Hay un tipo de razonamiento inválido que los lógicos identificaron dentro del grupo de las «falacias de la falsa causa» y que alguien concibió como el «sofisma del chantajista». Tiene la siguiente forma, aproximadamente: «Si no haces lo que te pido, te perjudicaré y entonces tú serás el culpable». Este sofisma ha sido históricamente sostenido, entre muchos, por los secuestradores de rehenes: «Si el gobierno no complace nuestros pedimentos, mataremos a los rehenes y el gobierno será el responsable de esas muertes».
Un caso célebre de este sofisma se planteó entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, cuando las autoridades españolas, a quienes el Papa les había «donado» las tierras americanas, redactaron un documento llamado «Requerimiento», dirigido a los indígenas, al final del cual se les advertía lo siguiente (el sofisma está al final, puesto en cursivas):
[... que] reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Emperador y Reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como a superiores y Reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho. Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo amor y caridad (...). Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen; y de como lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presente rogamos que de ello sean testigos.
Este célebre «Requerimiento» decretó el ius belli (‘derecho a la guerra’) y justificó el exterminio masivo de nuestros indígenas, en nombre de la Fe Católica (algo así como decir hoy día: «En nombre de la libertad»). Según el sofisma, los culpables y responsables de ese exterminio fueron los mismos indígenas, quienes no accedieron a lo que se les requería o, simplemente, no entendieron el documento, porque estaba escrito en una lengua extraña para ellos.
El sofisma se sigue repitiendo...