La democracia sin prédica de valores es sólo una cáscara de huevo vacía

"Pseudo Élites", símbolo de la vacuidad

Con el término "Pseudo Élites", describo a un grupo de personas que aparentan ser parte de una élite social o intelectual, careciendo de la sustancia, el conocimiento o la responsabilidad genuina que tradicionalmente se asocian con dicha posición.
 
Y al término vacuidad (o śūnyatā en sánscrito) lo refiero a la ausencia de sustancia propia en todas las cosas, un concepto central en el budismo que implica que todo surge y cesa interdependientemente y está vacío de una esencia fija, desafiando nuestra percepción de realidad permanente.
 
En un sentido más general, significa falta de contenido, sustancia, pensamiento o profundidad, describiendo algo superficial, o un vacío interior emocional. Entender la vacuidad es clave para liberarse del sufrimiento, ya que la raíz de este es la creencia errónea en la existencia inherente de un "yo" y del mundo.
 
Estas "élites falsas" plenas de vacuidad, se caracterizan por la ignorancia real, aunque se esfuercen por parecer informadas... En Argentina, conforman la trama del poder político, mediático, espectros fugadores mafiosos, los narco-criminales, que con total impunidad, incluso promocionados como los "super star" de vidas roñosas, transitan sus vidas delictivas blindados por el poder de la basura empresarial del Mercado, de comisionistas, promotores de turismo devastador de todo lo que de placentero tenía esta existencia...
 
Y tantos "fantoches", "parásitos", "sicarios", publicitados en HOLA-CARAS y toda la red de publicidad, marketing y merchandising que marca el sendero a seguir de miles que saben que lo esencial no se llevará a cabo, sólo porno life, de una sociedad donde los peores son ejemplo y símbolo del deber ser...
 
Características de las Pseudo Élites
 
Ignorancia: A diferencia de las élites tradicionales, que a menudo se definen por un alto nivel de educación, estilo en maneras y modos de relación, estas "pseudo élites" carecen de conocimientos o experiencia real en áreas críticas, centrándose más en la imagen que en la sustancia.
 
"Establishment delictivo": Mi idea de que son "construidas por un establishment delictivo", sugiere que su posición no se debe al mérito legítimo, sino a conexiones corruptas o a un sistema que recompensa comportamientos cuestionables, ilegales o inmorales. Su poder emana de estructuras opacas o ilegítimas, no del liderazgo o la capacidad.
 
Tendencias frívolas y snobs: Al estar "fraguadas de las tendencias frívolas y snobs" esta pseudo élite indica una preocupación por lo superficial, la moda, el estatus social y un sentido de superioridad (snobismo), siempre asimiladas al delito organizado, en lugar de abordar problemas sociales, culturales significativos o ejercer una verdadera responsabilidad cívica.
 
Priorizan las apariencias y el consumo de tendencias sobre el bienestar común o el conocimiento aplicado a la vida imbuida en el deber ser, como destino, con sentido.
 
En resumen, la expresión describe a individuos que ocupan posiciones de poder o prestigio inmerecido, a menudo mediante la corrupción o la superficialidad, y que utilizan su estatus para fines egoístas o triviales, en lugar de contribuir positivamente a la sociedad.
 
Las "Pseudo Élites" o élites ilegítimas son aquellas cuya posición se basa en factores distintos al mérito o el consenso, a menudo a través de medios coercitivos o corruptos. Su poder se sustenta en la coerción, la manipulación, la riqueza heredada sin mérito personal, o un "establishment delictivo" como se mencionó anteriormente. Carecen de las habilidades o la base moral para gobernar.
 
Se centran en mantener sus propios privilegios y poder, a menudo mediante comportamientos frívolos o snobs, en lugar de liderar o servir a la sociedad. Su dominio puede ser resultado de la apatía de la comunidad, contagiada del virus de la fama y el éxito a cualquier costo o de su falta de organización, lo que les permite a la minoría organizada imponer su voluntad.
 
Esta falta de base legítima las hace vulnerables a la inestabilidad o a ser reemplazadas por otras élites (la "circulación de élites" de Pareto).
 
En Argentina, como en muchas partes del mundo, existe una fuerte cultura de la ¿celebridad? y un interés significativo por las figuras públicas. La idea de los "trepadores" que alcanzan la fama "de la nada" es un fenómeno social ampliamente reconocido, impulsado por varios factores:
 
Reality shows: Programas como Gran Hermano, Master Chef Celebrity y los que giran en torno al mundo del espectáculo, han sido plataformas clave que permiten a personas sin experiencia previa o reconocimiento masivo convertirse en figuras públicas de la noche a la mañana. La visibilidad instantánea genera infinidad de seguidores y oportunidades, basadas en actos, generalmente asimilados a pactos fáusticos sexuales, de cualquier tipo.
 
Medios de comunicación y redes sociales: La cultura del espectáculo en Argentina se alimenta constantemente de rumores, entrevistas y la vida privada de las celebridades, generando un ciclo de consumo mediático constante. Las redes sociales han amplificado esto, permitiendo que las personas construyan su propia imagen y fama, a veces sin un talento o mérito tradicional.
 
