Libia: Las barbas en remojo

A LA LARGA, LA REALIDAD SE ELEVA POR SOBRE LA MONTAÑA DE MENTIRAS construidas para justificar, como ayer se hizo contra Irak, la agresión protagonizada por el agavillamiento yanqui – europeo, quienes agreden en cambote al pueblo libio, saqueándole desde el inicio sus reservas internacionales, su petróleo, y asesinando a su pueblo en las calles, todo por el cochino dinero. 

Es que el capitalismo mundial está en una crisis que pudiera ser terminal (si los países progresistas del mundo se unieran contra el imperio) desatado por la pelazón que están viviendo; producida por esa mala costumbre de explotar que es la raíz del sistema económico burgués. Como bárbaros que siempre han lucrado del saqueo, necesitan robar al mundo para llenar sus precarias arcas, y satisfacer la avidez de los pulpos transnacionales. 

Eso era todo lo que querían, y no hay que olvidar cómo insultaron y difamaron a Gadafi, cómo inventaron una “revuelta” popular, que terminó siendo la punta de lanza de la coalición imperial, y cómo finalmente se quitan la máscara, ante el silencio  cómplice de una ONU, que hoy más que nunca demuestra estar al servicio del imperialismo. Una vez más se comprueba que en las relaciones mundiales lo que cuenta no son los principios, sino el poder. Ya no el poder de las monedas imperiales, que se viene abajo, sino el poderío militar, puesto al servicio de una reedición del colonialismo, que les permitió a europeos y yanquis levantar una sociedad donde su ciudadano promedio hasta podía vivir, y darse lujos que ni soñar pueden los pueblos trabajadores del mundo entero. 

CUANDO VEAS LA BARBA DE LIBIA ARDIENDO... 

En este contexto es muy oportuno que se traiga de regreso a Venezuela nuestros lingotes de oro, que se repatrien los capitales que andan por ahí, financiando a los poderosos, y si es necesario que se tenga por fuera, que sea en bancos de países que por lo menos sean nuestros aliados. Los ingleses, como el resto de los agavillados, están pelando, y si se han robado su propio dinero para dárselo a los banqueros, qué podemos esperar nosotros. Ya están consumando el saqueo contra Libia y ahora van por Trípoli y por su líder indiscutible, para completar la agresión, para abrir otro mercado de armamentos y municiones. 

Y nosotros somos más ricos que los libios, tenemos todo lo que los imperios necesitan y codician, no es raro que tengan algo montado por ahí para entrar a saco contra nuestros recursos, para financiar la recuperación de sus economías azotadas por sus vampiros internos, que vuelven de nuevo su mirada hacia el “tercer mundo” para seguir el festín de su proverbial parasitismo económico. 

Así que la medida de repatriar nuestras riquezas es algo digno, no sólo de aplaudir, sino de apresurar. Y digna de apoyo también es la medida de armarnos mejor y de mantener la cohesión de nuestras fuerzas armadas, y sobre todo, de nosotros, el pueblo. Que Chávez se recupere pronto. Y que su equipo se mantenga cohesionado y firme. 

NO ES UN PROGRAMA DE TV 

La terrible realidad que está viviendo el mundo, convulsionado por conflictos atizados por puro interés económico, no es un programa de televisión, no es algo que podemos ver desde el sillón, con un plato de cotufas de microondas y una cerveza fría. Es una verdadera amenaza que se cierne sobre nosotros. Ahora más que nunca debemos tener los ojos más pelados que un vendedor de prendas, sobre todo entendiendo que lo que nos amenaza no es un simple arrebatón o hurto, sino la devastación que acompaña siempre a las guerras inoculadas desde el Norte. Guerras que nunca se sabe si van a terminar, más encarnizadas cuando mayores son las riquezas en juego. Y nosotros vivimos en un suelo que es de por sí un verdadero tesoro, que resplandece a los ojos del mundo entero. 

En ese sentido, con todo y que hayan cosas que no nos gusten, es muy buena la actitud del Presidente Chávez de hacer todo lo que sea necesario para evitar una guerra con Colombia; y sostener una política internacional de solidaridad y amistad con todos los que se pueda, porque todos los pueblos están amenazados. 

VALORAR LO QUE TENEMOS 

En este maremágnum de miseria y guerra que azota al mundo, debemos comprender cuánto vale nuestra relativa paz, cuán importante es la señal que da el gobierno bolivariano al mantener una economía más o menos estable, gente con empleo, abastos abiertos, y aunque los capitalistas aprovechan para especular de una manera impune e implacable, aún mucha gente tiene con qué comprar. 

Entre tanto, más y más gringos se quedan en la calle, más y más europeos se quedan pelando, y hasta los flemáticos ingleses se cansan y se tiran a la calle a protestar.  

Debemos valorar que cada uno de nosotros tiene muchísimas posibilidades de dormir esta noche y amanecer vivos mañana. Ese privilegio no lo tienen en Palestina, ni en Libia, ni en Irak, ni en Afganistán, ni en los tantos países en guerra. Y seguramente tendremos comida y agua, y eso no ocurre en los países africanos que están padeciendo por la sequía y la miseria, bajo regímenes montados desde el Norte. Ni los pobres y desempleados gringos y europeos, cada día más numerosos, por obra y gracia del capitalismo. 

Y no sólo debemos valorar lo que tenemos. Hay que defenderlo con todo. 

andrea.coa@gmail.com



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Andrea Coa


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