Historia i Verdad

Simón Bolívar nació en Caracas

“Filosofía de la Historia es, en realidad,
el nombre de un doble grupo de problemas
filosóficos: tiene una parte especulativa y
una parte analítica. Y aun los que rechazan
la primera de ellas muy bien pueden (y en
realidad deben) aceptar la segunda”

W.H.Walsh



Cuando se escribe la historia, debe considerarse efectivamente como una ciencia, pese a que descendientes de la postura de Descartes, de sacarla del Corpus del verdadero conocimiento en la primera parte de su Discurso del Método, el análisis correcto de las ideas científicas la ha hecho colocar entre el dominio de las técnicas lógicas, para ayudar a resolver sus problemas dentro del método científico, como filosofía analítica. Aunque, todavía se incluya en ella –la Historia, así con mayúscula- parte de especulación, cuando no tenemos a mano testimonios, documentos o pruebas evidentes de algunos hechos histórico por grandes que sean (yo ponía en mis clases el ejemplo de la evacuación de Dunkerke en la Segunda Guerra Mundial, porque todavía nadie puede afirmar qué indujo a Hitler a detener a las Panzer de Guderian que habían construido una tenaza de hierro sobre los aliados tratando de huir a Inglaterra) todavía las especulaciones o supuestas explicaciones no han cesado, siendo apenas un hecho de poco más de medio siglo), nos lleva a pensar cuanta especulación puede haber sobre un hecho aislado, más simple i hace ya 224 años (casi dos siglos i cuarto) sobre el sitio donde nació el Libertador Simón Bolívar, en cuyas tantas biografía que he leído, se asegura con pruebas suficientes el haber nacido en Caracas, en esa casona en San Jacinto, casi al fondo de la Catedral de la ciudad capital. Se especula haber nacido en la Hacienda de San Mateo i ahora, también he visto en un programa de televisión, el querer renacer la otra especulación de haber nacido en Capaya, ambos sitios mui lejos de la capital, para los medios de comunicación terrestre de la época. El problema radica en dos cosas elementales, los que quieren contrariar lo historiado, no se trasladan mentalmente a la época, porque no tienen datos para imaginar aquel pasado difícil; otros, los que escriben historias o crónicas, porque buscan notoriedad o no saben cuál es el método científico de la historia, o tienen una peculiar manera de historiar, tal como sucede con la HISTORIA DE VENEZUELA en cinco gruesos tomos del escritor Guillermo Morón, tan difícil de leer un ensamble de retazos, como lo ha demostrado la mui bien preparada intelectual e historiadora, Angelina Lemmo, en su estupenda obra CÓMO SE DESMORONA LA HISTORIA., obra que conocí desde hace años (tengo la segunda edición de 1975) i no la había comentado por la falta de oportunidad, así como cierto respeto por mi amigo Guillermo Morón, a quien conocí por intermedio de mi dilecto amigo, colega médico e intelectual coriano, pero sembrado en Maracaibo toda la vida, el Dr. José Rafael Fortique, lamentablemente fallecido hace pocos años. Junto al Dr. Pedro Iturbe, dos hombres maravillosos que nos obsequió el Estado Falcón; Fortique es un baluarte de la cultura en el Zulia; gran cirujano i fecundo escritor, con una de la mejores, si no la mejor, biblioteca médica i cultural de la ciudad. Poseía incunables, libros de los siglos XVI i XVII estudiados por Agustín Millares Carlo (publicó un libro al respecto) i una colección de Biblias Antiguas que creo no posee ni la Iglesia en Venezuela. Fuimos entrañables amigos, conocedor del arte, presentó algunas de mis exposiciones pictóricas i junto con Guillermo Morón, desayunamos en su hogar creo que en tres ocasiones. Este aspecto sería tema de otro artículo mui especial.

