestra moneda y dos tipos de cambio de divisas fijos; 3. Confiscación y entrega de empresas de producción, comercios y servicios a los consejos de los trabajadores como empresas de producción social; 4. Enfrentamiento a los paros guarimberos desde las universidades, con comités que acompañen a inspectores del trabajo y de la Defensoría del Pueblo, para que supervisen en defensa del derecho al estudio y al trabajo y levanten acta de quiénes trabajan y quiénes no para aplicar “igual paga a igual trabajo” solo a quienes trabajen; 5. Sanciones y aperturas de procedimientos con responsabilidad civil y penal de todas las autoridades universitarias que estimulen, alienten, cierren las universidades y generen cualquier tipo de boicot o irregularidades; 6. Iniciar el proceso de transformación universitaria y la elaboración del proyecto de la nueva Ley de Educación Universitaria (LEU), que sea presentada a la Asamblea Nacional (AN ), para su discusión y consideración y; 7. prepararnos todos para el zarpazo que adelantan contra el gobierno revolucionario, bajo la jefatura del gobierno estadounidense.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2272 veces.



Luis Alexander Pino Araque


Visite el perfil de Luis Alexander Pino Araque para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Alexander Pino Araque

Luis Alexander Pino Araque

Más artículos de este autor


Notas relacionadas