¡No lo dejen solo!

Nuevamente, después de más de cincuenta años, el Poder Popular unido en México, ha logrado colocar en la Presidencia de la República a uno de sus representantes auténticos en la persona de Andrés Manuel López Obrador, AMLO. Sin embargo este triunfo que en varias ocasiones, la camarilla gobernante mexicana pudo impedir, usando todo el poder disponible y haciendo de la corrupción su herramienta predilecta, no será muy duradero si el pueblo no cuida, vigila, controla y respalda desde ahora mismo, su futuro gobierno.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

Una breve reseña histórica de México nos muestra que a partir 1934, con el gobierno de Lázaro Cárdenas y durante los treinta años siguientes, el país experimentó un gran crecimiento económico, que estuvo basado en la industrialización, facilitada por los recursos obtenidos con la nacionalización petrolera y la fundación en 1938, de PEMEX. En el orden político, social y de infraestructuras, también se observaron numerosos avances: el seguro social, la salud, la educación, la electricidad, el turismo, el sector rural, el transporte terrestre y aéreo, la política internacional, etc., mejoraron notablemente durante unos treinta años consecutivos.

Pero desde hace cincuenta y cuatro años, con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, se inició y continuó sin interrupción hasta nuestros días, la era de la mayor corrupción en la historia de México. Dicha corrupción se entronizó durante los gobiernos sucesivos de Luis Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, y Enrique Peña Nieto, convirtiéndose en una verdadera maldición para el pueblo mexicano, la cual ha sumido al país en la mayor pobreza de su historia.

México es actualmente sede de innumerables maquilas especialmente de empresas estadounidenses y europeas. Mientras tanto, su industria petrolera ha retrocedido a niveles tan alarmantes, que se ha visto en la necesidad de importar más del 75% de la gasolina que requiere para su consumo interno, a pesar de sus abundantes reservas petroleras y la gran capacidad de refinación que ubicaron al país como uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo.

Algo muy parecido ha sucedido con respecto a la producción de maíz, el cultivo más importante para los mexicanos, necesario para producir sus tortillas, alimentos concentrados, forraje y la fabricación de biocombustibles, entre otros productos, pues actualmente importa más de diez y seis millones de toneladas al año, después de haber sido autosuficientes en estos rubros.

Al mismo tiempo, México ha sido cuna de muchos de los mayores multimillonarios del mundo que se formaron al amparo de los últimos gobiernos.

En cierta forma, la historia reciente del pueblo mexicano es bastante similar a la del pueblo venezolano, aunque con algunas marcadas diferencias.

Como todos sabemos, el pueblo venezolano está sufriendo la amarga consecuencia de haber permitido que una sola persona asumiera toda la responsabilidad de realizar una revolución socioeconómica y política, la cual está siendo desviada diametralmente por muchos de quienes formaron parte del entorno del Comandante Chávez.

Esa desviación comenzó durante y dentro del propio gobierno de Chávez pero se intensificó después de su muerte. Es así como la oligarquía, junto con unos falsos revolucionarios infiltrados desde un comienzo en el gobierno lograron traicionar la Revolución Bolivariana y son precisamente quienes actualmente tienen el control total del país.

El gran error de Chávez y del pueblo venezolano consistió en pensar que un cambio socioeconómico tan radical como el que requería el país lo podía realizar solamente un gobierno dirigido por el Presidente con sus colaboradores más cercanos y de más confianza. Si bien es cierto que es necesario un líder, también es cierto que es indispensable y urgente insistir en sembrar la Consciencia del Deber Social.

¡Y eso no se hizo!

Algo similar, podrá ocurrir en México si el Poder Popular unido, organizado y consciente de los mexicanos no asume, desde ahora mismo, la responsabilidad de vigilar, defender, controlar y respaldar su futuro gobierno.

Si no lo cuidan van a sufrir la reacción de un ataque similar a lo que sucedió en Venezuela. No es necesario ser adivino para predecir las enormes dificultades que encontrará el nuevo gobierno junto con el pueblo mexicano de ahora en adelante para lograr superar las actuales condiciones de desigualdad y pobreza en que se encuentra. Si quienes detentan actualmente el poder, tienen que matar, matarán a quien sea, pero intentarán recuperar dicho poder a toda costa, como lo han hecho en todo el mundo y lo están haciendo en Venezuela.

AMLO promete, como también lo hizo Chávez, realizar un cambio verdadero: acabar con la corrupción, eliminar los privilegios, disminuir la desigualdad, reparar la deuda social, impulsar la educación a todos los niveles, desarrollar el campo, mejorar todos los servicios, etc., todo lo cual, aunque no lo llamemos socialismo, implica un gigantesco desafío que solamente se logrará con una gran participación popular unida, organizada y consciente.

El nombramiento de las comisiones que AMLO está organizando para estructurar el nuevo gobierno debe tener la mayor participación posible del Poder Popular y una atenta y activa contraloría social. Es imprescindible fortalecer la participación popular desde un comienzo, participando activamente en la toma de decisiones o en el seguimiento de las mismas.

No olvidemos que la corrupción está íntimamente ligada al capitalismo. Mientras y donde exista el capitalismo, existirá también inevitablemente la corrupción. No es posible combatir la corrupción, los privilegios, el crimen organizado, el narcotráfico, etc., si no se combate el capitalismo. La corrupción ha invadido todas las instituciones en el mundo entero: estados, partidos políticos, empresas, asociaciones deportivas, religiosas, de beneficencia, etc. Hasta al Vaticano han llegado sus tentáculos. La globalización de la corrupción es una consecuencia de la globalización del capitalismo. Resulta ingenuo y contradictorio pretender combatir la corrupción sin combatir el capitalismo. La corrupción jamás permitirá la existencia de una verdadera democracia y es por esto que la democracia no la alcanzaremos dentro del capitalismo.

Además, podemos afirmar, que todo gobierno que pretenda defender los intereses de las clases menos favorecidas será víctima, desde un comienzo y permanentemente de una campaña implacable generada por el poder económico y mediático nacional e internacional, que no descansará hasta verlo derribado. No es la primera vez que esto sucede. Ha ocurrido sin excepción alrededor del mundo. Solamente nos basta recordar un poco la historia de los últimos intentos de producir cambios sustanciales, en América Latina, África, Medio Oriente, etc.

¡Es la naturaleza del capitalismo!

¡Basta recordar la historia reciente!

Es al Poder Popular unido, organizado y consciente, al que le corresponde supervisar, controlar, respaldar y defender de manera efectiva y permanentemente a sus gobernantes, para enfrentar los enormes intereses económicos nacionales e internacionales, que pretenden someter a todos los gobiernos débiles del mundo. Aun cuando el pueblo tenga la certeza de la lealtad de su gobierno, debe estar vigilante y activo para de esta manera fortalecer una Verdadera Democracia Participativa y Protagónica con Contraloría Social y evitar que nuevamente las mafias, roscas y pequeños grupos retomen el control del gobierno e impidan impulsar las políticas y las medidas más favorables para la comunidad.

La participación y el protagonismo del Poder Popular es el factor más importante para combatir la corrupción y realizar un verdadero cambio social.

Debemos defender la búsqueda de soluciones anticapitalistas a través de la lucha democrática del pueblo.

¡Viva México!

¡Suerte, y contigo suerte para nuestra América!



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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