En mis clases de Filosofía de la Historia, por más de 20 años en la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades de L.U.Z. i en otra que dicté durante dos años (cuando se hacían ajustes de los pensa en esa Escuela), utilicé mucho dos pequeñas obras mui interesantes; la primera INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA de H.Bauer (extraviada por lo pronto) i la del autor del epígrafe, W.H.Walsh INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA. Creo que desde hace muchos años, todo historiador, debe conocer al mismo tiempo, Filosofía de la Historia, porque a falta de muchos testimonios históricos, se impone una lógica de la investigación, en vez de sumarse a la especulaciones populares o a las crónicas sin pruebas o bibliografía. I, aunque un artículo no es suficiente, trataré de simplificar las cosas, para afirmar que el Libertador más grande de América, o quizá del mundo –es con propiedad El Primer Ciudadano del Mundo- nació en Caracas i no en San Mateo ni en Capaya, igual que demostré que el General Rafael Urdaneta, el más constante amigo del Libertador, nació en Maracaibo i no en La Cañada de Urdaneta, capital de ese distrito del Estado Zulia. Veamos lo que argumentaron los respetables señores Ángel Custodio i Juan de Dios Palacios en el programa EN CONFIANZA del excelente periodista Ernesto Villegas.

Se fundamenta el nacimiento en Capaya en ser una tradición familiar, desde sus bisabuelos, al decir que Doña Concepción Palacios y Blanco, madre del Libertador, se fue barrigona a la hacienda que tenía su esposo en ese pueblo, quizá apenas un caserío, cercano a la Hacienda del amo. Algo en miniatura como sucedía en Europa, con los caseríos alrededor de un castillo o château en los tiempos feudales, donde luego se formaba un pueblo, como narra Voltaire, sobre el castillo de Ferney entre Suiza i Francia. Los antepasados, pues, de los señores Palacios, eran trabajadores o esclavos de la familia Bolívar i por eso, como en principio solamente tenían nombres i no apellidos, cuando quedaron como hombres libres, muchos tomaron los apellidos de sus amos. Hasta aquí, todo admisible. Este “testimonio oral” de generación en generación, puede admitirse en parte, cuando no existe ninguna otra prueba o testimonio escrito o material artístico, etc.; pero cuando aplicamos, además de testimonios como la afirmación de muchos contemporáneos, la misma citas en cartas del Libertador, la partida de Bautismo, la organización familiar, i tantos otros datos, la transmisión oral de alguna “noticia” pierde toda vigencia así la trasmitan muchas personas. Veamos estos argumentos lógicos.

1.- La juventud i el carácter social de Doña Concepción. Una mujer que casó a los 15 años, acostumbrada a comodidades i atenciones i con experiencia de embarazos anteriores. En aquellos tiempos, atendidas por comadronas, la embarazada, apenas los síntomas más comunes de gestación aparecían, se extremaban los cuidados, la alimentación, el aislamiento para evitar enfermedades infecciosas, el no hacer grandes esfuerzos físicos, el reposo i suficiente horas de sueño, etc. En consecuencia, estando “barrigona” como ellos dicen, es inconcebible que se fuese a ir a una hacienda, lejana i casi sin camino ni en caballos o mulas, en los que se echaban varios días. No solamente de parte de ella, sino de su marido con una diferencia de edad de 35 años, iba a exponerla a una seria complicación o a un accidente, por una ruta que se transitaba a pie. Cuando Villegas le indaga ¿I en caballo? Ellos responde que sería más peligroso, pensando en el exponerse a abortar. Además, ha podido escoger ir a San Mateo, al menos con vía para carretas. Esto es no situarse en la época. Cuando le pregunta de nuevo el moderador ¿I cómo hacer un viaje (embarazada) de varias etapas o días? Responden que se hacían altos en el camino. Absurdo dormir en pleno monte.