Valoración de lo superficial: La crítica social a los "trepadores" a menudo se alinea con la idea de que la sociedad valora más la apariencia o el escándalo que el talento o la formación sólida. Este enfoque en tendencias frívolas y snobs puede llevar a un ascenso rápido, pero a veces efímero.
 
Aparición de "influencers": El surgimiento de influencers en plataformas digitales representa una nueva forma de alcanzar la fama sin pasar por los medios tradicionales, basándose únicamente en la capacidad de generar contenido y engagement, lo que a menudo es percibido como "de la nada"... Y realmente es así, ¿Lo dudan?
 
La sociología de la fama analiza cómo estas dinámicas moldean la percepción pública y la estructura social, señalando que la "fama" se ha democratizado en el sentido de que más personas pueden acceder a ella, pero no necesariamente se traduce en una élite legítima o duradera, sino más bien en figuras mediáticas que responden a la demanda de consumo de entretenimiento banal y vacío.
 
Deseo sumar el calificativo de "trepadores", a estas "Pseudo élites", refiriéndome a personas que buscan ascender social o profesionalmente de manera rápida, a menudo utilizando tácticas que pueden no considerarse éticas o basadas en el mérito.
 
Este fenómeno se relaciona con la ambición de alcanzar posiciones de fama, éxito o poder, incluso siendo utilizadas por las organizaciones criminales del narcotráfico, trata de personas y lavado y fuga de dinero.
 
En algunas teorías sociológicas, como las de Vilfredo Pareto, se discute la circulación de élites y los diferentes tipos de individuos que ascienden en la estructura social. Si bien estas teorías describen mecanismos de movilidad social, no validan automáticamente los métodos que algunas personas podrían emplear para "trepar" sin considerar las implicaciones éticas.
 
Estas personas a menudo se enfocan en construir relaciones estratégicas y en presentarse de una manera que les permita acceder a círculos de influencia o a oportunidades que de otro modo no tendrían. El énfasis puede estar en la apariencia y en la percepción del éxito más que en los logros sustanciales o en el trabajo duro.
 
La existencia de redes que vinculan al crimen organizado (incluyendo narcotráfico), la industria del entretenimiento para adultos (pornografía) y Pseudo Élite política es un tema documentado en numerosas investigaciones periodísticas veraces, informes de organismos de seguridad y casos judiciales a nivel global.
 
Estos vínculos se caracterizan por la corrupción endémica, que apreciamos en Argentina, y el lavado de dinero, proveniente de la trama de trata de personas, fondos de deudas otorgados por organismos internacionales, instalados en el poder político, garantizando de ese modo la impunidad en actividades delictivas y criminales.
 
El crimen organizado busca establecer redes de complicidad, a través de estas "Pseudo élites", elevadas a símbolo de la tendencia de este milenio de boatos fúnebres, con políticos, jueces y miembros de las fuerzas de seguridad para proteger sus operaciones y evadir la justicia, que pareciera camina de la mano con el establishment mafioso. Esto puede implicar sobornos, financiación ilegal de campañas políticas y extorsión.
 
Las élites criminales, a menudo denominadas "narcos invisibles" o "de cuarta generación", utilizan estructuras empresariales aparentemente legales para blanquear los recursos obtenidos del narcotráfico y otras actividades ilícitas.
 
La industria del entretenimiento, el sector inmobiliario, turístico y las finanzas son canales frecuentes para estas operaciones, previa promoción en toda la corporación de medios mercenarios, llevada a cabo por las "Pseudo Élites", presente en todos los espacios que conforman la nauseabunda cultura chatarra de este tiempo.
 
Existe una superposición significativa entre el narcotráfico y la trata de personas, que a menudo alimenta la industria de la pornografía y la prostitución ilegales. Las mafias controlan estas redes, aprovechando la ausencia del Estado en zonas vulnerables.
 
Al corromper las instituciones, estas redes buscan controlar territorios y mercados, generando violencia y dañando la estabilidad social y económica de los países afectados.
 
En resumen, la interacción entre estas esferas es un fenómeno complejo de crimen organizado transnacional que representa una amenaza significativa para la gobernabilidad y el estado de derecho a nivel mundial, sin olvidar el accionar de la infiltración de las "Pseudo Élites", en la consumación de flagrantes delitos.
 
El drama radica en la ausencia de representación legítima que tiene el pueblo, que se debate en una dialéctica de soledad... Sólo quedaron los sedimentos de cloacas plenas de escherichia-coli, elevándose como mesías inversos, empobreciendo, hambreando a la sociedad cada día más temerosa y paria... Y ¿con qué autoridad gobiernos de psicópatas corruptos, que mienten, niegan, improvisando gestiones malparidas en nombre del ajuste y de hipotecar a un país huérfano de espejos y de destino dictan y reprimen a un pueblo en estado paria?...
 
La democracia sin prédica de valores es sólo una cáscara de huevo vacía... Democracia de CEOs y de ignorantes incapaces, cobardes y entregadores de soberanía, como apreciamos hace años. ¿A esto desea asimilarse la sociedad argentina?, huérfana de representación como no dejo de insistir.
 
Siempre podemos negar lo que está vivo, bastaría esperar algunos siglos para que la razón nos asista a quienes resistimos permanecer en la “porquería universal”, a quienes nos rebelamos a la eliminación de las libertades, cual melodía esperanzadora, para quienes saben que lo peor no ha ocurrido.


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