Nairo Quintana y la Paz en Colombia

Indudablemente que la política y el deporte siempre han ido de la mano. Para nadie es un secreto que muchos países, sobre todo las potencias industriales o económicas del mundo, utilizan al deporte como una vitrina política.

De allí se deriva que el país que más medallas gana en los juegos olímpicos, es el país más poderoso del mundo y sus alrededores. Particularmente no creo en esa vaina.

Así, los países se “matan” por montar unos juegos olímpicos, un mundial de futbol, un mundial de beisbol, campeonatos mundiales de todo tipo bajo techo y sin techo, validas de motociclismo, validas de automovilismo, Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España.

Por supuesto lo pomposo de la competencia, cualquiera que sea, mostrara el poder económico del país, que en resumen de cuentas no es otra cosa que mostrar el poder político o viceversa. Si, en el deporte también se confunden el poder político y el poder económico. No se sabe cual es más poderoso o quien manda a quien.

Por ejemplo en EEUU, coño siempre tienen los yanquis que estar metidos en toda marramucia que salga en cualquier parte de la bolita del mundo si de mostrar poder se trata, el gobierno coloco al “servicio” de un ciclista a nada más y nada menos que toda la tecnología de la NASA y en las carreras que participaba era custodiado y protegido por los servicios secretos de ese país, que son los mismos responsables de la seguridad de los presidentes gringos, su patrocinador oficial era el US-MAIL y la bicicleta que usaba era de fabricación exclusivamente estadounidense.

Fue así como el ciclista Lance Angstrom gano siete veces de forma consecutiva el tour de Francia, que es considerada por los especialistas como la carrera ciclista más prestigiosa del mundo. Para luego de semejante “Hazaña” se descubriera que hizo “trampas”.

Esas “trampas” iban desde sustancias de uso prohibido en el deporte y particularmente en el ciclismo y que nunca fueron detectadas por ningún control antidopaje, hasta la presunción de que su bicicleta utilizaba un motor que nunca pudieron descubrir o por lo menos nunca quisieron o dejaron que se publicara la verdad y finalmente el único responsable fue el ciclista a quien despojaron de todos los premios y trofeos que había ganado y todo quedo olvidado en la cloaca de la historia, donde van a parar los desbarajustes de esas potencias.

Al igual que en lo político y lo económico, a Latinoamérica le ha costado mucho figurar en lo deportivo. Se han dado casos de Deportistas latinoamericanos que se consideran la máxima expresión en toda la historia de algún deporte en particular y que han tenido un final triste, por decirlo de alguna forma, como el caso del corredor de autos Brasileño Airton Senna, cuya muerte en una competencia nadie ha sabido explicar y mucho menos establecer responsabilidades y del futbolista Argentino Diego Maradona, destrozado mediáticamente hasta mas no poder, por ser el “dios” del futbol.

En cuanto a grandes eventos deportivos en Latinoamérica, no ha sido si no hasta el mes de agosto pasado de este año, en qué en este lado del mundo se pudo llevar a cabo unos juegos olímpicos, que se escenificaron en Brasil.
Pero con un costo político extremadamente exagerado como fue el golpe de estado mediático y parlamentario que dieron a la presidenta Dilma Rousseff y que por supuesto no hay ninguna duda de que allí estuvo metida la mano de los yanquis.

En el día de ayer finalizo la competencia ciclista Vuelta a España, una de las tres competencias más importantes del mundo de este deporte.
La novedad de este año es que esta competencia ha sido ganada por el ciclista colombiano Nairo Quintana. Al igual que Luis Herrera, otro ciclista colombiano que lo hizo hace veintinueve años, Nairo se lleno de gloria deportiva al ganar esta competencia.

Pero Nairo Quintana no solo se lleno de gloria deportiva, también se lleno de gloria política al decir en su discurso triunfal que “COLOMBIA NO SOLO ERA UN PAIS DE AMOR SINO UN PAIS QUE LE DABA EL SI A LA PAZ”

Ante eso diría un argentino: SOS GRANDE NAIRO; o diría un cubano: COSA MÁS GRANDE MI HERMANO y por supuesto un venezolano diría: LE METIO MEDIO GUARINEI A LA GUERRA.

Para eso debería ser el deporte. Para destacar lo bueno, para que un muchacho de procedencia humilde como Nairo, sea guía de la juventud no solo de Colombia sino de toda Latinoamérica y de todo el mundo.

Colombia tiene que seguir el ejemplo que Nairo dio: SI A LA PAZ.



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Carlos Jesús Rivas Pérez


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