El "Equilibrio Perfecto", el mecanismo de financiamiento de la guerra a través de deuda

El mecanismo de financiamiento de la guerra a través de deuda pública y banca es algo que suele permanecer invisible para la mayoría, incluso entre personas que se consideran informadas en política o economía. Normalmente la atención se centra en los aspectos militares o diplomáticos, pero pocas veces se explica cómo se sostiene financieramente esa maquinaria y qué implicaciones tiene para generaciones futuras y para el sistema internacional.

Inclusive muchos aseveran que la guerra es un mecanismo de sostén del sistema capitalista pero no desentrañan claramente cómo funciona ese mecanismo. Con el presente material y otros entrando en el taller de ensamblaje de artículos a publicar, buscamos ofrecer nuestra visión sobre ese aspecto del funcionamiento del sistema capitalista.

En este texto intentaré poner en palabras claras y accesibles la paradoja capitalista, que mientras la guerra destruye territorios y países, se convierte en una inversión segura en los mercados. Se establece así una conexión entre la destrucción y el sufrimiento humano y la rentabilidad financiera en los países centrales. Aunque me ocupare de las guerras abiertas, tal como lo mostré en artículo anterior sobre el peso de los gastos de guerra en la deuda total de los Estados Unidos, la guerra incluye diversos momentos o expresiones, todo lo cual abarco en esa expresión.

El "Equilibrio Perfecto" es la frase que condensa el funcionamiento del sistema de financiamiento de la guerra donde seguiría las siguientes fases: El Estado va a la guerra, estima costos y crea necesidad de financiamiento, La banca y las finanzas proporcionan los fondos, mediante la compra de bonos, los políticos y el gobierno no usan su dinero, usan la capacidad de endeudamiento del Estado, que recae sobre los contribuyentes futuros, mientras ellos y las elites continúan normalmente con sus actividades en Estados Unidos o Europa, mientras en los países escogidos la gente se bate en guerra cruel e injusta.

Desde la perspectiva del sector financiero, la deuda por guerra es el gran negocio como mecanismo de inversión de bajo riesgo respaldado por la plena fe y crédito del gobierno de EE. UU., lo que garantiza su rentabilidad a largo plazo que se compromete a pagar esa deuda con todos sus recursos, futuros. Con ello se asegura la rentabilidad a largo plazo y hace que la inversión sea segura para los tenedores de bonos.

La "plena fe y crédito" del gobierno emisor, lo que significa es que el pago del principal y los intereses está garantizado por la capacidad del gobierno para recaudar impuestos o emitir más deuda. Esto los convierte en una inversión segura a largo plazo, aunque la rentabilidad real puede variar dependiendo de factores como las tasas de inflación y las tasas de interés vigentes en el mercado en ese momento. La deuda es por lo tanto un elemento clave en las iniciativas de guerra de los Estados Unidos. Cuando Estados Unidos, ya no pueda emitir más deuda habrá paz en el mundo.

Esto refleja cómo las decisiones políticas y económicas están interrelacionadas, y cómo los intereses económicos pueden influir en la política exterior. Estos aspectos deberían si es que no lo están ya, ser incorporado a los estudios que se realizan en Venezuela sobre las relaciones internacionales.

Así que con el llamado "Equilibrio Perfecto" intento describir un engranaje financiero que ha acompañado a los Estados modernos en sus aventuras bélicas y que revela la íntima relación entre política, economía y guerra. Cuando un Estado decide ir a la guerra, lo primero que enfrenta es la estimación de costos: movilización de tropas, adquisición de armamento, logística, infraestructura y, en muchos casos, reconstrucción posterior. Estos gastos exceden con frecuencia la capacidad inmediata de recaudación fiscal, por lo que surge la necesidad de financiamiento con el mecanismo de la deuda.

Aquí entra en juego la banca y el sistema financiero, que proporcionan los fondos mediante la compra de bonos emitidos por el gobierno de los Estados Unidos. Los políticos y gobernantes, en consecuencia, no recurren a su propio capital ni a incrementos inmediatos de impuestos, sino que utilizan la capacidad de endeudamiento del Estado, trasladando el peso económico hacia los contribuyentes futuros. Este mecanismo permite financiar operaciones masivas sin alterar de manera abrupta la economía doméstica en el corto plazo, externalizando el riesgo inicial a través de esa deuda.

Es normal encontrar llamamientos, algunos sinceros otros pura pantalla, para humanizar la guerra o las políticas que los países centrales capitalistas desarrollan y que afectan grandemente el bienestar de los países de la periferia y más aun a su propia población que se ve impedida de acceder a los grandes beneficios que el desarrollo científico y productivo proporciona sin límites a sus elites, pero estamos mostrando que esa lógica inhumana en las políticas y acciones imperialistas no es el resultado de decisiones individuales sino que son empujadas por necesidades objetivas, de dominio y supervivencia del capitalismo .



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Oscar Rodríguez E


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