¿Buen diputado, mal ministro? ¿Buen ministro, mal diputado?

Recientemente el PSUV ha hecho sus elecciones internas para elegir sus candidatos a diputados a la Asamblea Nacional Bolivariana y en los últimos días realizo la escogencia de otro grupo de militantes para los diputados que serán electos por listas.

Las escogencias para diputados por lista debe ser analizada por el ciudadano común, aun cuando sea una “Potestad” o un “Privilegio” de una persona o de una elite, no debe dejar de ser analizada por todos las personas que creen en el PSUV y que el 6 de Diciembre elegirán a esos candidatos que deben representarlos y defenderlos en el parlamento nacional por cuatro años.

En principio creo que no hay objeciones graves o contradicciones insalvables en ninguna de las dos escogencias, pero es fundamental que se considere la que más beneficia a la gran masa venezolana, al hombre, a la patria.

Sin lugar a dudas, la Asamblea Nacional, después de la presidencia de la republica y en algunos casos antes que la misma presidencia de la republica, es uno de los foros, organismos, instancias o como se le quiera llamar, de mayor importancia en la vida política y génesis de leyes que hagan sustentable la gobernabilidad o el desenvolvimiento del estado para el beneficio de la sociedad como un todo.

Para tamaña responsabilidad, por supuesto, que hay que escoger los más claros ideológicamente, los mejores, los más conocidos, los más trabajadores. A mi entender casi que la perfección o en otras palabras UN VERDADERO REVOLUCIONARIO. No debe haber posibilidad para margen de error alguno.

Los ministros son, o por lo menos deberían ser, el brazo ejecutor de las políticas y aportadores de ideas de la presidencia de la republica. Observen que gran importancia tiene un ministro o un presidente de un instituto autónomo. Por ejemplo, el presidente Maduro con su grupo de asesores, genera una idea o política muy buena a favor de cualquier área geopolítica o social del país, con grandes beneficios sociales y con importantísimo importe político a favor de la revolución, pero un mal ministro no ejecuta debidamente esa idea. Inmediatamente se convierte en una intención fallida y un costo político para la revolución Bolivariana.

En el caso de los diputados es más sencillo. Con presidentes de comisiones y organismos de cogobierno en la Asamblea Nacional, con el debido conocimiento y buena experiencia en el manejo de ese foro, que puedan orientar, conducir y formar a los diputados nobeles, es una formula casi infalible para garantizar el objetivo parlamentario.

Creo que un caso emblemático es el de Haiman El Trouidi, que hasta los opositores más recalcitrantes han tenido que reconocer su excelente desempeño y su gran aporte al ministerio que preside. Seguramente que también será un buen diputado, pero es más necesario en las políticas que están directamente en contacto con la gente.

Otro caso que también llama la atención es el de Dante Rivas, que en todas las responsabilidades que se le han asignado a hecho quedar bien al gobierno central. Más bien deberían ponerlo al frente de todos los ministerios e institutos autónomos que sea posible, para que acabe con tanta corrupción y flojera que existe en la administración pública nacional. También debe ser un buen diputado, pero hace más falta en la materialización de las ideas.

En el caso de Elias Haua, si no hay discusión. Se necesita recuperar ese estado, y es el mejor hombre de la revolución para hacerlo. Aparte de que esta altamente demostrada su eficacia y eficiencia en cualquier responsabilidad que se le haya asignado o se le asigne.

También hay casos de compañeros que han sido muy buenos diputados, pero que al darles responsabilidades en ministerios o institutos autónomos no han tenido el mínimo de eficiencia que permita a la revolución bolivariana avanzar.

En fin, a mi humilde parecer, ES MAS FACIL CONSEGUIR A UN BUEN DIPUTADO, QUE A UN BUEN MINISTRO. Como el caso de Ricardo Menendez, que sacarlo de las responsabilidades que tiene actualmente para lanzarlo a diputado, hubiese sido un gravísimo error. Menos mal que no se hizo.

Entonces si tienes un buen ministro, desarróllalo al máximo y cuando un ministro se destaque suficientemente, hay que elevarle las responsabilidades. Por ejemplo, Haiman, Dante y Ricardo Menendez serían excelentes gobernadores.

Para concluir, se debe analizar que si las escogencias de estos candidatos a diputados se hicieron en base a asegurar la mayoría parlamentaria, es totalmente valido. Aunque no tengo ninguna duda que los candidatos del polo patriótico inevitablemente serán la gran mayoría. El trabajo ya está hecho. Lo hizo CHAVEZ y lo continua Maduro. Sin triunfalismo, por supuesto. Y por ello, no solo hay que aceitar la maquinaria roja, hay que hacerla funcionar.

 

¡ NO PODEMOS OPTAR ENTRE VENCER O MORIR, NECESARIO ES VENCER !

 

cajeripe2001@hotmail.com



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Carlos Jesús Rivas Pérez


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