El mundo se horroriza ante escogidos de Trump para su concatenado gabinete; lo más rancio de la pureza y crema innata del omnipotente poder empresarial. Ahora sí que no habrá ni señas de Estado en “Casa Blanca”, ahora sí que se instalan corporaciones como PepsiCo-Uber Technologies y Exxon Mobil Corp. Nada escapará de la mano invisible del mercado, la política se transcionaliza, será óptico crisol de novísima imagen de emporio como fuente de esperanza, se acentúa la división de clase, cada cual a su santo lugar.
El dinero seguirá siendo el todo poder inversionista y el trabajo el todo productor esclavo, nada ha de cambiar en lo mínimo, que apunta de grandes magnates el mundo se ha de recomponer, que proliferen minoritarias riquezas y que también proliferen mayoritarias pobrezas y miserias, eso es lo de menos importancia, la pobreza ha de crecer a máximos exponentes. Es la ecuación perfecta para equilibrar el sistema pro-neoliberal, que en la cautiva jungla mercantil cada cual demuestre aptitudes y que los más aptos posen su fuerza sinrazón sobre los más débiles sin oportunidades sociales, es cuestión de sobrevivencia capitalista.
Serán de inicio 4 años y puede que 4 más; todo dependerá si estalla una rebelión del pueblo estadounidense, pero la que de seguro re-estallará, será la del mundo.
El mundo transnacional es de total propiedad capitalista de Israel y en el seno de su política existen divisiones entre radical sionismo y visión conservadora, pero en ambas el dogma-fanatismo-fundamentalista-neo-nazi-liberal y poder de lo emporio no divagan por nada, divergen poderes entre sí sin renunciar a su imposición teóloga-absolutista que desde organismos controlan en la figura del veto también propiedad de 5 conjuntas naciones y en donde el peso de la balanza favorece a 3 confabulados con Israel; sus economías dependen de los dictámenes del sionismo Israelí; ya de inmediato a la desobediente abstención Benjamín Netanyahu fija posición en cuanto actuación de la permanente ONU estadounidense y deja ver claro de su alianza con Trump.
Trump sin aún tomar posesión da órdenes y advierte de su política a cuadro cerrado con Israel; son etapas del capitalismo, etapas de sus fracasos junto al neoliberalismo neo-nazi que sabe de su gran declive y opta por provocar guerras extensivas que le den oxígeno político-cerebral y la mecha incendiaria le significa la propuesta del mundo para Israel cumpla con algo tan vital resolución de paz, mas, la abrupta soberbia judía-sionista en las alturas del poder, desconoce y desobedece con reto al mundo.
Desde el mismo fatídico 20 de enero el mundo transnacional dará bruscos vuelcos en su política internacional, Trump viene a cumplir el totalitarismo como última fase, la crisis no les da una alternativa y no van a sacrificar ni arriesgar su electivo poder, en todo caso, para ese poder ha de ser el mundo común quien soporte las cargar del debacle que no resuelve ni tiene modo de hacerle, pero que retarda la expiración de un sistema insostenible, ni con guerras y ni aunque la diosa de la mano invisible del mercado llegue a visibilizarse ni con nada tiene salvación posible.
El mundo exige recomposición de su planeta, exige destronar a ese capitalismo salvaje. La alternativa no está en ningún etéreo ni la imposible restructuración de un fósil sistema; ha surgido acá por estos lares del caliente Sur un ejemplarizante nacido de la voluntad de sus pueblos, que a pesar de los ardí del mundo transnacional israelí, comuna al mundo hacia justo equilibrio, hacia la indispensable vida humanista solidaria de pueblos, porque está mucho más que demostrado, el capitalismo colapsó.-