2.- Ya cuando nace Simón, su cuarto hijo, Doña Concepción estaba enferma, por lo cual no lo amamantó, lo que para algunos creó un trauma psicológico en los primeros años del niño. Entonces, no había alimentación artificial o en teteros, por lo cual quien amamanta en principio al recién nacido es una amiga íntima de la familia, Doña Inés Mancebo de Mijares o Miyares, esposa de un español que luego fue gobernador en Maracaibo. También la negra Hipólita, pues el mismo Bolívar declara que ella lo amamantó también, aunque no estaba en Caracas cuando él nació. A la Negra Hipólita, precisamente, la mandaron a buscar a San Mateo, lo que es prueba de no haber nacido tampoco allá. En el caso de Urdaneta, nació el 24 de octubre i el registro en la catedral es al día siguiente, ¿Acaso era posible nacer en La Cañada de Urdaneta donde ya había iglesia i sacerdote, i ven ir a bautizarlo en Maracaibo al día siguiente? ¿Cómo viajaron cuando no había caminos transitables ni piraguas para traer a un niño recién nacido? Absurdo. Pues lo mismo sucede con el niño Simón a quién los cuidados i precauciones de la madre (además enferma) i la experiencia del padre, como hombre de avanzada edad para aquellos tiempos, imponían las mayores precauciones i su primera nodriza vivía en Caracas. Además, la Fe de Bautismo en la Catedral de Caracas, certifica su nacimiento el 24 se julio de 1783, i dice así “En la ciudad Mariana de Caracas, en 30 de julio de 1783 años, el doctor Juan Félix Jerez de Aristiguieta, presbítero, con licencia que yo el infrascripto Teniente Cura de esta Santa Catedral le concedí, bautizó, puso óleo y crisma y dio bendiciones a Simón, José, Antonio, de la Santísima Trinidad, párvulo que nació el 24 de julio del corriente, hijo legítimo de don Juan Vicente Bolívar y de doña Concepción Palacios y Sojo, naturales y vecinos de esta ciudad. Fue su padrino don Feliciano Palacios y Sojo, a quien se advirtió el parentesco espiritual y la obligación. Para que conste lo firmo. Fecha ut-supra. Bachiller Manuel Anton io Fajardo”. Se ha publicado, además, a color en obra de José Rivas y Rivas, con asesoría de J. L. Salcedo-Bastardo, un facsimil a color, de esta Fe de Bautismo, con clara caligrafía de la época. ¿Puede existir una prueba más contundente? ¿Se trajeron al niño a bautizar en Caracas, a los 6 días de nacido, por caminos casi intransitables que exigían pausas en el camino? ¿Quién lo alimentaba? ¿Lo fue a buscar doña Inés Mancebo de Miyares? Con esto es tan fácil hasta imaginar escenas de nacimiento i de bautizo que, algunos autores como Enrique Campos Menéndez, Jorge Unda, Vinicio Romero Martínez i otros, tomando todos los personajes posibles que rodearon el acontecimiento, han expuesto con diálogos i ambientes adecuados, escenas del este hecho histórico i grandioso para los venezolanos i pueblos de América, acaecido sin lugar a dudas en la capital, Caracas la de entonces, en eterna primavera.

Aunque es posible asentar más argumentos lógicos, no queda duda de que el Libertador de cinco o seis naciones de América, nació en Caracas i seguirá siendo el caraqueñp genial por excelencia. Es respetable la fantasía de muchos i a mí me queda una duda: los límites tan extensos que señaló un historiador, presente en el programa. diciendo que Caracas era por el este la ciudad de Coro, por el Sur el río Apure, por el Este creo que Guayana i, obviamente que por el Norte, el Mar de las Antillas o el Caribe. Para mí era la Capitanía General de Venezuela, por cierto una de las más pobres de América, aunque su pueblo tendría la gloria de tener el Caracas, la cuna del Sol de la Libertad i el realizador de la epopeya libertaria más hermosa i brillante, de la Historia Universal. Con todo respeto, ¡SIMÓN BOLIVAR, nació en Caracas!


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Roberto Jiménez Maggiolo


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